Quién le iba a decir a Amaia Salamanca que, 15 años después de interpretarlo, iba a reverdecer viejos laureles gracias a uno de sus personajes más icónicos. Nos referimos a su papel de periodista, princesa y reina en la 'TV movie' Felipe y Letizia, estrenada en octubre de 2010 en Telecinco con enorme éxito de audiencia, el que curiosamente ha vuelto a cosechar ahora gracias a Netflix. Seguro que ella misma se ha sorprendido por el revuelo que ha vuelto a generar este 'biopic' tan sonado en su día, el que relata cómo empezó la historia de amor del actual monarca y su esposa.
Fue un bombazo televisivo de otra época, de cuando nuestras cadenas generalistas en abierto cosechaban un share estratosférico con sus series de ficción, precisamente antes de la irrupción en España de las plataformas de 'streaming'. En la emisora de Fuencarral, donde se emitió en dos entregas, esta producción de Brutal Media (Bienvenidos a Edén, Las cintas de Rosa Peral) llegó rodeada de gran expectación y consiguió superar los 5 millones de telespectadores (con más de un 24% de cuota de pantalla). Lo que no le acompañó tanto fue la crítica, que no vieron el pretendido cuento de hadas sino que lo consideraron como algo muy alejado de la realidad.
Sea como fuere, quien se llevó la peor parte fue sin duda el actor Juanjo Puigcorbé, quien daba vida a Juan Carlos I en la miniserie. Aunque hablamos de alguien con sobrada experiencia para hacer muy bien su trabajo, tal vez su mayor pecado fue querer parecerse demasiado al rey emérito. Es decir, que a diferencia de sus compañeros de reparto, el intérprete catalán intentó imitar el característico tono de voz del que fuera jefe del Estado, y terminó por resultar algo paródico. Mientras, en el papel de su esposa doña Sofía, la recordada Marisa Paredes supo salir más airosa del exigente encargo que tenían por delante.
La pareja protagonista era, en cualquier caso, la que formaban los actores Fernando Gil y Amaia Salamanca en la piel de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. La acción y la trama principal de este retrato 'royal' abordaba las distintas etapas que atravesó la pareja real durante su noviazgo: desde la velada en la que se conocieron y sus encuentros secretos, al anuncio oficial de su compromiso, los primeros actos a los que asistieron como prometidos y, finalmente, su fastuosa boda en la Catedral de la Almudena de Madrid.
Al frente del ambicioso proyecto estaba el reputado guionista y director Joaquín Oristrell (Cuéntame cómo pasó, HIT), nominado al Goya hasta en 8 ocasiones y ganador del cabezón con la mítica Todos los hombres sois iguales en 1995. Todo en el rodaje estaba cuidado hasta el último detalle, desde la caracterización al vestuario, ya que la actriz que capitaneaba el elenco tuvo nada menos que 42 cambios de ropa durante la grabación. El más especial fue, como era de esperar, cuando luce su espectacular look nupcial de Pertegaz y la tiara de joyas. La conocida estilista Cristina Rodríguez (Supermodelo, Cámbiame) fue la responsable de ese arduo y aplaudido trabajo.
El parecido razonable que consiguieron que hubiera entre Amaia Salamanca y doña Letizia no se quedaba solo ahí, puesto que el maquillaje también jugó un papel importantísimo para que apenas se notaran los 13 años de diferencia que hay entre ambas. Por todo ello y más, no es de extrañar que Felipe y Letizia haya vuelto a cautivar al público desde su estreno la semana pasada en Netflix, donde ahora mismo ocupa la segunda posición en el ranking de las series más vistas (solo por detrás de la australiana Los Supervivientes). Al fin y al cabo, haya envejecido mejor o peor, esta ficción española tiene todos los ingredientes clásicos para enganchar a un buen número de gente: del romance y la realeza en una misma ecuación al estar basada en hechos reales.