A sus 29 años, Loreto Sesma se enfrenta a uno de los retos más personales y transformadores de su carrera: su primera novela. Tras seis exitosos libros de poesía que han cautivado a miles de lectores, la escritora se lanza a la narrativa con una historia que, más que ficción, es una radiografía emocional de todo lo vivido —y sentido— en los últimos cuatro años. Cuatro años en los que no publicó nada, atravesó duelos personales y experimentó un bloqueo que, según confiesa, la hizo replantearse si volvería a escribir alguna vez.
“Estoy aterrorizada con este lanzamiento”, reconoce sin rodeos. Su novela, que verá la luz el próximo 4 de septiembre, le provoca ese vértigo que solo sienten quienes lo han dejado todo en una obra. “Es una fecha complicada, justo a la vuelta del verano, pero tengo la esperanza de que se repita la magia de Kilómetros, que se publicó también en septiembre y ha sido mi libro más vendido”.
La historia de esta novela arranca hace casi un lustro. “Se me ocurrió la idea, se la conté a mi editora y me dijo: ‘Es un ideón, tienes que tirar de aquí’”, recuerda. Y empezó a escribir, con ilusión, con fluidez… hasta que la vida se impuso. “Cuando murió mi padre, no pude escribir una sola línea. Siempre he usado la escritura como desahogo, como catarsis. Pero esta vez, me bloqueé por completo”.
Ese verano, dice, solo escribió una frase. Nada más. “Ahí pensé que quizá no era capaz. Que muchos escritores se ciñen a un solo género por algo, y que a lo mejor yo no podía escribir una novela. Me hice muchísimo daño con ese pensamiento”.
Pero la historia no terminó ahí. Como en toda buena novela, hubo un giro. Fue en el mismo lugar donde se bloqueó —Marbella, frente al mar— donde logró retomar el texto. Y fue también gracias al apoyo de su entorno más cercano, especialmente de Guillermo Bárcenas, su marido, y su madre’. “Mi madre, de hecho, me dijo algo precioso: 'Estoy leyendo a una escritora y a una mujer. Se me ha olvidado que eres mi hija'. Ese fue un momento muy especial”.
Loreto confiesa que ha volcado muchas capas de sí misma, algunas desconocidas incluso para sus lectores más fieles. “La poesía me permite un tipo de emoción, pero aquí he mostrado partes mías que no enseño nunca. Esa Loreto irónica, rebelde, la que baila con sus amigas con una copa en la mano, también está en este libro”. Y aunque no se trate de una novela autobiográfica, sí reconoce que está atravesada por vivencias y emociones muy reales. “Hay muchas anécdotas mías y de mis amigas. Si esto va bien, las invito a todas a cenar”.
"Cuando murió mi padre, no pude escribir una sola línea. Siempre he usado la escritura como desahogo, pero esta vez, me bloqueé por completo"
El miedo, sin embargo, nunca ha desaparecido del todo. “Yo siempre pienso que todo va a salir mal. Cuando saco un libro, siempre creo que no lo va a leer nadie. Es mi parte catastrofista, no lo puedo evitar”, admite entre risas. Pero, al mismo tiempo, hay lugar para soñar: “A veces me permito pensar que, quién sabe, quizá algún día se haga una película de esto”.
El salto de la poesía a la narrativa no significa un adiós, sino una expansión. “La poesía es mi lugar seguro, como mi chuche, y no quiero dejarla. Pero ahora tengo ilusión por explorar otros géneros. Incluso me encantaría escribir algo con un enfoque periodístico algún día”, nos cuenta.
“Este libro me ha devuelto la ilusión por escribir”, repite más de una vez. Y es que, tras años marcados por el duelo, la autoexigencia y el miedo, Loreto Sesma ha vuelto a creer en sí misma. “Han pasado muchas cosas feas y muchas preciosas en estos cuatro años, pero este libro me ha demostrado que sí era capaz. Que puedo volar más alto de lo que me permitía pensar”.