Las imágenes de la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Francisco en Lisboa

Miles de jóvenes de todo el mundo han viajado a Portugal para este encuentro con el Pontífice

Por M. J. S

El Papa Francisco se está dando un auténtico baño de masas en Lisboa, epicentro de la Jornada Mundial de la Juventud que ha congregado en el país luso a miles de jóvenes. A lo largo de toda esta semana, hasta el 6 de agosto, se llevan a cabo en la zona diversas iniciativas que sirven como punto de encuentro de peregrinos de todo el mundo. En los dos días que lleva el Santo Padre en el país, desde el martes 1 de agosto, ya se ha reunido con el presidente Marcelo de Sousa y el primer ministro Antonio Costa, además de que ha visitado varias iglesias de la capital, como la del centro parroquial de San Vicente de Paul, donde se ha interesado por algunas de las iniciativas solidarias que se llevan a cabo para ayudar a quienes más lo necesitan.

Desde su llegada se desplaza el Papa, de 86 años, en silla de ruedas dados sus problemas de movilidad (recordemos que el pasado junio fue operado de una obstrucción intestinal), lo que no le ha impedido saludar a todas aquellas personas que se han agolpado en cada una de sus visitas. “No debemos dejarnos definir por la enfermedad o por los problemas. Porque no somos nosotros una enfermedad, no somos un problema. Cada uno de nosotros es un regalo, es un don. Un don único, con sus límites, pero es un don” ha dicho el Pontífice en uno de sus compromisos. Entre las visitas programadas está una al santuario de Fátima, uno de los lugares más visitados de la cristiandad y donde ya estuvo el Papa Francisco en su primera visita al país en 2017.

“Cristo vive en medio de nosotros” es la frase que repiten los jóvenes asistentes en decenas de idiomas diferentes. Llegados de todo el mundo participan en las eucaristías y las multitudinarias confesiones que se llevan a cabo en diversos puntos de Lisboa, cantan canciones, bailan y conviven en unos días que sin duda quedarán en su memoria. Las redes sociales se llenan de estos momentos de unión y convivencia que reflejan el espíritu de la cita. “Lo que más me gusta de estas jornadas es el buen rollo de católicos de todo el mundo, además de que hay mucho más ambiente que en la isla. Esto es otra realidad, ya que en Mallorca apenas tenemos iniciativas porque somos muy pocos” señala el joven mallorquín Tomás Melgar, de 22 años, como recoge el diario Última Hora.

Decenas de parroquias, religiosos y quienes participan en estos encuentros están compartiendo detalles de cómo se desarrollan estos días, entre la espiritualidad, la diversión con música y el intercambio con personas de otras culturas. Incluso hay tiempo para practicar deporte o refresacarse en las aguas del río Tajo, un respiro sin duda dado el intenso calor.

Los peligros de las redes sociales

En uno de sus primeros discursos a los jóvenes, el Papa Francisco se saltó el guion para ir improvisando ante la atenta mirada de cientos de ojos que no se perdían sus palabras. Desde un gran escenario en el parque Eduardo VII, se centró en hablarles del amor incondicional de Dios y señaló que, mientras en el mercado se les ve como un número, Dios ve en ellos rostros. "Que sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados como somos. No como quisiéramos ser, como somos ahora, y este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo el punto de partida de la vida" dijo. Se refirió además a las redes sociales y sus peligros. "Cuántos lobos se esconden detrás de sonrisas de falsa bondad, diciendo que saben quién sos, pero que no te quieren; insinúan que creen en ti y prometen que vas llegar a ser alguien, para después dejarte solo cuando ya no les interesas más. Y estas son las ilusiones de lo virtual y debemos estar atentos para no dejarnos engañar".

Más de 16.000 agentes están velando por la seguridad del millón de jóvenes que se estima participan en estas jornadas, de los que se calcula que 80.000 han llegado desde España, según detalla TVE. De hecho antes de que comenzara la JMJ estos peregrinos españoles participaron en una eucaristía en Estoril, que finalizó con un concierto en el que participó, entre otros, Nacho Cano que interpretó Bautismo, tema del musical Malinche.