"Rafa is here" (Rafa ya está aquí). Con ese breve pero emocionante mensaje que lo dice todo, anunciaba Roland Garros este domingo la llegada de Nadal a sus instalaciones poco después de la una de la tarde. Aún quedan unas horas para que se celebre el gran homenaje a nuestro campeón, previsto para las 18:00h, pero el entusiasmo (y una buena dosis de nostalgia) se respira ya en el ambiente de la emblemática pista parisina.
Vestido con una elegante chaqueta americana azul oscura, con camisa y pantalón a juego y zapatillas deportivas blancas, el ya extenista mallorquín de 38 años salía primero de una furgoneta negra acompañado por su mujer, Mery Perelló (36) y su hijo, el pequeño Rafael (2). También hemos visto a sus padres, Ana María Parera y Sebastián Nadal, y a su hermana, Maribel (35). Con un halo de felicidad que se reflejaba en su rostro, el 14 veces ganador del torneo más prestigioso del mundo sobre tierra batida saludaba a los que, nada más verlo, lo vitoreaban y aplaudían con fervor.
En las imágenes distribuidas por la cuenta oficial de la organización, veíamos también una escena muy tierna cuando la estrella balear llevaba después a su niño en brazos, dispuesto a compartir con su familia esta fecha inolvidable que seguro le sacará algunas lágrimas. "Welcome home, Rafa", (Bienvenido a casa, Rafa), le decían también desde este perfil en redes sociales los que, como es lógico, le sienten como uno de los suyos.
Seguidamente, la locura se desataba a las puertas del recinto cuando una multitud aclamaba a Nadal, todos grabándole con sus teléfonos móviles, a lo que este respondía agradecido y firmando autógrafos en camisetas, periódicos, pelotas de tenis o lo que fuera. "¡Te quiero, Rafa!", se escuchaba gritar a alguien del público en ese momento, dicho en castellano con acento galo. Esto, lógicamente, provocaba una sonrisa de oreja a oreja en Nadal, quien en ese instante tenía a su lado a su mánager y representante, Carlos Costa.
Y vaya si le quieren en París. No es para menos, puesto que delante de ellos está el hombre que forjó su leyenda a golpe de raquetazos, en esa arcilla y esas gradas siempre abarrotadas que tantas veces le vieron levantar la Copa de los Mosqueteros (la última en junio de 2022) en la Philippe Chatrier. Ahora, tocaba rendir un más que merecido tributo a quien dejó con la boca abierta a todo el planeta tenis por sus gestas inigualables, sobre todo en el que fue su torneo fetiche.
Ha sido una impresionante bienvenida donde, a la cabeza de la comitiva, estaba la directora de Roland Garros: la mítica tenista gala Amélie Mauresmo. Con ella, el mejor deportista de nuestra historia ha inaugurado además la exposición dedicada a él dentro del recinto, una muestra que recoge algunos de los objetos e imágenes de sus hazañas allí y que forman parte de la memoria colectiva.
Rafa Nadal y su vínculo más íntimo con Roland Garros, testigo de sus grandes triunfos personales