Hiba Abouk y su hijo disfrutan de una relajante siesta en un lugar inesperado

Achraf Hakimi ha sido el encargado de inmortalizar el precioso momento entre madre e hijo

Por hola.com

Hace solo unas semanas, Hiba Abouk compartía la 'fiebre del sábado noche' que protagonizaba su hijo Amín en Milán. Pasada la medianoche, el niño estaba de lo más activo, sin parar ni un segundo en la cuna y gritando de pura emoción mientras trataba de hacerse con un libro lleno de entusiasmo. Con estos antecedentes, no es de extrañar entonces que el pequeño caiga rendido después por el día, teniendo en cuenta que a altas horas no para quieto. Es, precisamente, lo que sucedía este mismo viernes por la tarde. 

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Tal y como Achraf Hakimi, padre del bebé y pareja de la actriz, ha compartido con sus seguidores, Amín no ha podido disfrutar de la tarde de juegos y cuentos junto a su madre y ha terminado por echarse la siesta en sus brazos. En la imagen que ha mostrado el futbolista, puede verse a madre e hijo entre almohadas y tumbados sobre la alfombra de juegos mientras el sueño más profundo les embarga. A juzgar por sus palabras y emoticonos, Hakimi se ha derretido con la instantánea y no ha podido evitar inmortalizar el momento.

Lo cierto es que tanto a Hiba Abouk como a su pareja se les cae la baba con Amín, que acaba de cumplir nueve meses de vida. Recientemente, la actriz confesó que su hijo le había dado "los mejores" meses de su vida. A menudo, y como los padres orgullosos que son, comparten momentos de su día a día en compañía del niño. Lo hicieron, por ejemplo, cuando la intérprete visitó una exposición en el madrileño parque de El Retiro.

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O cuando Hiba pudo cumplir uno de sus sueños al llevar al bebé al teatro por primera vez, algo que siempre había querido hacer. Pero no solo han vivido instantes inolvidables, cargados de ternura y de lo más adorables junto a Amín, sino también alguna que otra anécdota y escenas un tanto abochornantes. Así sucedió durante sus últimas vacaciones de verano, cuando el pequeño terminó esparciendo la comida por todo el suelo, ante el rostro resignado de sus padres.