David Hasselhoff, el eterno socorrista de Los vigilantes de la playa, ha protagonizado esta semana unas imágenes que han desatado una gran preocupación entre sus seguidores. El actor de 72 años fue visto en silla de ruedas en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, apenas dos meses después de la trágica muerte de su exmujer, Pamela Bach, y a pocos días de someterse a una nueva cirugía de rodilla.
Vestido de manera informal, con una camisa a rayas, pantalones oscuros y una gorra negra, Hasselhoff era empujado por un asistente mientras su actual esposa, Hayley Roberts, de 45 años, lo acompañaba tras aterrizar de unas vacaciones en Cancún. Las imágenes, publicadas por Daily Mail, lo muestran aparentemente frágil y con dificultades para caminar, aunque en todo momento intentó mantener el buen ánimo e incluso levantó el pulgar a los fotógrafos en señal de que estaba bien.
“Me operan de la rodilla la próxima semana”, declaró el actor al ser preguntado por un paparazzi en el aeropuerto, confirmando así que el motivo de su desplazamiento en silla de ruedas. Su representante también quiso restar dramatismo al asunto y aseguró que “David está bien” y que él y su esposa “regresaban de unas excelentes vacaciones”.
Sin embargo, fuentes cercanas al actor han pintado un panorama menos optimista. “David está viviendo en tiempo de descuento. Ha tenido una vida de excesos y sabe que cada cirugía podría ser la última”, afirmó un allegado al medio británico. La salud del actor se ha deteriorado en los últimos años, especialmente tras décadas de luchas con el alcoholismo y varios problemas cardíacos que lo obligaron a llevar un desfibrilador implantado.
La situación se vuelve aún más delicada si se tiene en cuenta el difícil momento emocional que atraviesa tras la muerte de Pamela Bach. La actriz, con quien estuvo casado entre 1989 y 2006 y con quien tuvo dos hijas, Taylor y Hayley, fue hallada muerta en su casa de Hollywood Hills el pasado 6 de marzo. La causa del fallecimiento fue una herida de bala autoinfligida. Hasselhoff no asistió al funeral, celebrado a finales de marzo, pero sí emitió un comunicado en el que expresó su “profunda tristeza” y pidió respeto a la privacidad de su familia.
Desde entonces, Hasselhoff se había mantenido alejado de los focos, hasta que esta aparición pública ha devuelto todas las miradas sobre él. Aunque su entorno asegura que está centrado en su recuperación y mantiene el buen humor, muchos fans se han mostrado preocupados por el estado general del actor, que ya ha superado numerosas operaciones y recaídas a lo largo de los años.