Comenzó la temporada entre pitidos y abucheos, sin embargo, Antoine Griezmann ha terminado poniendo el Wanda Metropolitano a sus pies. Convertido en el mejor jugador del año del Atlético de Madrid, el jugador francés conseguía ayer con su tanto número 15 sellar el tercer puesto del equipo rojiblanco en la Liga, así como un billete para la Supercopa de España. Es por este motivo que a los atléticos no les quedó más remedio que perdonarle que se marchara al Barça en 2019- regresó de nuevo en 2021- y él no dudó en devolver el cariño mostrado por la afición saltando al campo acompañado de sus tres hijos Mia, de 7 años, Amaro, de 4 y Alba, de 2, nacidos de su matrimonio con la diseñadora vasca Erika Choperena.
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De la mano de sus pequeños, que a pesar de tener diferentes edades han nacido todos, casualmente el 8 de abril, Griezmann dio una vuelta por todo el estadio, mientras los seguidores del Atlético de Madrid no paraban de corear su nombre. Tras este divertido paseíllo en el que sus hijos no pararon de aplaudir y reír, el francés se paró en el medio del campo e intentó sin demasiado éxito que sus pequeños bailaran, aunque la timidez acabó adueñándose de ellos.
"Era difícil, pero tengo a estos tres chiquitos (haciendo alusión a sus dos hijas y a su hijo) que me ayudan todos los días, mi mujer, mi familia y al final, con trabajo, esta afición te lo devuelve", declaraba el futbolista emocionado por el gran momento vivido. “Quiero ser alguien muy importante en este club y para esta gente. A seguir mejorando" añadía el francés.
Antoine Griezmann conoció a Erika Choperena en España. Sus caminos se cruzaron cuando el futbolista francés era una joven promesa que formaba parte de las filas de la Real Sociedad y Erika, nacida en Vera de Bidasoa (Navarra), estudiaba Pedagogía en San Sebastián. Contrajeron matrimonio en junio de 2017 en Toledo cuando ya eran padres de Mia, que por aquel entonces tenía tan solo un año, después llegaría Amaro en 2019 y Alba en 2021.
