Es uno de los jugadores más queridos de la historia del Real Madrid, equipo al que Raúl González regresó como entrenador de la cantera tras colgar las botas en 2015. Ahora ha decidido finalizar su etapa al servicio del equipo y lo ha anunciado en un comunicado en el que ha dicho que esta experiencia le ha hecho "crecer como profesional y como persona". Ha dado también las gracias a todos los que forman parte del "club de mi vida" por la oportunidad y por ayudarle "a llevar a cabo una de las ocupaciones más bonitas de este deporte: compartir con los más jóvenes la experiencia y los conocimientos adquiridos para verlos crecer como personas y como deportistas". Comienza para él una nueva era llena de interrogantes en la que hay una certeza: seguirá contando con el apoyo incondicional de su numerosa familia, de la que te contamos los detalles a continuación.
Mamen Sanz, su mujer desde hace 26 años
En cada uno de sus pasos, la leyenda del madridismo va de la mano de su gran amor, Mamen Sanz, a la que conoció hace casi tres décadas gracias a un amigo común. Inicialmente, ella tuvo ciertas reticencias por la fama que acompaña a los futbolistas, pero decidió darle la oportunidad de quedar y desde entonces son inseparables. En julio de 1999 pronunciaron el "sí, quiero" en la ermita de Villafranca del Castillo (Madrid) rodeados de estrellas del deporte y han formado una familia numerosa que es su máxima prioridad. Porque al margen del éxito, para ellos no hay mayor triunfo que ver crecer a sus cinco hijos, acompañarlos en cada etapa y apoyarlos a la hora de tomar sus propias decisiones. Los siete forman el mejor equipo.
El deseo de Raúl y Mamen siempre ha sido que Jorge (25), Hugo (23 años), los mellizos Héctor y Mateo (20 años) y María (16 años) crezcan lejos del foco mediático y disfruten de una vida anónima, sin importar que su padre sea una de las figuras más relevantes del fútbol. Apuestan firmemente por una vida sencilla, viendo el lujo en los pequeños detalles, y esa discreción los ha acompañado en todos los puntos en los que han crecido: Madrid, Alemania, Catar y Nueva York. Desde la ciudad de los rascacielos regresaron a la capital española, donde tienen cerca a sus seres queridos y donde los cinco hijos del matrimonio han comenzado a labrarse su futuro, siempre con el deporte presente.
Sus cinco hijos, entre el fútbol y el golf
Jorge, al que llamaron así como homenaje a Jorge Valdano, ha heredado de su padre su afición por el fútbol y lo ha practicado en varios equipos, todos ellos aficionados. Además, le gustan mucho los toros, el tenis. Hugo se ha decantado por el golf y es el caddie de Eugenio López-Chacarra, quien hablaba así en El Mundo: "Somos amigos, lo veo como un hermano, dormimos juntos, compartimos habitación, nos gusta hablar de deporte, ver deporte. Tenemos amigos comunes, nuestras novias también son amigas. Con Hugo es muy fácil la convivencia y al viajar alrededor del mundo está bien tener a alguien así a tu lado. Me hace la vida más fácil". Mateo se mantiene en completo anonimato, mientras que su mellizo Héctor forma parte del Polvorín, equipo filial del CD Lugo, donde llegó previo paso por el Leganés. En la ciudad gallega compagina sus estudios en Veterinaria, como indica El Progreso, con la competición. Es habitual ver a sus padres yendo a animarle en el campo de A Cheda, donde siempre causan sensación.
La pequeña de la familia también despunta en el fútbol. María estuvo en el Olympia Las Rozas y desde 2022 es delantera en los cadetes femeninos del Real Madrid. Es su entorno la definen como una niña tímida, siempre sonriente, educada, muy motivada y con gran afán de superación. Juega en la misma posición que su padre, es muy competitiva en el terreno de juego y sus aspiraciones son llegar a lo más alto. "El fútbol femenino cada día tiene más trascendencia, más importancia, más seguidores. Hay que seguir apoyándolo y dándole fuerza", decía ante los micrófonos de ¡HOLA! Raúl.