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Con la ingente cantidad de series que estrenan las distintas plataformas es difícil destacar. Pero Machos alfa, la serie escrita por los creadores de La que se avecina, Laura y Alberto Caballero, se ha impuesto como uno de los grandes éxitos del arranque de año. Tanto, que acaban de confirmar una segunda temporada y está liderando el catálogo de Netflix. ¿Qué ha influido en que tenga semejante acogida?
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Un tema muy de moda
La llamada masculinidad tóxica es uno de esos temas candentes que provocan largas discusiones. Dado que cada vez se habla más de ello, era previsible que una serie, más si es cómica, que revisa los patrones de comportamiento de hombres y mujeres hoy en día despertara el interés de los espectadores.
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La química de sus protagonistas
Machos alfa funciona como un reloj. Y lo hace porque todos sus protagonistas tienen una vis cómica impresionante. Fele Martínez sorprende metiéndose en la piel de Luis, un hombre casado que se ha instalado en la monotonía; Raúl (Raúl Tejón) está a punto de pedirle matrimonio a Luz (Kira Miró) cuando esta le expone que quiere una relación abierta, algo a lo que él se niega a pesar de que él está siendo infiel.
Gorka Otxoa, que nos hizo reír con Vaya semanita y con Pagafantas, está estupendo en el papel de Santi, un divorciado que se sumerge en el mundo de Tinder. Y por último Fernando Gil, que desarrolló en el mítico grupo Yllana su versión más divertida, es Pedro, casado con Daniela (María Hervás), que lleva fatal eso de que las mujeres triunfen y él no. Los cuatro son amigos y tratan, como pueden, de adaptarse a un mundo en el que los "machos alfa" no están bien vistos mientras sufren la crisis de los 40.
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Intenta alejarse de los tópicos
Aunque el argumento invita a pensar que vamos a ver desfilar una colección de tópicos, lo cierto es que Machos alfa busca situaciones novedosas. Eso, sin dejar de tocar todo lo que rodea a la relación entre hombres y mujeres tal como se entiende actualmente: la búsqueda de la igualdad de oportunidades, romper el techo de cristal… Los protagonistas intentan, a menudo sin éxito, asumir las nuevas situaciones a las que les enfrenta la vida.
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Su formato
Los hermanos Caballero se alejan del formato de La que se avecina (e incluso de Aquí no hay quien viva, su anterior serie de éxito) y cambian la duración por capítulo: de casi hora y media en sus series para las cadenas generalistas a media hora. La libertad de formato que suelen dar las plataformas les ha permitido crear un producto más ágil y más adaptado a lo que hoy demanda el público.
El efecto arrastre de 'La que se avecina'
Por supuesto, saber que los creadores de La que se avecina tenían serie nueva ha servido para que se haya producido el efecto arrastre. Los fans de la serie que los dos hermanos estrenaron allá por 2007 y que sigue cosechando éxitos han acudido a Netflix seducidos por el aroma de la comedia que tan bien saben cocinar los Caballero. Tanto, que hace apenas unos días Netflix confirmó una segunda temporada. ¡Hay machos alfa para rato!
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