Joaquín y su mujer, Susana, recuerdan su multitudinaria boda: 'Cuando llegué me tuvo que meter la policía'

La pareja ha contado momentos sorprendentes de su enlace y han dado detalles sobre el día a día de su relación

Por Adrián López

Joaquín Sánchez y su mujer, Susana Saborido, han confesado que el día de su boda fue un "show más grande que el de la cantante Lolita", una ceremonia "especial" porque ninguno de los dos se vieron al entrar en la iglesia sino que ya se encontraron directamente frente al sacerdote debido a la cantidad de gente que acudió a ver el evento. "Recuerdo que cuando llegué me tuvo que meter la policía. Me cogieron y me soltaron en el altar", ha dicho la colaboradora de El show de Bertín en El Hormiguero, donde además ha asegurado que tampoco pudo ver ni a su madre ni a casi ninguno de los invitados porque no pudieron entrar por las decenas de espontáneos que había. "Le dijimos al cura que acordonara la zona de las familias y amigos pero nos dijo que era la casa de Dios y que él no le cerraba las puertas a nadie", ha añadido entre risas el futbolista. 

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El jugador del Real Betis, que se casó en el Puerto de Santa María, su localidad natal, en el año 2005 tras años de noviazgo, ha asegurado que la noche anterior a la celebración no vio muy convencida a la novia, por lo que el momento del 'sí, quiero' fue un alivio cuando ella respondió de manera afirmativa. Juntos desde hace 22 años, la pareja ha confesado que el secreto para durar tanto tiempo es "discutir a todas horas y a diario". "Si tú dices blanco, yo negro. Que quieres lentejas, te pongo patatas", ha dicho Susana, que ha explicado también que ella es la que siempre busca más la disputa y es "más cañera". "Yo soy el que siempre pido perdón. Ella es más cabezona", ha añadido Joaquín. 

Susana, que se ha defendido diciendo que no es que sea cabezona sino que "siempre lleva razón", ha asegurado que su marido quiere "liarla" en todo lo que hace, algo que no puede permitir. "Me altera todo de él", ha dicho la mujer de Joaquín, que ha contado como anécdota que el día que el futbolista se queda con las niñas y debe hacerles la cena, llama a su suegra para que le ayude. "Siempre dices lo mismo. Él es muy flamenco y lo tienes que agarrar porque si no se te escapa", ha confesado Saborido, que ha revelado que hay ocasiones en las que esconde las llaves de casa para que el deportista no pueda salir de fiesta. 

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A punto de mudarse a una nueva casa, la pareja ha contado que las obras no han terminado porque les falta el jardín y porque han tenido un problema de última hora. "Nos hemos metido en los metros del vecino. Y ahora tenemos que tirar los tres metros y medio de separación de linde. Menos mal que es un trocito pequeñito", ha dicho Joaquín entre risas. Pero no solo eso, Susana además ha explicado que lo que pronto será su hogar les provoca numerosas discusiones: "Ayer mismo por los espejos, que dice que hay muchos. Habrá unos 10 o 12 y ahora quiere cristales ahumados. Además no le he dejado poner baño con chorritos porque entre que le gusta salir y eso no le veo".