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La pista central Philippe Chatrier, abarrotada

El impresionante homenaje de Roland Garros a Rafa Nadal: del baño de lágrimas a las palabras para su mujer y su hijo

Un tributo para la historia en el que también han participado otras leyendas que fueron rivales suyos como Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray

25 de mayo de 2025 - 18:57 CEST25 de mayo de 2025 - 18:57 CEST

Si la carrera tenística de Rafa Nadal (38 años) es inigualable, el homenaje que se le rendía este domingo en Roland Garros ha estado más que a la altura. De los incontables reconocimientos que ha recibido nuestro campeón desde que anunciara su retirada el pasado octubre, este sin duda se lleva la palma (de Oro en Cannes, si hiciera falta). Por emotivo, por espectacular, por multitudinario, por importancia, por especial... por cualquier otro adjetivo que se le quiera añadir, hemos asistido a un tributo memorable que el deportista mallorquín y los suyos jamás olvidarán. Solo había que verlo, quebrado por las lágrimas a cada momento, casi sin poder hablar y sintiendo de cerca el enorme cariño y la profunda admiración que todo el mundo le tiene.

Las emocionantes palabras a su mujer, Mery Perelló, y a su hijo

Micrófono en mano y tras proyectarse un vídeo de sus grandes hazañas, en el centro de la emblemática cancha que tantas veces la ha visto ganar, el poseedor de 22 Grand Slams pronunciaba un discurso cargado de sentimiento. Había, como era de esperar, múltiples dedicatorias a quienes han marcado su vida tanto en lo profesional como lo personal. A su equipo de siempre, a sus patrocinadores, a sus amigos... Lo hacía primero en francés para agradecer al torneo todo lo que le este le ha dado, y después hablaba en inglés y castellano.

Seguidamente llegaban los mensajes mas personales, y uno de los más entrañables iba para su esposa, Mery Perelló. Esta, embarazada de su segundo hijo y desde su asiento, tampoco podía reprimir las lágrimas al escuchar a su marido. Le transmitía este unas palabras repletas de amor y cariño, como no podía ser de otra forma, a la mujer que ha estado con él a las duras y a las maduras durante tanto tiempo.

Como anécdota curiosa, justo antes de arrancar ese discurso que iba directo a su pareja, reconocía Rafa que esa hoja que tenía escrita se la había traspapelado y no la encontraba, generando risas de ternura entre los asistentes. Daba igual, porque Nadal tenía muy claro lo que quería decirle a la madre de su niño y del que viene en camino. "Mery, eres mi mejor compañera de vida",. sentenciaba nada más empezar, recibiendo una ovación cerrada de la gente, incluida la de su pequeño Rafael, que era enfocado por las cámaras y también aplaudía.

"No nos podíamos imaginar en 2005 que hoy estaríamos aquí veinte años después, siendo una familia", proseguía el ya legendario extenista manacorí, recordando así las dos décadas que han pasado desde que comenzara su relación, y lo que ha pasado después tras casarse en octubre 2019 y tener un niño en ese mismo mes pero de 2022. "Has estado siempre donde te he necesitado, apoyándome desde una posición no siempre fácil. Espero poder hacerte igual de feliz que tú me has hecho a mí", continuaba Rafa interpelando a Mery.

"Tú y yo sabemos que este último año y medio no ha sido fácil", decía Rafa en alusión a lo difícil que fue para él decir adiós a la raqueta, lastrado además por unas lesiones que le provocaban mucho dolor y que le impidieron rendir al máximo nivel antes de tomar la decisión definitiva. "Pero gracias a tu comprensión y a tu apoyo, y a la alegría y felicidad que nos da cada día nuestro hijo, todo ha sido mucho menos complicado. Mil gracias", concluía un Nadal con la voz quebrada, con su mujer derrumbada por la emoción y su pequeño agitando los brazos.

También había mensajes de Nadal a sus otros seres queridos, a los que estaban allí presentes como sus padres, Sebastián Nadal y Ana María Parera, su hermana, Maribel Nadal, así como a su tío Toni, quien fuera su primer entrenador y figura clave en su carrera. La mayoría de ellos, y no era para menos, con el pañuelo en las manos. Incluso veíamos en la tribuna a sus primos y a las dos abuelas de Rafa, de 94 y 92 años respectivamente, además de a su suegra, María Pascual. Solo faltaban sus fallecidos abuelos ("a los que echo de menos", ha dicho) y su suegro, Miquel Perelló, quien murió tristemente en abril de 2023.

Federer, Djokovic y Murray no se pierden el homenaje a Rafa

Otra de las sorpresas que nos tenía preparada la organización de Roland Garros ha sido la presencia de tres de los que fueron los principales rivales de Nadal durante su exitosa trayectoria: el suizo Roger Federer, su gran amigo fuera de las pistas; el serbio Novak Djokovic, que todavía sigue en activo; y el británico Andy Murray, quien se retiró casi al mismo tiempo que Rafa el pasado verano. Se han abrazado y reían mientras charlaban de manera cómplice, lo que nos ha hecho rememorar los increíbles partidos que este cuarteto, bautizado como el 'Big Four', disputó a lo largo de este siglo.

"Significa mucho para mí que estéis hoy aquí (...) me habéis llevado más allá de los límites inimaginables para poder competir con vosotros, pero siempre nos respetamos. Seguiremos haciendo cosas juntos", les ha dicho el campeón balear a los hombres que le hicieron ser mejor en su carrera. A continuación, se descubría la placa sobre la arcilla que le han dedicado a Rafa en el torneo más importante del planeta sobre tierra batida, donde puede leerse su nombre, se ve su huella y quedan impresos para la eternidad los 14 títulos que allí ha conquistado.

Tras lo acontecido esta tarde, que seguro tardaremos mucho en olvidar, podría decirse que Nadal ha 'ganado' su 15ª Copa de los Mosqueteros. Porque todos pensaban y sentían lo mismo: larga vida al Rey de Roland Garros, quien se marchaba lanzando besos al aire y con su niño en brazos.