,type=downsize)
Hija de Emilio Aragón y nieta del inolvidable Miliki, Icíar —o Ichi, como la conocen todos— nació rodeada de talento, discreción y buen humor. Pero lejos de vivir de su apellido, ha construido un camino propio, marcado por la creatividad, el emprendimiento y una sorprendente naturalidad. Estudió Publicidad y RR.PP., trabajó en Nueva York como directora de fotografía y, junto a su marido, Hugo Rodríguez de Prada, fundó la agencia Crepes and Texas. Hoy es madre de cuatro hijos, cofundadora de la panadería artesanal Madreamiga, y cuenta con más de 90.000 seguidores en Instagram, donde comparte su día a día con sinceridad y sentido del humor.
© GTRESA sus 39 años, Ichi combina maternidad, empresa, deporte, redes sociales y hasta nuevos proyectos de belleza, y lo hace sin pretensiones ni estrategias de marketing. Así lo ha contado en el pódcast de Mapi Hermida, Vivir sin filtros, donde ha repasado su historia personal y profesional con el desparpajo que la caracteriza.
© ichiaragon_Ser hija de Emilio Aragón… y no morir en el intento
“Mi padre hace de todo. Dirige, compone, escribe… y ahora está con una novela de ficción para niños”, cuenta entre risas. Ser hija de un icono televisivo no siempre fue fácil: “A veces era incómodo salir con él, pero mis padres nos protegieron mucho. Hicieron que tuviéramos una infancia muy normal”. Y aunque ella no se considera heredera del talento de su padre o de su abuelo Miliki, sí reconoce que algo de la vis cómica le viene de familia: “Soy natural y espontánea… y eso, en parte, es gracias a ellos”.
© GTRES
© ichiaragon_Redes sociales sin filtros ni postureo
Ichi también habló del fenómeno influencer y cómo decidió mostrar la realidad de la maternidad más allá de las casas perfectas de Instagram. “Veía perfiles de madres ideales con niños iguales y casas de revista... y yo llegaba a casa con el sofá pintado”, confiesa. Empezó a compartir su día a día durante la pandemia y desde entonces, su comunidad no ha dejado de crecer. “Lo que ves es lo que soy. Me cuesta seguir estrategias. Soy incapaz de planear contenido falso”.
© ichiaragon_También reflexiona sobre la cara B de las redes: los haters. “Antes me afectaba. Ahora bloqueo y sigo. Pero es tremendo que se puedan decir barbaridades sin consecuencias. Eso habría que regularlo”.
El punto de inflexión: la salud mental y el origen de 'Madreamiga'
Uno de los momentos más emotivos del episodio llega cuando Ichi relata el episodio de depresión que sufrió en 2021. “No podía salir de casa, tenía fobias. Me llevaron al psiquiatra porque yo no era consciente de lo que me pasaba”. Y en ese momento oscuro, llegó una tabla de salvación inesperada: el pan. Concretamente, una llamada de su ahora socia, Bego. “Me pidió que la ayudara a hacer confitura para el roscón y ahí empezó todo. Siempre digo que Bego me salvó la vida”.
© madreamiga_Esa llamada marcó el inicio de Madreamiga, la panadería artesanal que hoy tiene ya seis locales y un obrador de mil metros cuadrados. “No hacemos pan rápido ni barato. Tardamos dos días en elaborarlo, usamos harinas buenas, procesos lentos. Es un pan de verdad. Nuestra misión es industrializar el buen pan sin perder calidad”.
© madreamiga_Deporte, familia y autocuidado: los pilares de su equilibrio
Ichi no es de las que se queda quieta. Corre (y sufre) maratones —“la de Nueva York fue horrorosa”—, sigue yendo al psicólogo cada 15 días y está inmersa en nuevos proyectos como una línea de skincare. Todo ello sin dejar de lado su rol de madre: “Tengo ayuda, claro. Pero yo soy la que baña a mis hijos, les hace los deberes y se ocupa del día a día. Conciliar sin apoyo sería imposible”.
© ichiaragon_
© ichiaragon_También se muestra crítica con el uso del móvil: “Estamos enganchados, yo la primera. El teléfono es una extensión de mi mano. Y nos ven nuestros hijos. Es un espejo”. Por eso regula su uso y ha tomado medidas para limitarlo con sus hijos.
