Lucía Villalón no es solo la pareja de Gonzalo Melero, capitán del UD Almería: es su mayor fan, su apoyo incondicional y la voz que nunca deja de animarle desde la grada. En cada partido del equipo andaluz, que esta temporada se encuentra en plena lucha por el ascenso a Primera División, la periodista vibra, sufre y celebra como una hincha más los logros del conjunto de su chico, quien lleva en el equipo andaluz desde 2022, aunque se formó como futbolista en la cantera del Real Madrid.
A pesar de los nervios que pasa en la grada, donde la hemos visto con la elástica de su chico, que luce el número 8, Lucía es una seguidora entrega, y más cuando el que anota es su chico. Eso es lo que ha ocurrido en el último partido, un duelo andaluz entre el Cádiz y el Almería, disputado este 9 de mayo, que se saldó con victoria gaditana por dos goles a uno. La buena noticia es que Melero fue el autor del gol para los suyos y se lo dedicó haciendo la señal de la L con los dedos. Ella, por su parte, lo celebró por todo lo alto. La mala, que el Almería perdió una oportunidad de oro en su lucha por el ascenso.
Aun así, Villalón no perdió la oportunidad de felicitar a su chico y, por ende, a todo el equipo por el gran trabajo que hicieron pese a la derrota. "Vivo todo muy intensamente. Y el fútbol no iba a ser menos. Ayer fue una demostración de fuerza, coraje y corazón BRUTAL! A pesar de todo estoy ORGULLOSÍSIMA DE TI y de todo ESTE EQUIPO. ¡Merecisteis más... pero todo llegará!", escribió en sus redes sociales, un mensaje lleno de cariño y admiración para Gonzalo y sus compañeros, para quienes cada partido es casi una final.
Una historia de amor y lucha
Lucía Villalón y Gonzalo Melero han construido una relación basada en el apoyo mutuo y la admiración. Desde que comenzaron su historia juntos, en 2020 aunque no la confirmaron oficialemtne hasta febrero de 2021, decidieron llevarla lo más alejada posible del foco mediático. Con el paso de los años, han demostrado ser un equipo dentro y fuera del campo, enfrentando juntos los desafíos que la vida les ha presentado.
Su amor se consolidó con la llegada de sus dos hijos, Diego (3) y Lucas, que nació el pasado mes de octubre, quienes han sido el centro de su vida y el motor de su fortaleza. Sin embargo, la pareja ha tenido que afrontar momentos difíciles, especialmente por los problemas de salud de su hijo menor.
La lucha por la salud de sus hijos
El camino de la maternidad para Lucía Villalón no ha sido sencillo. Formar una familia era uno de sus mayores deseos, pero también uno de los episodios más duros de su vida debido a los problemas de salud de los pequeños y que han hecho de Lucía y su chico, un ejemplo de entereza. Su primogénito, Diego, tuvo que ser intervenido de recién nacido, debido a una gastrosquisis, es decir, una malformación de la pared abdominal, un desafío que la familia superó con fortaleza.
Sin embargo, el mayor reto llegó con su segundo hijo, Lucas, quien nació con un ureterocele y un riñón multiquístico, una condición que le ha provocado insuficiencia renal crónica, con la que tendrá que convivir toda su vida. A pesar de la preocupación constante, Villalón ha demostrado una resiliencia admirable, enfrentando cada diagnóstico con determinación. En una entrevista reciente, confesó que el miedo la acompaña, pero que su prioridad es disfrutar de sus hijos y hacer que sean felices. Su pareja, Gonzalo Melero, ha sido un gran apoyo en este proceso, ayudándola a sobrellevar la incertidumbre y a mantener la esperanza en el futuro.
"Diego pasó lo que pasó, pero le operaron y no ha vuelto a tener ningún problema. Como todo fue tan bien con Diego, nos ha hecho relajarnos un poco y afrontar el tema de Lucas de otra manera", ha declarado recientemente en una entrevista a ¡HOLA! Y, aunque al principio, pensó que el problema podría ser ella, después de ver que hay muchos niños en la misma situación que Lucas, le ha dado esperanzas.
A pesar de las adversidades, Lucía Villalón y Gonzalo Melero continúan adelante con fuerza y determinación. Y el mensaje de Lucía no es solo una dedicatoria a su pareja, sino también una declaración de principios: vivir intensamente, luchar con pasión y nunca rendirse.