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Barei, representante en Eurovisión 2016: el motivo por el que se alejó de la música, los ‘secretos’ del festival y la terapia en su vida

La artista vuelve a la música tras siete años alejada


Actualizado 17 de mayo de 2025 - 17:30 CEST

Radiante, serena y con una energía renovada, Barei (Bárbara Reyzábal) nos abre las puertas de su nueva vida. La cantante que conquistó a Europa en Eurovisión 2016 con su poderoso "Say Yay!", reaparece en el panorama musical tras siete años alejada del foco mediático con su nuevo álbum, Trece (ella no es nada supersticiosa).  Pero no ha sido un retiro cualquiera: ha sido un viaje profundo hacia el interior, un proceso de transformación personal marcado por la terapia, el autoconocimiento y una decisión firme de dejar de buscar validación en los demás. 

En esta entrevista para ¡HOLA!, Barei nos revela los secretos de aquella noche mágica en Estocolmo, cómo vivió realmente aquella experiencia que marcó su carrera, y cómo ese punto de inflexión la llevó, años después, a reencontrarse con la música desde un lugar mucho más libre y auténtico. Porque ahora, más que nunca, Barei canta para sí misma... y eso, dice, es su mayor victoria.

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Sobre estas líneas, Bárbara durante su actuación en Eurovisión

Su regreso musical

Su esperado regreso llega con Trece, un álbum muy especial y profundamente personal que marca un antes y un después en su carrera. Por primera vez, Barei canta íntegramente en castellano, una decisión que responde a su deseo de conectar de verdad con la gente, sin filtros ni traducciones emocionales. “Sentía que necesitaba hablarle a la gente desde un lugar más cercano, más mío. El castellano me permite desnudarme de otra forma”, nos confiesa.  Trece es el resultado de un proceso largo y valiente: “Han sido siete años de elaboración, porque este disco no es solo música, ha sido un proceso vital. Lo empecé sin saber muy bien a dónde me llevaría, pero sentía que tenía que hacerlo”.

Y es que, tras convertirse en madre, Barei vivió un cambio interior que la llevó a alejarse del ruido de la industria. “Empecé a sentir un rechazo hacia esa parte más superficial de la música, hacia todo lo que giraba en torno a la imagen, al aparentar… y no supe cómo encajarme ahí”, nos cuenta con honestidad. Durante ese tiempo, se volcó en su familia y en sí misma, iniciando un camino de autoconocimiento y sanación que ha quedado reflejado en cada canción de este nuevo trabajo. 

barei 2016© Getty Images

Sobre Eurovisión

Por otro lado, Eurovisión marcó un antes y un después en la vida de Barei, tanto a nivel profesional como personal. Representar a España en uno de los escenarios más grandes del mundo fue, como ella misma define, “un máster a todos los niveles”. No ganó, pero tampoco lo necesitaba. Lo que se llevó fue mucho más valioso: crecimiento, aprendizaje y una vivencia que, lejos de pesarle, recuerda con una sonrisa. “Entiendo que haya artistas a los que participar les haya perjudicado, porque es una exposición muy fuerte y no siempre justa… pero en mi caso fue una experiencia increíble, y lo recuerdo con mucho cariño”, nos dice.

El camino hasta subirse al escenario de Estocolmo no fue fácil. Hubo ensayos, presión, críticas y una atención mediática constante que, aunque la empoderó en muchos momentos, también la puso a prueba emocionalmente. “Solo tuve un instante real de inseguridad durante todo el proceso”, nos confiesa. “Cinco minutos antes de salir al escenario me dio un pequeño ataque de angustia", recuerda. Fue entonces cuando decidió parar, respirar y mirar la situación desde otra perspectiva. “Me dije a mí misma que no estaba salvando la vida a nadie, que no era tan relevante como para bloquearme. Y en ese momento, relativizar me salvó”.

barei3© Getty Images

"Una casita en el campo"

A lo largo de estos años de silencio artístico, Barei no ha estado quieta. En paralelo al proceso creativo de Trece, ha llevado a cabo un viaje aún más profundo: el de conocerse, aceptarse y sanar. “He hecho terapia desde los 16 años, he pasado por muchos tipos diferentes… y todos me han servido en momentos concretos”, nos afirma.

Para ella, la terapia no ha sido solo una herramienta, sino una compañera de vida. “Me ha ayudado a no depender de la validación externa, a entender que no necesito demostrar nada constantemente para sentir que valgo”. Y aunque admite que el camino no siempre ha sido fácil, hoy puede mirar atrás con compasión: “Hasta llegar a la luz, hay mucha oscuridad. Pero todo es parte del proceso”

Ahora, Barei se encuentra en un lugar muy distinto al que partió. Llena, serena y en paz consigo misma, ha aprendido a disfrutar del presente sin exigencias ni disfraces. Cuando le pedimos una imagen que defina su estado actual, no duda: “Me visualizo en un bosque, con un río, caminando descalza. Siento que por fin estoy ahí, en equilibrio, conectada con lo que soy”. Desde esa calma luminosa ha renacido su música, libre de corsés porque Barei no solo ha vuelto… ha vuelto siendo ella misma.


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