Llevaban casi cuatro años sin coincidir y, este lunes, Rocío Carrasco y su hija Rocío Flores han vuelto a verse las caras. El (re)encuentro tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Madrid, enclave al que ambas han acudido para declarar en el juicio contra la productora La Fábrica de la Tele. Al abandonar los juzgados, la hija de Rocío Jurado se limitó a comentar que todo había ido "bien". Por su parte, Rocío Flores se mostró muy afectada, con la voz rota y al borde del llanto a la hora de hacer frente a las preguntas sobre su madre. La dualidad de sus reacciones y gestos tiene una explicación y un trasfondo.
¡HOLA! ha podido hablar con Cristian Salomoni, psicólogo experto en comunicación no verbal, para analizar las diversas respuestas emocionales que han tenido madre e hija tras su encontronazo. Salomoni ha seguido el caso de cerca durante años, encargándose de analizar las diversas reacciones y apariciones de ambas dentro y fuera de los platós de televisión. La relación entre ellas le ha suscitado mucha curiosidad, motivo por el cual ha sabido interpretar de sobremanera el antagonismo en su lenguaje.
"Las dos entradas son totalmente diferentes", ha explicado a esta revista. "Rocío Carrasco entra sola, erguida, con una mirada fija, una postura abierta, los hombros hacia atrás... este lenguaje corporal proyecta mucha seguridad y determinación", admite. Rocío Flores, sin embargo, entra a la Audiencia Provincial de Madrid acompañada por su abogado, lo que denota que "quizá necesita a alguien a su lado para acompañarla". El psicólogo también destaca su empleo de las gafas de sol, un recurso que puede traducirse como una suerte de "barrera emocional". "Su manera de andar es muy tensa y revela bastante nerviosismo", indica sobre la hija.
"Rocío Carrasco entra sola, erguida, con una mirada fija, una postura abierta, los hombros hacia atrás... este lenguaje corporal proyecta mucha seguridad y determinación"
"Fuerte, pero no agresiva"
Aunque Cristian Salomoni suele poner el foco en las expresiones, el experto no ha querido dejar a un lado la carga simbólica de la ropa que madre e hija escogieron para la ocasión. "El traje de Rocío Carrasco indica control y profesionalidad, es como decir: 'Estoy fuerte, pero no agresiva'", indica. El psicólogo no entiende del todo el look que ha llevado Rocío Flores, un vestido "informal" con el que, afirma, parece decir: "'Esto no va conmigo'".
Los gestos tras la declaración han sido los que más titulares han copado, y donde Salomoni ha tenido un mayor trabajo de análisis. La salida de los juzgados de Carrasco se mantiene en la línea de lo que experto viene comentando a ¡HOLA!: "Tiene una expresión seria, mientras que su hija tiene la voz entrecortada, casi al borde del llanto, la mandíbula temblorosa...", una comunicación no verbal que indica "vulnerabilidad y una carga emocional profunda".
"Rocío Flores tiene la voz entrecortada, casi al borde del llanto, la mandíbula temblorosa... indica vulnerabilidad y una carga emocional profunda"
La visible emoción de Flores se adscribe, según el psicólogo, a una "carga emocional no resuelta" en la relación paternofilial. La tensión del reencuentro ha hecho mella en ella, pues busca "reprimir" una espiral de emociones que no puede controlar y acaba mostrándose visiblemente afectada por la "confusión y el dolor".
Un proceso "de trauma y transformación"
En resumen, Rocío Carrasco muestra "confianza y determinación" y su lenguaje corporal es el de alguien "que controla su postura". Esto se debe, según Salomoni, al hecho de que la hija de Rocío Jurado tiene su narrativa "asumida": "Ha contado su verdad y ya ha superado este proceso catártico, lo cual hace que, cuando le pregunten por la hija, pueda tener una respuesta emocional mucho más estable". Sus gestos son el resultado de un proceso "profundo de trauma, pero también de transformación". Lo suyo, según el experto, no es "indiferencia", sino una "templanza" que ha ido adquiriendo con el paso de los años.
"Rocío Carrasco ha contado su verdad y ya ha superado este proceso catártico, lo cual hace que, cuando le pregunten por la hija, pueda tener una respuesta emocional mucho más estable"
La confianza de Carrasco está lejos de la "fragilidad" que muestra su hija: "Se percibe más afectada emocionalmente, su postura indica bastante angustia". Acorde con el contexto, el psicólogo considera que Flores "no controla la narrativa pública" y ha adoptado una actitud "reactiva" a las apariciones televisivas de su madre. Dicha posición de menor control suele saldarse con respuestas emocionales más "viscerales", precisamente como la de este lunes a la salida de los juzgados. A todo ello se une el hecho de que la narrativa entre ambas comporta un durísimo "desgaste emocional", producto de que su conflicto lleve muchos años siendo expuesto a nivel público. "El desborde de su hija es auténtico y sincero", admite Salomoni.
"Todo empieza y acaba en la familia. Todo lo que somos depende de cómo nos han criado", concluye el experto. Sin duda, la tensión entre ambas se ha dejado entrever en este breve encuentro que han mantenido en la Audencia Provincial de Madrid.