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Afra Saraçoğlu se ha convertido en uno de los rostros más populares de la ficción turca gracias a su papel protagonista en Una nueva vida, el fenómeno otomano más vendido. En la serie da vida a Seyran, una joven que ha sido maltratada por su padre y obligada a casarse contra su voluntad. En esa unión forzada, acabará descubriendo en Ferit (Mert Ramazan Demir) a su gran amor, aunque las presiones familiares y las circunstancias que los rodean pondrán su relación a prueba una y otra vez. Tras tres años interpretando a esta mujer fuerte y decidida, la exitosa producción llegaba a su final en Turquía el pasado mes de abril. Con ello, la actriz se despedía no solo de un personaje que la ha lanzado a la fama internacional, sino también de una de las etapas más importantes de su vida.
© AtresmediaHay papeles que dejan huella y, sin duda, el de Seyran ha supuesto para Afra un antes y un después, tanto en su carrera como en su vida personal. Su interpretación de la joven Şanlı le ha abierto las puertas del reconocimiento profesional a nivel mundial y, además, se ha comentado que la química entre ambos traspasaba la pantalla y que mantiene una relación en la vida real con su compañero de reparto, Mert Ramazan Demir. Por todo ello, muchos podrían pensar que decir adiós a un personaje, al que ha estado ligada durante tanto tiempo y con el que ha creado un vínculo tan especial, ha sido para ella una experiencia difícil, sin embargo, nada más lejos de cómo lo ha vivido realmente la actriz, que ha querido compartir sus sentimientos con total honestidad.
© Star TV“Despedirme de Seyran fue como despedir a una amiga muy cercana en su propio viaje", ha explicado recientemente en una entrevista con Elle Turquía. Para la intérprete todo se daba de manera natural ya que "sentí que nuestra relación había terminado. Que ella había tomado lo que necesitaba de mí y yo lo que necesitaba de ella. Habíamos cumplido nuestras misiones en la vida de cada una". Además, está segura de que se ha despedido de su alter ego televisivo en el instante oportuno: "Nos aportamos mucho mutuamente, tanto para bien como para mal. Creo que Seyran está en un buen momento ahora mismo. Ya no me necesita.”.
© Star TVAunque afirma haber cerrado esta etapa con serenidad, Saraçoğlu reconoce que no siempre es sencillo desprenderse de los papeles a los que da vida, especialmente cuando se trata de papeles tan exigentes como el de Una nueva vida, cargados de emoción, sufrimiento y evolución personal. “Muchas veces, al final del día, detrás de las cámaras, se hace muy difícil no llevarse algunas cosas del personaje. Allí no se puede hablar de límites, es casi imposible”, ha desvelado la actriz, dejando claro que interpretar no siempre es una tarea que termina cuando se apagan los focos.
© @afrasaracogluSu profesión y su talento la han llevado a convertirse en una de las actrices de moda. Su popularidad ha crecido de manera exponencial y Afra, de 27 años, está constantemente en el foco mediático. Una presión que no es fácil de soportar. Por eso, no es de extrañar que en su vida privada busque todo lo contrario y quiera mantener su intimidad lejos del escrutinio público y de las redes sociales. “Creo que los momentos especiales deben mantenerse íntimos, solo para quienes los viven. Cuantas más personas lo ven, más rápido se esfuma la magia de lo que lo hizo especial. Se pierde la unión que has creado con el otro”, ha confesado. Para la protagonista de La señora Fazilet y sus hijas, salvaguardar esa parcela personal es fundamental para preservar la confianza y el cariño de sus seres queridos.
© @afrasaracogluA pesar del reconocimiento, la protagonista de Öğretmen se mantiene con los pies en la tierra y sabe que hay cosas a las que nunca renunciará, como ser ella misma y conservar su esencia. “Mi carrera y la fama que llegó después me han llevado a proteger más mi vida privada, pero eso nunca me ha hecho actuar como alguien diferente; quienes me conocen de cerca siempre han visto a la misma Afra”, ha señalado al citado medio.
© @afrasaraçogluPor otro lado, Saraçoğlu también ha reflexionado sobre lo que más le empodera de ser mujer, pero que también es lo que más la pone a prueba. “Creo que tener una inteligencia emocional más desarrollada es tanto la mayor ventaja como la mayor desventaja de ser mujer. Podemos ser más detallistas, más rápidas, pero al mismo tiempo eso nos hace más vulnerables a salir heridas”, ha expuesto con sinceridad, reconociendo que, a veces, nuestras mayores fortalezas pueden ser también nuestras mayores debilidades.
© @afrasaracogluNo ha sido un camino fácil y no siempre ha tomado las decisiones acertadas, pero esa suma de aciertos y fallos es lo que la ha llevado a estar donde está y a ser la persona que es hoy. Por eso no se arrepiente de ninguno de los pasos que ha dado porque de todos ha aprendido algo. Se nutre de su pasado, tanto de las alegrías como de los tropiezos, aunque sabe que no vale la pena quedarse anclada en lo que ya fue. “No hay motivo para volver constantemente atrás ni para llevar la cuenta. El futuro está por delante, es incierto, y hacia allí es hacia donde debemos mirar. Prefiero avanzar en esa dirección con mis metas, mis deseos y todo lo que he ganado en el trayecto”.
© @afrasaracogluCon esa misma filosofía de avanzar sin prisa pero con firmeza, Afra Saraçoğlu atraviesa ahora una etapa de transición. Tras el intenso viaje que ha supuesto dar vida a Seyran, prefiere tomarse un tiempo para descansar y valorar con calma cuál será su próximo proyecto. Después de un periodo tan exigente, tanto emocional como profesionalmente, es lógico que opte por ir paso a paso, sin precipitarse. Por ahora no tiene nada cerrado para la próxima temporada, aunque sigue abierta a nuevas propuestas. Como ella misma afirma, mantiene la mirada puesta en lo que está por venir, sin perder nunca de vista todo lo que ha aprendido y que la han llevado hasta aquí.
