Joaquín de Luz, actual pareja de Kayoko Everhart: el aclamado bailarín que volvió a España para cumplir su sueño

Después de ser la estrella del New York City Ballet durante casi 15 años, en marzo de 2019 regresó a nuestro país para dirigir de la Compañía Nacional de Danza

Por Cristina Álvarez

De un momento a otro, Joaquín de Luz ha visto cómo su nombre ha acaparado titulares en los diferentes medios que se han hecho eco de la polémica suscitada por la designación de su pareja, la bailarina Kayoko Everhart, como Primera Figura de la Compañía Nacional de Danza, institución que él dirige desde marzo de 2019. Al parecer, esta situación provocó un revuelo entre sus compañeros y llevó al Ministerio de Cultura a abrir una investigación para determinar si ha habido alguna irregularidad. "Se trata de un mecanismo de defensa para salvaguardar el honor de la compañía y del director", explicaron a HOLA.com fuentes del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), organismo dependiente del Ministerio de Cultura. Durante estos días se ha hablado mucho de la vida privada del bailarín y coreógrafo, sin embargo, cuenta a sus espaldas con 30 años de carrera en los que el sacrificio, el sentido de la responsabilidad y el afán de superación han sido siempre sus máximas, convirtiéndole en el gran profesional que es hoy en día. Durante casi 15 años fue la estrella del New York City Ballet, consiguiendo el aplauso de la crítica y la veneración de rostros tan conocidos como la actriz Sarah Jessica Parker, que era la presidenta de su club de fans, o la it-girl Olivia Palermo, que siente una gran admiración por su trabajo.

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Joaquín de Luz (Madrid, 1976) inició sus estudios de ballet en la escuela de danza de Víctor Ullate y, tras su posterior incorporación, bailó para la compañía entre 1992 y 1995. Durante esos tres años, interpretó coreografías de Ullate, Duardo Lao, Nils Christie, Hans van Manen, Maurice Bejart, Rudy van Dancing, Misha van Hoeke y George Balanchine. Después, formó parte del Ballet Mediterráneo, por encargo de Fernando Bujones, antes de poner rumbo a Estados Unidos para incorporarse al Pennsylvania Ballet, que lo invitó a unirse a la compañía como solista. Allí interpretó papeles protagonistas en clásicos como Diana y Actaeon, Coppelia y La Bella durmiente, además de piezas de Lynne Taylor-Corbette, Hans van Manen y Matthew Neenan, sin olvidar Cascanueces, Tarantella y Who Cares.

En diciembre de 1997, Joaquín se unió al cuerpo de ballet del American Ballet Theatre de Nueva York y se convirtió en solista un año después. Durante sus siete años en el ABT, interpretó papeles muy importantes, como The Bronze Idol y Solor en La Bayadère, Red Cowboy en Billy the Kid, Champion Roper en Rodeo, Blue Boy en Le Patineurs, Birbanto en Le Corsaire, Turning Boy en Etudes... También bailó en Clear, Black Tuesday, Symphonieta, Stepping Stones, Known by Heart o Gong. Ya en 2003, dio el gran salto al New York City Ballet como solista y, dos años más tarde, fue nombrado bailarín principal. De la mano de esta compañía pudo bailar en el Lincoln Center de Nueva York y en muchos otros de los teatros más emblemáticos del mundo. Con NYC Ballet interpretó algunos de los papeles más importantes de la historia de la danza. Esto incluye muchas piezas de Balanchine, como El Cascanueces, Sueño de una noche de verano, Coppelia, Ballo della Regina, Harlequinade, Hijo pródigo, Tarantella, Vals de Viena y Sonatine; de Peter Martins, como La Flauta Mágica, El lago de los cisnes, Todos Buenos Aires y Zakousky. Otras de sus actuaciones incluyen Makin 'Whoopee, de Double Feature, de la coreógrafa estrella de Broadway, Susan Stroman, y Mercurial Manouvers, de Cristopher Wheeldon.

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A lo largo de su carrera, De Luz ha participado como artista invitado en numerosas compañías internacionales, como el American Ballet Theatre, San Francisco Ballet, Stanivslasky Theatre de Moscú, Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires y el Ballet Nacional de Cuba, entre otros muchos. Tampoco hay que olvidar sus múltiples actuaciones en galas internacionales y eventos especiales, que incluyen: Estrellas del siglo XXI, en París y Nueva York; Intensio, José Carreño y Friends y El mundo de Diana Vishneva, en Tokio; Homenaje a Nureyev, en Roma... Además, ha aparecido en varios festivales, incluidos los de Ravel, Spoletto, Perelada, Santander, Madrid, Vail, Atenas y Miami. Representó a España en la Expo de Lisboa de 1998 y formó parte de la gira Kings of Dance 2007-2011, recorriendo Rusia y Estados Unidos. De hecho, su carrera ha recibido homenajes y reconocimientos en diferentes rincones del mundo: la Medalla de Oro en el concurso internacional Nureyev en Budapest (2006); el premio al mejor bailarín en el Benois de la Danse de Moscú (2009); el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid (2010), y el Premio Nacional de Danza de interpretación (2016), que le recibió de manos de los reyes Felipe y Letizia, quienes han ido a ver sus obras en varias ocasiones. También ha tenido una gran variedad de apariciones en televisión y eventos en Estados Unidos. Es el caso de la campaña de Navidad de Freixenet 1999-2000; Today Show y Live de la NBC desde el Lincoln Center, en PBS; y también actuó en Romeo and Juliette y The Nutcracker (este último se proyectó en más de 600 cines en Estados Unidos). 

Desde 2008 ha sido el director artístico de la compañía de ballet 'Estrellas', de Nueva York, con la que ha hecho giras por Europa, Asia, Estados Unidos y Sudáfrica. En mayo de 2013, debutó en el papel principal del espectáculo de Broadway On your Toes, en Nueva York, consiguiendo gran éxito por parte de la crítica. En 2017, fue nombrado director artístico de la Gala de Baile de Menorca. Desde 2018, estuvo combinando sus trabajos como coreógrafo y director artístico con el de profesor, de hecho, le reclaman para impartir cursos y clases magistrales en diferentes instituciones a nivel internacional. Actualmente, imparte clases en la School of American Ballet de Nueva York, tanto en la escuela JKO de ABT como en su Studio Company, en la Escuela de Ballet Marat Daukayev de Los Ángeles y en la Escuela de Rock de Filadelfia.

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Su carrera está llena de éxitos y sueños cumplidos, sin embargo, el 28 de marzo de 2019 fue el día en el que se anunció su nombramiento como director de la Compañía Nacional de Danza (CND), en sustitución de José Carlos Martínez. "Mi sueño es tener una Compañía que me hubiera hecho quedarme aquí", confesó el bailarín, que tiene un tatuaje con la frase "Made in Spain" (hecho en España). "Volver a mi país es un sueño que tengo desde hace bastante tiempo después de estar fuera 23 años, y qué mejor forma que dirigiendo la Compañía Nacional. Es una gran responsabilidad, y pondré todo mi ímpetu en aportar todo lo que he aprendido en mi carrera", declaró.

Su proyecto artístico incide en la idea de desarrollar la identidad propia de la CND y, continuando con el trabajo de su predecesor, va dirigido a definir los rasgos que distinguen a la Compañía y a situarla como una de las de más destacadas de la escena internacional del siglo XXI. Para ello, su propuesta es que sea versátil, que aborde el ballet clásico, la danza neoclásica y la contemporánea, que experimente con los nuevos lenguajes con un repetorio plural y representativo de nuestra tradición cultural, que sea reconocible dentro y fuera de nuestro país...

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El pasado mes de noviembre, la Compañía Nacional de Danza actuó por primera vez en el Teatro Real bajo la dirección artística de Joaquín de Luz. El programa estaba compuesto por tres piezas innegables: Apollo, de George Balanchine; Concerto DSCH, de Alexei Ratmanski, y White Darkness, de Nacho Duato. El director y bailarín defendió que este programa era "una declaración de intenciones" para "mejorar" la calidad de la compañía y confesó que: "Quiero unir. Quiero que haya un grupo grande en la compañía que pueda ser tan versátil como es este programa". 

El 9 de diciembre, la CND estrenó en el Teatro de la Zarzuela la versión contemporánea que De Luz ha hecho del clásico Giselle, un coreografía "con final trágico" que visita el romanticismo español "bajo el filtro de Gustavo Adolfo Bécquer". "Quería hacer una nueva Giselle, me apetecía hacerle un lavado de cara", explicó Joaquín en la presentación del espectáculo que ha hecho "respetando todo, he desempolvado mi ballet romántico favorito, y eso que no soy muy romántico". "Me parece muy inspirador contar esta historia en estos momentos", dijo el bailarín, que tuvo que adaptar los ensayos a las medidas de seguridad e higiene impuestas por la pandemia. Los 42 bailarines que salen a escena, ensayan con mascarilla y cumplen a rajatabla el protocolo sanitario. Desde el 9 al 22 de diciembre se podrá ver Giselle en el Teatro de la Zarzuela, después saldrá de gira por España a ciudades como Sevilla, Valencia, Oviedo, Bilbao y Granada, que son las primeras paradas.