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Lydia Lozano ha roto su silencio sobre la enfermedad que desde hace años condiciona su vida. Lo ha hecho en directo, entre lágrimas, en el programa La familia de la tele (TVE), donde colabora diariamente. La periodista de 64 años ha puesto nombre por primera vez al padecimiento que lleva años afectando su salud y limitando su día a día: artritis reumatoide. “No puedo hacer una vida normal”, confesó visiblemente emocionada, explicando que la enfermedad le está deformando las manos y le impide realizar tareas cotidianas como vestirse, conducir o simplemente sujetar un objeto.
© RTVE“Se me cae todo de las manos”, repitió varias veces durante su intervención, con la voz entrecortada. Un testimonio que impactó tanto a los espectadores como a sus compañeros de plató. Chelo García-Cortés, con la que ha compartido mil 'batallas televisivas', no pudo contener las lágrimas ante su revelación. “Con tu testimonio has ayudado a mucha gente”, le dijo, reconociendo el valor de su confesión pública.
© RTVELozano explicó que lleva más de cinco años padeciendo síntomas, sin saber exactamente qué le ocurría. “Me pinchaban corticoides en el hueso porque se me dormían las manos". Incluso reconoció que le dieron muchos diagnósticos, entre ellos, una lesión en el túnel carpiano, pero no lo era", explicó. Fue tras numerosas pruebas cuando llegó finalmente el diagnóstico: artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que afecta a las articulaciones y que en su caso ha tenido un impacto especialmente severo.
© RTVE''Ayer salí del reumatólogo y me diagnosticaron artritis reumatoide'', confesaba. La presentadora reconocía en directo que nadie del equipo se había dado cuenta de su problema de salud por una sencilla razón "yo seguía haciendo mi vida normal. Pero ayer que estuvimos haciendo algo para este programa no me podía ni abrochar los pantalones'', afirmaba Lozano.
Una enfermedad crónica, limitante y dolorosa
La artritis reumatoide es una dolencia crónica que provoca la inflamación progresiva de las articulaciones, especialmente en manos, muñecas y rodillas. Esta inflamación puede llegar a causar deformidades, pérdida de movilidad, fatiga y un dolor persistente. Aunque no existe cura, sí hay tratamientos que pueden ralentizar su avance. Según los especialistas, afecta con mayor frecuencia a mujeres y puede aparecer a cualquier edad.
En el caso de Lozano, el impacto en su vida cotidiana ha sido abrumador. “No puedo ni ponerme el sujetador, no me da la mano. Ni coger el secador". Tampoco ha podido participar en MasterChef porque no puede cocinar, algo que le encanta hacer. De hecho, reconoció que hay un alimento que le gusta mucho, pero no puede comerlo: "Me encanta el fuet, pero no puedo ni cortarlo”, relató. También ha tenido que dejar de conducir, algo que le encanta porque "no puedo cerrar la puerta del coche, ni abrocharme el cinturón. Me duele todo”. Durante estos años, ha seguido trabajando pese a todo, incluso tras haber sido operada tres veces de la espalda, una situación que, como ella misma reconoce, ha agravado su estado físico.
Entre el dolor y la entereza
Aunque ha tratado de mostrarse fuerte, Lozano confesó que la situación la ha superado en muchos momentos. “Estoy hecha una porquería por los dolores que tengo”, dijo, y reconoció que se ha planteado “abandonar el barco”. La periodista, siempre combativa, explicó que ha intentado mantener su independencia: “No me gusta pedir ayuda constantemente, y eso me tiene rayada”, dijo con sinceridad. Sin embargo, ha contado con el apoyo incondicional de su marido, Charly y, aunque delante de él intenta aparentar entereza, “sin él me pongo a llorar como una loca”.
© RTVEFiel a su estilo, Lydia Lozano no perdió el sentido del humor que la caracteriza, incluso en medio de un testimonio tan duro. Su capacidad para bromear, aun en los momentos más complicados, volvió a aflorar durante la conversación, aunque no ocultó que atraviesa un momento emocional especialmente delicado. Hay que recordar que hace un mes, la periodista perdió a su madre, Sol, y ahora, tiene que enfrentarse a su nueva realidad.
“Me da mucho pudor pedir ayuda. Con la actitud que tengo yo en la vida y con 64 años, tener que estar así…”, confesó entre lágrimas, visiblemente sobrepasada. Reconoció que el diagnóstico de artritis reumatoide le ha golpeado con más fuerza tras el reciente fallecimiento de su madre, un duelo que aún está procesando. “Todo se me cae de las manos, tengo unos dolores horrorosos”, relató con crudeza, dando muestra de la difícil situación que atraviesa tanto física como anímicamente.
El futuro: incierto pero con ganas de luchar
A pesar del duro momento que atraviesa, Lydia Lozano se mostró decidida a mantener su rutina y su pasión por el trabajo, aunque admitió que el dolor la está limitando cada vez más. “Quiero seguir con mi ritmo de vida, pero es muy duro”, confesó, revelando que incluso tareas cotidianas como leer o usar el móvil se han vuelto complicadas: “Duermo con guantes de hilo de acero para poder leer, y ya no puedo sostener un libro”.
© RTVEAunque expresó cierto pesimismo, pues “ahora mismo te diría: ‘hasta luego, Lucas’”, dejó claro que seguirá luchando, sin rendirse ante la adversidad. Sus compañeros valoraron su testimonio como un acto de valentía, al visibilizar una enfermedad silenciosa y dolorosa. Su intervención fue una muestra de honestidad, pero también de coraje, al poner voz a quienes conviven con una dolencia crónica sin rendirse.
