Hillary Clinton se encuentra de visita en nuestro país. Ha tenido una audiencia con el Rey y un encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A sus 75 años esta activista diplomática, abogada, escritora, filántropa nacida en Chicago lo ha hecho casi todo en la política de su país y de no haber perdido contra Donald Trump en las elecciones de 2016 podría haber sido la primera presidenta de Estados Unidos. Lejos de la Casa Blanca, la esposa de Bill Clinton sigue trabajando por sus ideales y ha regresado al activismo político de su etapa de juventud, una faceta que conjuga con su papel como orgullosa abuela de tres nietos.
La exsecretaria de Estado en la administración de Obama fundó en 2016, tras perder las elecciones, junto al gobernador Howard Dean, Onward Together, una organización que apoya a jóvenes líderes que inician proyectos para luchar por los valores progresistas. La entidad que lidera Hillary da subvenciones, recauda fondos, ofrece asesoramiento estratégico y nociones de liderazgo para que se postulen a cargos públicos. También es rectora de la Universidad de la Reina de Belfast (Irlanda del Norte).
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De esta manera, pero con mucha más experiencia, Hillary Clinton regresa tras su paso por la Casa Blanca a sus inicios en el activismo político en el que ya destacó como una líder entre el alumnado de su escuela secundaria, siempre movida por la justicia social. Ha estado muy centrada en la igualdad de oportunidades para los niños y como primera dama luchó para reformar el sistema de atención médica, especialmente para que las cuotas de los seguros médicos se redujeran en la infancia.
Como secretaria de Estado de Barack Obama, uno de los puestos más importantes tras el del presidente, tuvo un gran protagonismo internacional mientras seguía defendiendo los derechos humanos y la equidad de oportunidades para mujeres y niñas.
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Sin embargo, el gran papel de su vida le llegó en 2014 cuando su única hija, Chelsea, se convirtió en abuela de una niña llamada Charlotte. Dos años más tarde llegó un varón Aidan y en 2019, Jasper. Los tres son fruto del matrimonio de Chelsea Clinton con el banquero Marc Mezvinsky. Los pequeños son su orgullo y según figura en su página web “nada le hace más feliz que pasar tiempo con ellos”. De hecho, en su reunión con el Rey, Clinton ha llevado una pulsera de oro con eslabones de la que colgaban tres medallas con fotografías de las caras de los pequeños.
En estos últimos años se ha revelado como una exitosa escritora con varios libros de memorias que ha alternado con colaboraciones y artículos de opinión en diferentes medios como el que hizo en The Washington Post tras el asalto al Capitolio de los Estados Unidos. Profesa la fe de la Iglesia Metodista Unida, que ahonda sus raíces en el movimiento de avivamiento del cristianismo de John Wesley y Charles Wesley de la Iglesia de Inglaterra en el siglo XVIII.
