Tamara Falcó e Íñigo Onieva ponen fin a su luna de miel de película en Sudáfrica al cumplirse un mes de su boda

La marquesa de Griñón y su esposo mezclan aventura y naturaleza en su viaje de novios

Por Belén Nava M.

La tercera parada de la luna de miel de Tamara Falcó e Íñigo Onieva llega a su fin. El matrimonio dice adiós a Zambia, donde han conectado con la naturaleza y han mostrado su lado más aventurero. La despedida llega además en una fecha llena de significado ya que este 8 de agosto celebran su primer mes como marido y mujer. La marquesa de Griñón y su esposo pronunciaron el "sí, quiero" en el Palacio de El Rincón (Aldea del Fresno), donde protagonizaron una romántica boda llena de detalles, sorpresas, anécdotas y homenajes de la que ¡HOLA! mostró en exclusiva todos los detalles. Ahora celebran su aniversario a más de 10.000 kilómetros de distancia de Madrid y tras haber disfrutado de un mes de ensueño del que detallamos a continuación su hoja de ruta.

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El 11 de julio, tres días después de su enlace, que contó además con una celebración en la víspera y otra al día siguiente de la boda, la única hija de Isabel Preysler y el recordado Carlos Falcó cogía junto a su esposo un vuelo en el aeropuerto de Madrid con destino Sudáfrica, donde aterrizaron tras una escala en Doha. Inicialmente pasaron unas horas en Johanesburgo y desde allí se trasladaron a Ciudad del Cabo, donde oficialmente comenzaba su viaje. En la capital se alojaron en el emblemático hotel Mount Nelson, del que destacan su repostería como aficionados al mundo gastro que son. De hecho, Onieva buscó a la chef para pedirle la receta de la nata. A pesar del frío que les acompañó durante su estancia, no dejaron de hacer planes e incluso salieron al mar para nadar en jaulas con tiburones blancos, una experiencia con la que se sintieron algo decepcionados, a juzgar por sus palabras.

Desde Cape Town se dirigieron al Parque Nacional Kruger, considerado como una de las reservas de caza más grandes del continente. Allí hicieron un safari con el que quedaron fascinados ya que, desde un todoterreno descapotable, pudieron ver a animales salvajes como leones, cebras y elefantes en su hábitat. Además, eligieron alojarse en el resort de lujo Sabi Sabi, donde convivían con especies como rinocerontes o hipopótamos, a los que vieron pasear con tranquilidad en el jardín de su villa. El matrimonio comparaba esta experiencia inolvidable como "sacada de una película de James Bond".

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Para continuar con el viaje de novios se trasladaron casi 1000 kilómetros para llegar a la frontera entre Zimbabue y Zambia, donde han tenido "una amalgama de aventura, naturaleza y animales". En esta nueva parada de su propia versión de Memorias de África para conocer  el Parque Nacional Mosi-oa-Tunya y las cataratas Victoria, una de las siete maravillas naturales del mundo que superaron todas las expectativas de Tamara. "Viéndolas por foto nunca imaginé que pudieran ser tan bonitas como lo son al natural arcoíris", aseguraba. Además, en este marco inigualable, Íñigo se atrevió a hacer puenting, una actividad con la que reconoce que al principio pasó miedo y a punto estuvo de echarse atrás. En este destino también están muy presentes los animales y tienen a unos simpáticos monitos como "compañeros de cuarto".

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