Primeras palabras de los padres de Madeleine McCann tras las pruebas de ADN de Julia Faustyna

La joven polaca sostiene la teoría de que fue víctima de un secuestro cuando era niña

Por Ana Dorado

Finalmente, las pruebas de ADN han demostrado que Julia Faustyna no es Madeline McCann. Tras meses guardando silencio esperando estos resultados, Gerry y Kate, los padres de la pequeña desaparecida en el Algarve portugues en 2007, han roto su silencio. "No hay nada que informar en este momento. Cuando haya novedades sobre la investigación vendrán de la Policía Metropolitana", han declarado a través de un comunicado emitido por su portavoz en sus perfiles sociales. 

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Cabe recordar que Julia quiso ponerse en contacto con Gerry y Kate para realizarse una prueba de ADN. Una petición que no era necesaria, porque, según apuntaban desde la organización SOS Desaparecidos, "sus muestras llevan desde el principio de la desaparición de su hija en una base de datos a nivel mundial de personas desaparecidas". 

El matrimonio McCann siempre se ha mostrado muy prudente a la hora de aceptar pistas sobre el paradero de su primogénita, puesto que en distintas ocasiones testigos varios han asegurado ver a la pequeña en distintas partes del mundo. Como en 2011, cuando en la India se encontró a una joven que tenía un gran parecido físico con Madeline. Esta niña era la hija de unos turistas belgas.

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Julia Faustyna sostiene que podría ser otra niña secuestrada 

Los test genéticos de Julia Faustyna especifican que la joven de 21 años es polaca, con algo de herencia lituana y rusa. Así lo afirmaba desde un principio su familia, declarando que tenían fotografías de Julia cuando era niña, así como su certificado de nacimiento y demás papeles que acreditan su identidad. Además, señalaban que Julia quería crear revuelo para empezar a ser 'conocida' y que era una persona algo inestable, ya que no estaba siguiendo el tratamiento psiquiátrico que le había sido pautado. 

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Sin embargo, Julia asegura que no recuerda la mayor parte de su infancia. Igualmente, argumenta que sufrió abusos físicos durante su niñez por parte de Peter Ney, un pedófilo alemán que también fue sospechoso durante la investigación que se llevó a cabo para encontrar a Madeline. "La historia es mucho más complicada. No es alguien que simplemente quiera llamar la atención, podría ser otra niña víctima de un secuestro. Llora cada vez que piensa en su pasado. Sus padres no han sido sinceros con ella", explicaba Fia Johansson, médium y manager de Julia, tras hacerse pública la noticia de que la joven no era la hija de Gerry y Kate. 

Julia se había trasladado a Estados Unidos después de recibir numerosas amenazas por redes sociales. Tras saber que no es Madeline, la joven tiene previsto volver a Polonia donde se reencontrará con sus padres. 

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