Es embajadora de la firma de joyas Kidult
Ana Fernández nos hace balance de su brillante año: ‘Por fin he podido comprarme mi casita’
Hablamos con la actriz sobre sus proyectos y sus planes de boda. ‘No es que no quiera casarme, pero no es una prioridad para nosotros’, dice acerca de su relación con el cantante Adrián Roma
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Está radiante, y no es para menos. A sus recién cumplidos treinta y cuatro años, que celebró el pasado 10 de noviembre, la actriz vive un dulce momento personal y profesional. Mantiene una relación desde hace siete años con Adrián Roma, vocalista y líder de Marlon, una de las bandas del momento; está pendiente del estreno, en diciembre, de la segunda temporada de Los protegidos A.D.N., y ahora debuta como embajadora de Kidult, la marca de joyería para mujeres y hombres que triunfa en Italia y ahora llega a España.
“Me apetece y seré madre en algún momento, pero creo que me queda todavía por delante un camino de aventuras sin esa responsabilidad”
—¿Qué es lo que más te gusta de la colección?
—A mí me encanta el mundo de la plata y, además, me gusta mucho que haya un mensaje en cada una de sus piezas y que se puedan juntar y combinar todas.
—Estando como estamos, en un evento de joyas, ¿se podría decir que el dos mil veintidós ha sido un año brillante para ti?
—Sí. He podido trabajar como actriz, que es lo que más me gusta, y he podido comprar por fin mi casita y entrar en el mundo de las hipotecas, que es muy divertido. ¿Qué más puedo pedir?
—¿Qué esperas ahora para el dos mil veintitrés? ¿Tienes algún proyecto que te ilusione próximamente?
—Normalmente suelo tener bastante planificados los años siguientes, pero no tengo ni idea de lo que va a ser de mí los próximos doce meses. Solo sé que estrenamos la nueva temporada de Los protegidos en diciembre y tenemos confianza de que se ruede alguna más, porque ha sido un exitazo y va como un tiro.
—En la serie tienes el poder de la electroquinesis. ¿Qué talento oculto tienes fuera de los rodajes?
—Me gusta mucho el bricolaje. De hecho, tengo una casetita en el jardín en la que solo entro yo porque es donde tengo mis herramientas.
—¿Es una afición que compartes con Adrián?
—No, tenemos los papeles un poco cambiados. Él es el cocinero y el que va a comprar los productos de primera calidad para guisar y yo soy la que saca la sierra mecánica para cortar una rama o me pongo a pintar las paredes.
—Lleváis siete años juntos, ¿el anillo ‘pa’ cuándo’?
—Ja, ja, ja... ¡Dejadme vivir!
—¿Acaso no quieres casarte?
—No es que no quiera casarme, pero no es una prioridad para nosotros.
—¿Y formar una familia?
—Me apetece y seré madre en algún momento, pero creo que me queda todavía por delante un camino de aventuras sin esa responsabilidad.
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