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Elon Musk, su hijo X y Donald Trump© Getty Images

La ruptura de Donald Trump y Elon Musk: de aliados a enemigos en una batalla sin tregua

Lo que comenzó como una relación de conveniencia entre dos de los hombres más poderosos del mundo ha terminado en una guerra abierta en redes sociales


6 de junio de 2025 - 15:42 CEST

La relación entre Elon Musk y Donald Trump siempre fue una alianza sorprendente y extraña, teniendo en cuenta sus personalidades. Hablamos de dos de los hombres más poderosos del mundo, con personalidades arrolladoras, acostumbrados a dominar cualquier espacio en el que se mueven, y con una visión del mundo que, aunque compartía ciertos puntos, estaba destinada a chocar. Lo que comenzó como una colaboración estratégica y una aparente relación de amistad 'casi fraternal', ha terminado 'como el rosario de la Aurora': en una batalla pública, con acusaciones, amenazas y una ruptura que, para muchos, era solo cuestión de tiempo.

El presidente Donald Trump saluda desde la parrilla de salida antes del inicio del Gran Premio de Fórmula 1© Getty Images
Elon Musk© Getty Images

Su inesperada alianza arrancó en 2016 de manera curiosa. Antes de las elecciones presidenciales de ese año, en las que Trump resultó ganador, Elon Musk expresó en una entrevista con CNBC sus dudas sobre la idoneidad del magnate para ocupar la Casa Blanca. "No creo que sea la persona más adecuada para el cargo", afirmó, agregando que "su personalidad no parece representar bien a Estados Unidos". Sin embargo, después de ganar las elecciones, el entonces presidente electo buscaba rodearse de figuras influyentes del mundo empresarial y Elon Musk era la persona perfecta para su objetivo. El sudafricano, CEO de Tesla y SpaceX, se olvidó de sus palabras y aceptó formar parte del consejo asesor de la Casa Blanca, con la esperanza de influir en políticas relacionadas con la tecnología y la energía. Ese fue su primer acercamiento y el comienzo de una relación que era puramente estratégica. Sin embargo, en 2017, Trump decidió retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y Musk, defensor de las energías limpias, abandonó el consejo en señal de protesta, marcando su primer desencuentro.

Media Image© Getty Images
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A pesar de este tropiezo, los intereses de ambos volvieron a alinearse en 2024, cuando Musk se convirtió en uno de los principales donantes de la campaña de reelección de Donald Trump, aportando más de 250 millones de dólares (aproximadamente, 232,5 millones de euros). De hecho, fastuosa gala presidencial organizada por Donald Trump en la Casa Blanca cuando tomó posesión de su cargo, el pasado mes de enero, Elon Musk fue uno de los invitados más destacados, compartiendo espacio con figuras clave del gobierno y la élite empresarial.

Elon Musk en la reapertura de la catedral de Notre-Dame© Getty Images
Elon Musk

 Fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo creado por Trump con el objetivo de reducir el gasto público y modernizar la administración federal. Su relación era tan estrecha y presumían de su magnífica relación que nadie podrá olvidar aquella conferencia de prensa en el Despacho Oval, donde Lil X, el hijo de cuatro años de Elon Musk, acaparó todo el protagonismo.

Donald Trump hablando con el hijo de Elon Musk en la Casa Blanca© Getty Images
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El detonante de la ruptura

Pero no era ‘oro todo lo que relucía’ en esta relación, que comenzó a deteriorarse con la aprobación del 'Big Beautiful Bill', un ambicioso proyecto de ley fiscal impulsado por Trump que, según Musk, suponía un aumento irresponsable del déficit y afectaba directamente a los incentivos para los vehículos eléctricos. Musk no tardó en criticar la ley en su red social X, calificándola de "abominación repugnante" y acusando a los republicanos de traicionar sus principios económicos. "Lo siento, pero no lo puedo soportar más. Este proyecto de ley de gasto del Congreso, masivo, escandaloso y lleno de gastos innecesarios, es una abominación repugnante. Qué vergüenza para quienes votaron a favor: saben que cometieron un error. Lo saben", dijo.

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De hecho, en un paso más en sus acusaciones, el sudafricano aseguró que la victoria de Trump en las pasadas elecciones no habría sido posible sin su ayuda y le ha acusado de “ingratitud”: "Sin mí, Trump habría perdido, los demócratas hubieran controlado la Cámara de Representantes y los republicanos se habrían quedado en 51-49 en el Senado", ha dicho en X, antiguo Twitter.

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Trump, fiel a su estilo combativo, respondió con dureza. En una rueda de prensa en la Casa Blanca, expresó su "profunda decepción" con Musk, asegurando que “Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si seguirá así. Me sorprendió (...) Elon sabía los pormenores del proyecto de ley mejor que nadie”  y también aseguró que había "ayudado mucho" al empresario. Según Trump, la oposición del magnate de las telecomunicaciones a la ley tenía motivaciones personales. Poco después, el presidente amenazó con cancelar los contratos gubernamentales de Tesla y SpaceX, lo que provocó una caída del 10% en las acciones de Tesla.

Las acusaciones más duras

A partir de ahí la disputa entre ellos ha ido in crescendo. Musk, lejos de retroceder, lanzó una acusación explosiva: afirmó que Trump aparecía en los archivos de Jeffrey Epstein. Aunque no presentó pruebas, el comentario incendió las redes y avivó las teorías conspirativas sobre documentos ocultos por la Casa Blanca. "Es hora de lanzar la gran bomba: Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT (Donald John Trump)!", ha escrito Musk en X, donde pide a sus seguidores a conservar el mensaje asegurando que "la verdad saldrá a la luz".  Hay que recordar que Jeffrey Epstein, el magnate que tejió una red de conexiones con algunos de los nombres más poderosos de la política y las finanzas en Estados Unidos, falleció en agosto de 2019 en una cárcel de Nueva York, en un suicidio que sigue rodeado de controversia.

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Trump, por su parte, ha respondido llamando a Musk "loco" y asegurando que su administración había sido demasiado generosa con él. La guerra de declaraciones se trasladó a sus respectivas plataformas: Trump en Truth Social, Musk en X, con mensajes cada vez más agresivos y personales.

Donald Trump© Getty Images
Donald Trump
Media Image© Getty Images

Lo que en su día fue una alianza estratégica ha terminado en una batalla sin tregua. Musk, que en su momento ayudó a financiar la campaña de Trump, ahora amenaza con utilizar su fortuna para influir en las elecciones legislativas contra los republicanos que apoyaron la ley fiscal. Trump, por su parte, sigue atacando a Musk, minimizando su papel en su reelección y sugiriendo que el empresario simplemente "extraña el Despacho Oval". Su ruptura no es solo un espectáculo mediático, sino que también tiene implicaciones económicas y políticas. La relación entre el gobierno de Trump y las empresas de Musk está en peligro, y el impacto en sectores como la tecnología y la energía podría ser significativo. Lo que está claro es que, cuando dos egos de esta magnitud chocan, el resultado no es una simple disputa: es una guerra abierta que, probablemente, aún tenga muchos capítulos por escribir.

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