Convertida en uno de los rostros más populares del momento gracias a su papel protagonista en Miércoles, Jenna Ortega no solo ha cosechado elogios y récords de audiencia. Detrás del éxito arrollador, la actriz californiana, de 22 años, también ha tenido que lidiar con el vértigo de la fama, la presión mediática y ciertas contradicciones que le genera encarnar a un personaje tan icónico como el de la hija mayor de la familia Addams. Ahora, en uno de sus mejores momentos profesionales, la intérprete ha reflexionado sobre todo lo que ha supuesto este fenómeno en su vida personal y profesional.
El 6 de agosto llegará a Netflix la primera parte de la segunda temporada de Miércoles, uno de los estrenos más esperados del año. Pese a ser el personaje la lanzaba a la fama internacional, la intérprete confiesa que todavía no ha terminado de asimilar todo lo que le ha sucedido desde el estreno de la serie. Ortega reconoce que no vivió ese momento con la alegría que se podría esperar por un logro así y que le costó procesarlo. “Fue tan abrumador que parecía que le estaba pasando a otra persona”, ha explicado en una entrevista con Harper´s Bazaar, añadiendo que, lejos de disfrutar el momento, "me sentía infeliz", ya que todo lo que la rodeaba "fue muy intenso y aterrador".
Ese impacto emocional, lejos de desaparecer con el tiempo, la llevaba a tomar decisiones drásticas para proteger su bienestar. Una de ellas fue reducir su exposición pública y distanciarse de las redes sociales, donde su imagen y la de su personaje se replicaban sin descanso. “Tuve muchos problemas con ellas. Me estaban alejando completamente”, ha desvelado. Jenna incluso llegó a comprarse un móvil de tapa, con el objetivo de simplificar su vida digital y reconectar consigo misma.
Aunque Miércoles la ha convertido en un fenómeno global, Jenna Ortega no oculta que hay aspectos del personaje que le resultan molestos. En primer lugar, el hecho de seguir interpretando a una niña cuando ella ya ha dejado atrás esa etapa. “Estoy haciendo una serie, que seguiré haciendo durante años, donde interpreto a una adolescente, pero también soy una mujer joven”, ha explicado, dejando claro el contraste que vive entre su realidad y el papel que encarna.
Además, llevar el uniforme escolar le resulta incómodo ya que cree que limita la percepción que otros tienen de ella y el modo en que la tratan. “Siempre ha sido muy molesto porque sientes que no te toman en serio. Es como cuando vas vestida de colegiala... Hay algo en ello que resulta muy condescendiente”, ha añadido. La protagonista de La muerte de un unicornio señala que la estatura también influye porque “cuando eres bajita, la gente te menosprecia físicamente”, tratándote para siempre como si fueras una niña.
Esta contradicción entre la juventud del personaje y la madurez personal de Ortega supone un reto, pero también un reflejo de las dificultades que enfrentan muchas actrices jóvenes a la hora de crecer profesionalmente sin quedar encasilladas. En su camino para pasar de estrella infantil a intérprete adulta, Jenna no ha estado sola. Ha encontrado un gran apoyo en otras artistas que vivieron experiencias similares como Natalie Portman, con quien comparte cartel en El galerista, la nueva película de Cathy Yan, y Winona Ryder, con la que trabajó en Beetlejuice 2. “Ha sido muy beneficioso y acogedor. Ellas lo han visto todo y, honestamente, en un momento mucho más oscuro de Hollywood”, ha revelado, dejando claro lo valioso que ha sido contar con figuras que han pasado por lo mismo y entienden su realidad.
Tras su lanzamiento, Miércoles se convirtió en cuestión de dñias en la serie más vista de la historia de Netflix y la joven Addams en todo un icono pop replicado en redes sociales, disfraces, tazas, camisetas, cereales y productos de todo tipo. Curiosamente, a Jenna le hace gracia la paradoja que supone que un personaje antisocial y rebelde se haya convertido en un fenómeno comercial imparable. “Solo puedes pensar: ‘¡Dios mío, ella odiaría esto!’”, ha señalado entre risas, antes de hacer una sincera confesión o, más bien, exponer un deseo: “Si pudieras hablarle a todo el mundo como Miércoles, simplemente decir lo que realmente sientes, ¡sería increíble! Nadie quiere decepcionar a nadie. Pero ella no se siente agobiada por nada de eso. A ella no le importa”, ha comentado Ortega, mostrando así el cariño y lo que más envidia de su personaje.
Con la segunda temporada a punto de estrenarse, Jenna Ortega encara esta nueva etapa con una implicación mucho mayor en el proyecto. Ahora también ejerce como productora, algo que considera una evolución natural en su carrera: “Asisto a las reuniones, escucho y aprendo”, ha contado, reconociendo que aún se está adaptando a ese nuevo rol. En esta nueva entrega, asegura que la serie será “más grande, más atrevida, más sangrienta y un poco más oscura”, una evolución que también siente cercana a su propio crecimiento personal.
“Definitivamente siento que tengo un gusto un poco más gótico que cuando era adolescente”, ha confesado. “Siempre me han gustado las cosas oscuras o me han fascinado, pero yo era una niña Disney, y todo es alegre, amable y excesivamente dulce”. Ahora toca el violonchelo, el sintetizador y hasta sabe esgrima, un cambio de registro que no solo ha enriquecido su carrera, sino también su identidad artística.
Con los pies en la tierra y las ideas cada vez más claras sobre lo que quiere como actriz, Jenna intenta que cada nuevo proyecto refleje su evolución personal y profesional. Después de vivir el fenómeno de Miércoles, asegura que está aprendiendo a escoger sus papeles con más cuidado, buscando historias que le supongan un reto y que le permitan crecer.
Sabe que su rostro está asociado a un personaje muy potente, pero no quiere que eso limite su recorrido en la industria. “A veces da la sensación de que, si cambias o tomas una dirección distinta, la gente piensa que has perdido algo o que ya no eres tú”, ha reflexionado. Pese a su juventud, tiene claro que quiere seguir avanzando, aunque eso implique dejar atrás ciertas versiones de sí misma para descubrir otras nuevas. La actriz demuestra que está lista para ir más allá de la joven Addams... aunque, en el fondo, siempre le acompañe un poco de esa "oscuridad" que ahora ya siente como propia.