Se cumplen 40 años del secuestro del doctor Julio Iglesias Puga

En el episodio 4 de nuestro pódcast 'Julio Iglesias, del hombre a la leyenda' recordamos uno de los sucesos más impactantes de la época que mantuvo en vilo al cantante hasta el 17 de enero de 1982, cuando se produjo la liberación

Por hola.com

El doctor Julio Iglesias Puga, padre del cantante Julio Iglesias, fue secuestrado por la banda terrorista ETA el 29 de diciembre de 1981 cuando se disponía a acudir a su consulta en un centro sanitario de la calle O'Donnell en Madrid. Su captura fue uno de los sucesos más impactantes de la época y pudo resolverse gracias al policía Joaquín Domingo Martorell, que en aquel momento era el Comisario Jefe de la Brigada Central de Información y director del Mando Único de la Lucha Antiterrorista. Hoy, coincidiendo con el 40 aniversario de este hecho, recuperamos el valioso testimonio de Martorell en el episodio cuatro de nuestro pódcast Julio Iglesias, del hombre a la leyenda. Unas declaraciones inéditas con detalles desconocidos de la investigación y una curiosidad personal: tras la liberación de Julio Iglesias Puga, el 17 de enero de 1982,  Martorell acabó trabajando con Julio Iglesias en Miami. 

Además, en este episodio recuperamos las crónicas de ese momento, ya que la revista ¡HOLA! fue el único medio de comunicación que vivió desde dentro la evolución del caso, como parte del reducido círculo de confianza que acompañaban a Julio Iglesias en su casa de Indian Creek. También hablamos, entre otros, con Julia Higueras, biógrafa del doctor Iglesias Puga, que nos ayuda a profundizar en la personalidad del doctor Iglesias Puga, un hombre del que la prensa siempre destacó su imagen simpática. 

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Como no podía ser de otro modo, este capítulo se llama Me olvidé de vivir, porque el secuestro del doctor Iglesias Puga destrozó a Julio Iglesias y le llevó a replantearse lo que había sido toda su vida. La desaparición de su padre le llegó al cantante además justo en un momento en el que se estaba recuperando de una depresión, ya que aunque su ascenso profesional en los Estados Unidos era imparable, al menos una vez al día se preguntaba si tanto esfuerzo merecía la pena.

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