EXCLUSIVA: Ainhoa Armentia: las fotografías de su fin de semana, tranquila y sonriente, en Vitoria

Cumplió cuarenta y tres años en noviembre, no está separada legalmente y tiene dos hijos menores de edad

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La historia de amor de la infanta comenzó con un “¿quién es ese rubio?”. Veinticuatro años después de su boda, la prensa española amanecía la mañana del 19 de enero haciéndose una pregunta muy parecida: “¿Quién es esa mujer rubia?”. Tras horas de especulaciones, el diario El Correo daba a conocer su identidad: Ainhoa Armentia Acedo. Del anonimato a ver su vida diseccionada y completamente expuesta. De la vida más tranquila a ser la mujer más perseguida.

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Nació en Vitoria-Gasteiz, tiene cuarenta y tres años y trabaja, desde 2019, como analista contable especializada en asesoramiento, gestión y presentación de modelos fiscales en Imaz & Asociados. El mismo bufete de abogados donde Iñaki Urdangarín consiguió empleo la pasada primavera. Cursó Formación Profesional en grado superior de Administración y Finanzas y posteriormente Secretariado —en su currículum figuran diferentes cursos en Gestión y Administración— y empezó a trabajar a los dieciocho años.

Ainhoa hizo planes con sus amigas tan solo unas horas antes de que la infanta Cristina y Urdangarín anunciaran su separación

En 2003, se casó con Manuel Ruiz (también lo conoció en el trabajo, en otra empresa), empleado de una fábrica de automóviles, y tienen dos hijos en común, aún menores de edad. Según diferentes informaciones, después de diecinueve años, su matrimonio no iba bien, pero no está separada legalmente y para su marido también fue un shock conocer su relación con Iñaki Urdangarín. De hecho, los primeros días, ni siquiera se vio con fuerzas para acudir a su puesto de trabajo, aunque siguieron conviviendo durante dos días.

Ainhoa Armentia HOLA 4044©Gtres
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Del anonimato a ver su vida diseccionada. Dos imágenes de Ainhora Armentia, la mujer del momento, en compañía de una de sus amigas, que también se han convertido en su gran apoyo.

Cambio de casa

Fue el mismo viernes, después de salir del trabajo, cuando Ainhoa Armentia se trasladó de su céntrico piso a la casa de su padre, Vicente, buscando refugio en su familia. A diferencia de Iñaki Urdangarín, que no hizo ninguna aparición a lo largo del fin de semana —no tenemos constancia de sus pasos, aunque en su entorno dicen que no estaba en Vitoria y que se podría haber reunido con su mujer—, Ainhoa siguió con su vida.

El viernes por la noche, después de salir del trabajo, dejó su domicilio y se trasladó a casa de su padre buscando refugio en su familia 

Fue fotografiada en el interior de un coche junto a su padre, al que está muy unida; recibiendo la visita de su única hermana, Laura, y haciendo planes con sus amigas, en las que también ha encontrado un gran apoyo. En las imágenes exclusivas que publicamos se la puede ver, sin mascarilla y muy sonriente, tres días después de que su vida diera un giro radical y tan solo unas horas antes de que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín anunciaran su separación de muto acuerdo.

Según hemos podido saber y publican diferentes medios, Ainhoa Armentia es muy familiar, le gusta la Naturaleza, viajar, bailar (sigue a Pablo Alborán) y la serie Velvet, de Antena 3. Como Urdangarín —medallista olímpico con la selección española de Balonmano—, también es aficionada al deporte, el pádel y el running.

En su perfil en InfoJobs, ella se define como una profesional “con habilidad para enfrentar situaciones de desafío y superación” y, ahora, también le toca demostrarlo en la vida personal. Aun en el nuevo escenario, no tiene que ser fácil.

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La mañana del 19 de enero, la prensa española amanecía haciéndose una pregunta: “¿Quién es esa mujer rubia?”. Tras horas de especulaciones, se conocía su identidad: Ainhoa Armentia Acedo.

Pablo Urdangarín: ‘Nos vamos a querer igual’

El primero de la familia en pronunciarse sobre las fotos de su padre en actitud cariñosa con otra mujer fue Pablo Urdangarín. El tercer hijo de la infanta Cristina, de veintiún años, es el más tímido de los cuatro, pero, por su nivel de exposición, le tocó enfrentarse a los micrófonos en Barcelona y solo. Lo hizo con toda la entereza, sin esquivar las preguntas, con sinceridad y “confirmando” que su padre tenía una relación con otra mujer. “Es un tema familiar, son cosas que pasan y lo hablaremos entre nosotros… Estamos tranquilos, nos vamos a querer igual… Y seguimos contentos, ¡eh! Tampoco va a cambiar nada”.

Ainhoa es muy familiar, le gusta la Naturaleza, viajar, bailar (sigue al cantante Pablo Alborán) y la serie ‘Velvet’

‘Son cosas que pasan’

Veinticuatro horas después de estas declaraciones, era Iñaki el que tomaba la palabra. El miércoles, día en el que salieron publicadas las fotografías, no acudió al trabajo, pero el jueves día 20 tuvo que retomar su vida y en la calle lo esperaban decenas de micrófonos y cámaras. Aunque mucho más conciso, y en apariencia tranquilo, Urdangarín aparcaba su bicicleta en la plaza de los Fueros y tomaba “prestadas” las palabras que había pronunciado su hijo tras conocerse la noticia: “Son cosas que pasan. Vamos a gestionarlo de la mejor manera posible”. “Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad, como siempre hemos hecho”.

Minutos después de que hiciera su entrada en el bufete, su compañera Ainhoa Armentia seguía sus pasos caminando con la cabeza en alto, aferrada al bolso y dando muestras de estar desbordada por la situación ante la nube de medios. La primera vez ante las cámaras. Otro mundo para ella.

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A diferencia de Iñaki Urdangarín, que no hizo ninguna aparición a lo largo del fin de semana —en su entorno dicen que no estaba en Vitoria—, Ainhoa siguió con su vida. Arriba, en el interior de un coche junto a su padre, Vicente Armentia, a cuyo piso se trasladó el viernes buscando refugio en su familia.

 

Transcurridas nueve horas sin haber abandonado la oficina ni para comer y con la misma expectación, volvían a salir por separado con apenas unos minutos de diferencia. Con gesto circunspecto, Iñaki abandonaba el edificio sorteando micrófonos y volvía a subirse a la bicicleta para poner rumbo a la casa de su madre, Claire Liebaert, donde tiene fijada su residencia en Vitoria.

Como Urdangarín, al que conoció en su trabajo la pasada primavera, es aficionada al deporte y practica el pádel y el ‘running’

Para entonces, hacía ya horas que su hijo Pablo había atendido de nuevo a los medios manteniendo el mismo discurso que la primera vez, pero sembrando la incógnita de si la infanta lo sabía: “No estoy seguro de que lo supiera, lo tendremos que hablar en algún momento y lo averiguaremos poco a poco”. Asimismo y respondiendo a la pregunta de si Urdangarín había aprovechado las Navidades para hablarles de su nueva situación, añadió: “No sé. La verdad es que no estoy seguro. Aprovecharlas no, porque las hemos pasado en familia y lo hemos pasado todos muy bien”.

La rutina

El viernes, y siguiendo con sus vidas, volvían por separado a su trabajo, en Imaz & Asociados. Al llegar, ambos se encontraban de nuevo con la misma expectación mediática y todas las preguntas que se quedaron sin respuesta… Y el lunes, la misma rutina, aunque con una diferencia: tras el “nada que decir”, Ainhoa Armentia se dirigía a los medios para decirles: “Os pido por favor que respetéis la intimidad de mi familia”.

Horas después, llegaba el comunicado. La decisión más esperada. Y con él, horas más tarde, las primeras palabras de Iñaki: “Está todo dicho”. “Les agradezco el interés, pero está todo dicho. Muchísimas gracias”.

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¿Cuándo empezaron la relación?

El rastreo de los medios en los últimos días nos ha dado algunas pistas. Podrían haber estrechado su relación a principios de verano, aunque nuestras fuentes apuntan más a que todo empezó después de las vacaciones. De hecho, las imágenes conseguidas por La Sexta y Telecinco apuntan a ello. En la primera, tomada en septiembre, son dos compañeros ante la puerta de su trabajo. En la segunda, realizada a finales de noviembre, en Biarritz, Francia, los dos almuerzan juntos en uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad.

Trabaja como analista contable y se define como una profesional con “habilidad para enfrentar situaciones de desafío y superación”

Desde que saltara la noticia, la búsqueda de información ha sido incesante y, más allá de las imágenes, también parece, según el programa Ya son las ocho, presentado por Sonsoles Ónega, que se encontraron el 27 de diciembre en Vitoria. Varias personas fueron testigos de este encuentro de horas y en actitud cariñosa. De confirmarse esta última cita, Urdangarín no solo habría alternado en los últimos meses encuentros con su mujer y su familia y su compañera de trabajo, sino que habría llegado al punto de estar con ambas el mismo día y en la misma ciudad.

La Infanta, traicionada

Como dijeron su marido y su hijo, tenían que hablarlo y así lo hicieron. Tras el impacto de las fotografías y varias conversaciones con su marido y sus hijos —algunas por videoconferencia, al estar dos de ellos fuera—, la infanta, desde Ginebra, e Iñaki Urdangarín tomaban de mutuo acuerdo la decisión de poner fin a su matrimonio.

En los próximos días, tendrán que ver cómo enfocar la separación por las implicaciones personales, familiares y, en un grado mucho menor, institucionales.

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Trabaja desde 2019 como analista contable en Imaz & Asociados, el mismo bufete de abogados donde Iñaki Urdangarín consiguió empleo la pasada primavera.

 

El círculo más cercano de la infanta Cristina nos decía, horas antes del anuncio, que “la situación es insalvable. Lo que ha pasado son palabras mayores y no puede no tener consecuencias”, y tenían razón.

Ya no es el comentario, el rumor o el email que confirma que en algún momento de su matrimonio le fue infiel con una amiga de ambos —la infanta lo había olvidado y perdonado de corazón—… Son las imágenes que ha visto toda España. Su marido paseando de la mano con otra mujer, abrazados (por la espalda), mirando una puesta de sol o, quizá, a los surfistas que disfrutaban de las olas en un día invernal.

Aunque no haya venganza, como también se ha dicho, sí hay traición. La persona que más ha apoyado en este mundo, a la que ha demostrado un amor incondicional, es la que más le ha fallado.