Descubrimos a la primera Letizia de la historia de la realeza europea (y no es nuestra Reina)

Fue la madre de un gran emperador que quiso dominar el mundo

Letizia Bonaparte

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Se llamaba María Letizia Ramolino y fue la madre de un gran emperador, cuyo nombre y reputación se extendió a lo largo de toda Europa y resto del mundo. Él fue Napoleón I Bonaparte, militar y primer cónsul de Francia después de la Revolución Francesa, y recordado como El usurpador universal o El ogro de Ajaccio. En estas líneas, recorremos brevemente la vida de la primera Letizia de la historia de la realeza europea antes de nuestra Reina.

Letizia Bonaparte©GettyImages
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Letizia nació en Ajaccio, la capital de Córcega, una bonita isla que actualmente pertenece a Francia, pero que en aquella época formaba parte de Génova. Fue la hija menor de una familia noble, y, a pesar de que recibió la educación propia de la época para las mujeres que se reducía a la religión, las artes y el cuidado del hogar y los hijos, ella siempre tuvo otras aspiraciones. Era muy inteligente, y tenía mucho interés por la política, la economía y la historia.

Cuando solo tenía 14 años, se casó con el abogado Carlo Maria Bonaparte, junto al que tendría un total de trece hijos, aunque únicamente ocho sobrevivirían a la infancia. Su matrimonio fue un enlace concertado, pero a pesar de ello funcionó y fueron felices el tiempo que duró. Letizia enviudaría con solo 35 años, después de que su marido enfermase, y quedó a cargo de su numerosa familia, siguiendo un régimen de austeridad debido a los pocos medios económicos con los que contaban.

Letizia Bonaparte©GettyImages

A pesar de su destacable belleza y provenir de una familia de la nobleza, Letizia fue, ante todo, un auténtico ejemplo de mujer fuerte y madre entregada a la supervivencia de su familia. Era severa y de ideas muy arraigadas, especialmente nacionalistas, y cuando Córcega fue conquistada por Francia, aquello aumentó su aversión a los franceses, la cual se esmeró en inculcar a sus hijos. Sin embargo, pocos años después de que estallase la Revolución Francesa, en 1793, Letizia abandonó la isla y acompañó a Napoleón a Francia. Su hijo comenzaba poco a poco a ascender dentro del ejército francés, y ella quiso estar a su lado, al igual que años anteriores había estado junto a su marido.

Letizia Bonaparte©GettyImages

Sin embargo, conforme la sed de poder iba cegando la ambición de su hijo Napoleón, Letizia iba estando más en desacuerdo con él y alejándose. No quería depender de su hijo, al que le presagiaba un trágico final. Aun así, cuando Napoleón se autoproclamó emperador de los franceses en 1804, nombró a su madre ‘su alteza imperial, madre del emperador’, “privilegio” del que ella nunca hizo uso ni se benefició de las riquezas que le ofrecía su hijo.

Fue la madre de un hombre pequeño que quiso convertirse en el rey del mundo, un gran estratega militar que aspiraba a ser recordado al igual que otros conquistadores anteriores a él, como Julio César o Alejandro Magno. Letizia viviría 15 años más que su propio hijo, a quien vio alzarse y caer después de los últimos fracasos que le llevarían al final de sus grandes días como emperador. Después de que fuera exiliado, Letizia se fue a Roma, donde falleció a los 85 años, en 1836.