Esther Doña: así es su vida un año después de la muerte de Carlos Falcó

‘Carlos me propuso tener hijos, pero hubiera sido muy egoísta por mi parte. Un hijo mío no se hubiera merecido disfrutar de su padre tan poco tiempo’

Esther Doña

Te quedan x días gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Te quedan pocas horas gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Estás en tu periodo de prueba gratuita. Sigue disfrutando de ¡HOLA!+.

HOLA.com, tu revista en internet

Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito

Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Ya tienes una suscripción activa.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Hace exactamente un año, la vida de Esther Doña dio un vuelco brusco, doloroso e inesperado. El 20 de marzo de 2020, Carlos Falcó, marqués de Griñón y marqués de Castel-Moncayo, fallecía a los ochenta y tres años, víctima de la Covid-19. Esther no pudo despedirse en persona de su marido, ya que entonces ella también se encontraba luchando contra el virus. Los meses siguientes fueron difíciles e inciertos para la marquesa viuda: tuvo que hacer el duelo en soledad; tuvo que dejar el palacio de El Rincón, el hogar que había compartido con el aristócrata durante su matrimonio… y tuvo que hacer frente sola a la muerte de su padre, también víctima del coronavirus.

ESTHER DOÑA©ANTONIO TERRÓN
“La verdad es que, como esto siga así, me voy a quedar sin amigos”, dice Esther, tomándose con humor las últimas informaciones sobre su vida sentimental.
Acceso a la versión digital

Sigue siendo una pesadilla, un mal sueño para mí. Daría cualquier cosa para que todo fuera como antes, cuando Carlos estaba a mi lado…”, dice Esther en conversación con ¡HOLA! “Así es la vida, te das cuenta de lo frágiles que somos y que, en cualquier momento, puedes irte y en un suspiro todo termina: ilusiones, proyectos, felicidad… Todo se acaba de repente, sin estar preparado para ello y, en mi caso, sin querer aceptarlo. Aún estoy en ese proceso, intentando rehacer mi vida”, añade.

Esther ha tenido que empezar de nuevo. Se ha instalado en su casa de soltera a las afueras de Madrid y todavía está cerrando los flecos de un acuerdo sobre la herencia con los hijos del aristócrata. Mientras tanto, se ha volcado en una nueva faceta como comunicadora. “Tengo varios proyectos profesionales que me ilusionan bastante en el mundo de la comunicación, relacionados con temas que interesaban a Carlos: el sector vinícola, el campo, la Naturaleza y los animales, además del sector del lujo y la cultura española”, nos explica. También ha colaborado en un proyecto de comunicación para “dar voz propia a mujeres empoderadas en un mundo de hombres”. Un año después de la muerte de su marido, la marquesa viuda de Griñón habla con voz propia.

“Mi marido dio el paso de casarse conmigo para que yo tuviera esos derechos”, dice Esther respecto a llevar los títulos de marquesa viuda de Griñón y de Castel-Moncayo

—Este veinte de marzo se cumple un año de la muerte de Carlos. ¿Qué tienes pensado hacer ese día?

—Me gustaría borrar del calendario el veinte de marzo, que no existiera. Esta fecha aún me hace recordar más fuerte esos momentos que intento borrar de mi mente. Además, volvemos a estar confinados… Me refugiaré en mis amigos más cercanos y buscaré consuelo en ellos para un día tan triste para mí.

—Todavía no ha habido una misa funeral en memoria de Carlos. ¿Es correcto? 

—Sí, es correcto. La situación es todavía muy delicada en España y no hemos podido hacer una misa como la que Carlos se merece, pero cada día le hacemos homenajes. Sigue con todos nosotros y está en cada conversación.

ESTHER DOÑA©ANTONIO TERRÓN
“No me siento preparada para enamorarme en este momento. Se lo dejo al destino, cupido o quien sea, pero, por ahora, no hay nada de nada y, si en algún momento ocurriera, la primera sorprendida sería yo”.

—Sus últimas palabras fueron: “Voy a luchar por ti, voy a luchar por pasar aún más años juntos”. ¿Cuáles fueron tus últimas palabras para él?

—Él seguía con su maravilloso optimismo. No pensaba renunciar a los años más felices de su vida, aún teníamos muchos sueños por cumplir. Yo era más consciente de la gravedad de la situación de la Covid y temía que la cosa pudiera no terminar como él pensaba. Siempre le seguía en todo para animarle, pero no paraba de repetirle que, para que eso ocurriera y poder seguir más años juntos, tenía que hacer todo lo que los médicos le recomendaran, que así seguro que pronto volvería a casa y seguiríamos con nuestra vida. Carlos me decía con su entusiasmo: “¡Claro, mi amor! Ahora sí que voy a seguir todas las recomendaciones. Solo quiero vivir para ti”.

—¿Quién te dio la noticia de su fallecimiento?

—Recibí una llamada de teléfono del hospital y era el doctor para trasladarme el triste desenlace. Fue tan doloroso… Me costó tanto asumirlo… Pero solo quien ha pasado por una situación similar puede entender los sentimientos, la profunda tristeza, la incredulidad. Como he dicho siempre, te aferras a la vida. Son momentos muy difíciles, muy duros. Y pensar en tantas y tantas familias que hemos pasado por esto en el último año.

“Poco a poco parece que se van cumpliendo las voluntades de Carlos. Mis abogados siguen trabajando en ese tema”, explica en referencia a la herencia
Loading the player...

—Un año después, ¿cómo te encuentras anímicamente?

—Cada persona lleva su duelo a su manera. Personalmente, estas preguntas me remueven sentimientos dolorosos. Siento a Carlos cada minuto a mi lado. Ahora, tengo que enfrentarme a situaciones sola, pero le siento muy cerca, conmigo, dándome fuerzas para seguir adelante. No quiero reconocer que Carlos ya no está, porque para mí sigue a mi lado. Aunque no pueda cogerle la mano, sí que siento su aprobación y empuje en esta nueva etapa de mi vida.

—También perdiste a tu padre. ¿En algún momento has necesitado ayuda profesional para lidiar con el dolor?

—No, me he apoyado en el calor de la familia, los amigos y el trabajo. Estar ocupada está siendo la mejor terapia.

Carlos Falcó y Esther Doña©JESÚS CORDERO/NUEVO ESTUDIO
“Carlos me propuso tener hijos, pero hubiera sido muy egoísta por mi parte”, confiesa Esther Doña.

—¿Te has sentido arropada? ¿Sentiste el apoyo de la familia de tu marido?

—Recibí el cariño de millones de personas y estoy muy agradecida por ello. Carlos es, además, una persona muy querida por muchos y esto me reconforta muchísimo también. Además, como tantas y tantas familias, no pude recibir un abrazo, una compañía. Fue muy duro, la verdad. En aquellos momentos, no hay nada que te reconforte, no hay consuelo. Incluso hoy, que ya ha pasado un año sin Carlos, me siento muy arropada por tantos amigos íntimos a los que él pidió que me protegieran. Esta es otra de las cosas que me hacen sentir a mi marido muy cerca de mí.

—Hace unos meses nos contabas que Carlos te dejó como usufructuaria de todos sus bienes, pero tú decidiste abandonar El Rincón, tu casa, voluntariamente. ¿Se están cumpliendo las voluntades de Carlos?

—Poco a poco parece que se van cumpliendo.

—En diciembre, nos contabas que tus abogados estaban trabajando para llegar a un acuerdo sobre la herencia. ¿Ya se ha llegado a ese acuerdo?

—Mis abogados siguen trabajando en ese tema.

“Por el momento, no me veo en pareja. Carlos aún está muy presente y dejó el listón muy alto en mi corazón”

—¿Seguirás utilizando el título de marquesa viuda?

—Por supuesto, mi marido dio el paso de casarse conmigo para que yo tuviera esos derechos. Así lo quería él y para mí es un orgullo.

—Eres una mujer joven, atractiva… ¿Crees que en algún momento te han juzgado mal por ello?

—Para nada. Hay opiniones de todo tipo, pero yo solo me quedo con las opiniones de las personas que me conocen. Hay aún demasiados estereotipos sobre las mujeres y nuestro físico, pero siento que las personas que me conocen me quieren por mis valores y mi personalidad más que por mi apariencia o mi edad.

—Has enviudado muy pronto y todavía tienes muchos años por delante. ¿Te imaginas casada de nuevo o llevando una vida en pareja en un futuro?

—Por el momento, no me veo en pareja. Carlos aún está muy presente y dejó el listón muy alto en mi corazón.

ESTHER DOÑA©ANTONIO TERRÓN
“Yo tenía una vida totalmente ligada a la de Carlos, no nos movíamos el uno sin el otro y ahora tengo todo el tiempo para mí”, dice Esther, que ha vuelto a su casa de soltera junto a su perrita, ‘Chloé’, un regalo del marqués.

—¿Te gustaría ser madre? ¿Te habría gustado tener hijos con Carlos?

—¡En este momento ni se me pasa por la cabeza! Carlos sí me lo propuso, casi recién conocidos ya lo comentamos. Pero hubiera sido muy egoísta por mi parte. Carlos estaba ya en una etapa de disfrutar de la vida y un hijo mío no se hubiera merecido disfrutar de su padre tan poco tiempo. No era el momento. Nuestra relación era diferente, más de disfrutarnos el uno del otro, los dos juntos.

—En estos últimos meses, los medios han intentado relacionarte con algunas personas. ¿Te sientes preparada para volver a enamorarte?

—La verdad es que, como esto siga así, me voy a quedar sin amigos. No me siento preparada para enamorarme en este momento. Se lo dejo al destino, cupido o quien sea, pero, por ahora, no hay nada de nada y, si en algún momento ocurriera, la primera sorprendida sería yo.

“A los hombres les intimida que sea la viuda de un gran hombre como Carlos, un señor con todas las palabras”

—¿Crees que ser marquesa viuda intimida a los hombres?

—Lo que creo que intimida es ser la viuda de un gran hombre como Carlos, un señor con todas las palabras, un noble no solo por sus títulos, sino también por sus actuaciones y valores. Eso sí que crea respeto.

ESTHER DOÑA©ANTONIO TERRÓN
“Tomar la decisión de volver a mi casa ha sido muy acertada. He ganado en calidad de vida”, reconoce la viuda de Griñón tras dejar el palacio de El Rincón, el hogar que compartía con su marido.

—¿Cómo es ahora tu día a día?

—Mi vida ha cambiado mucho. Yo tenía una vida totalmente ligada a la de Carlos, no nos movíamos el uno sin el otro y ahora tengo todo el tiempo para mí. Tomar la decisión de volver a mi casa ha sido muy acertada. Aquí estoy cerca de mis amigos, tengo todo al lado, me encanta pasear por el campo, ir al gimnasio, comer productos ecológicos que tengo justo en frente de casa… Me siento acompañada y segura en todo momento. He ganado en calidad de vida.

—¿Sigues pensando mucho en tu marido?

—Las veinticuatro horas del día. Carlos vive en mí…


Texto: MARTÍN BIANCHI

Fotos: ANTONIO TERRÓN

Maquillaje y peluquería: EVA ESCOLANO

Estilismo: PACO RUS

Localización: Residencial ‘Los Sauces’-El Oso Blanco Producciones