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No cabe duda que la separación de Jennifer Flavin y Sylvester Stallone ha sido una de las noticias más sorprendentes e inesperadas del verano. La exmodelo y el actor llevaban casados 25 años y parecían ser una de las parejas más sólidas del mundo de las celebridades. Una historia de amor propia de una película de Hollywood, puesto que fue el destino quien los unió en 1998. Por aquel entonces, Jennifer era tan solo una joven aspirante a modelo de 19 años que se encontraba visitando con una amiga la ciudad de Los Ángeles. Sin ella saberlo su vida cambiaría para siempre al elegir un restaurante de Beverly Hills para comer porque en este lugar fue donde coincidió por primera vez con el protagonista de Rambo, que ya había estado casado en otras dos ocasiones en el pasado: Sasha Crzack (1974-1985) y Brigitte Nielsen (1985-1987), siendo el suyo un flechazo inmediato.
A pesar de que entre ellos existe una notable diferencia de edad, cabe recordar que 32 años los separan, ya que el intérprete tiene 76 y su todavía esposa tan solo 54, fueron los protagonistas de un intenso noviazgo que formalizaron al pasar por el altar un 17 de mayo de 1997 en una romántica ceremonia civil en Londres. Después de su sí quiero, formaron una particular familia numerosa y dieron la bienvenida al mundo a sus 3 hijas: Sophia (25), Sistine (24) y Scarlet (20). Unas bellas jóvenes que están siendo el refugio de sus progenitores en este momento tan delicado. Precisamente, ellas son el motivo por el que las dos estrellas están intentado que todo este proceso de divorcio sea lo más amistoso y respetuoso posible porque quieren asegurar su bienestar.
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En cambio, no todo ha sido idílico en su relación y el matrimonio ha tenido que pasar por duros baches, como la muerte del hijo del actor a causa de un problema cardiaco. En aquellos momentos, Jennifer fue el mayor apoyo para Sylvester. Una pieza tan fundamental en su vida que llevó al artista a mostrar su amor con un tatuaje en su brazo con la cara de su mujer, un retrato en tinta que tras su ruptura ha tenido que ser sustituido por el rostro de uno de sus perros.
Una mujer de negocios
Pero Jennifer Flavin no solo ha ejercido el papel de madre y esposa entregada, sino que también ha desarrollado proyectos laborales con gran acierto. Además de su faceta como maniquí también es dueña de un solvente negocio. En 1995, fundó la firma Serious Skincare, una marca dedicada al cuidado de la piel a través de cosméticos procedentes de ingredientes de origen natural. Productos de gran calidad que han logrado una posición privilegiada en el competitivo mundo de la industria de la belleza.
De la misma manera, siguiendo los pasos de su marido, ha hecho sus propios pinitos en el mundo de la televisión con varias apariciones en la pequeña pantalla, en títulos muy populares en Estados Unidos como Hollywood Women o American Gladiator. Así mismo, acompañó a Stallone en la popular saga de Rocky, concretamente en su quinta entrega estrenada en 1990, con un pequeño cameo en una de las escenas.
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