Daba vida a Khal Drogo

Jason Momoa admite que se arruinó tras 'Juego de Tronos' y su familia 'pasó hambre'

En 2011 salió de la ficción de HBO y no fue hasta 2016 cuando le ficharon en 'La liga de la Justicia'

Por hola.com

Todo el mundo hablaba de Khal Drogo en 2011, cuando Juego de Tronos estaba en emisión y a punto de convertirse en una de las series más inolvidables de todos los tiempos. Sin embargo, tras el fin del personaje, Jason Momoa se vio en una situación complicada: pese a protagonizar todas las conversaciones nadie quería contratarle. Así lo ha contado él mismo en una entrevista con la versión estadounidense de la revista InStyle, donde explica que "es todo un reto cuando tienes hijos y estás cubierto de deuda".

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El último estreno de Jason Momoa es la serie See en Apple Tv+ el pasado año y actualmente tiene varios proyectos pendientes de estreno y rodaje, pero lo cierto es que su carrera se recuperó ya en 2016 cuando consiguió el papel de Aquaman en el universo cinematográfico de DC Comics. Desde 2011 hasta 2016 se limitó a hacer películas y series de mucho menor presupuesto, como los filmes Wolves Debug (que ni siquiera se estrenaron en nuestro país), mientras lo compaginaba con su vida familiar: dos hijos, una niña nacida en julio de 2007 y un niño en diciembre de 2008, nacidos fruto de su matrimonio con Lisa Bonet. "Pasamos hambre", asegura en su entrevista.

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Lo cierto es que, aunque ahora sea uno de los superhéroes más queridos del panorama audiovisual y Aquaman recaudara más que el resto de películas de la franquicia, su vida no fue nada fácil. Creció en Iowa (Estados Unidos) con su madre, haciendo viajes frecuentes a Hawaii, donde vivía su padre, pero era diferente al resto de niños y se metían mucho con él en el colegio: "Me daban muchas palizas solo por ser un poco diferente, era desagradable. Llevaba Birkenstocks a clase y me llamaban rarito". No fue hasta los 19 años cuando persiguió el sueño de ser actor, cuando le cogieron en un casting de Los vigilantes de la playa en Hawaii, pero al terminar la serie y mudarse a Los Ángeles para continuar su carrera se dio cuenta de que no sería tan fácil como pensaba y se pasó tres o cuatro años sin conseguir siquiera un agente que le representara. 

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Para mantenerse en la industria incluso cuando las cosas eran difíciles, Jason Momoa creó una productora con un amigo hace ya diez años. Así tiene ocho créditos detrás de las cámaras, en los que también ha colaborado en mayor o menos medida como actor. Esta estrategia es muy habitual entre los profesionales de la interpretación, sobre todo en los últimos años, y otras grandes estrellas como Brad Pitt, George Clooney o Matthew McConaghey han seguido los mismos pasos.

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Su amigo, Brian Andrew Mendoza, comenzó a dirigir con la creación de su productora y ha estado al frente de uno de los próximos proyectos de Momoa, Sweet Girl, que podrá verse en Netflix. "Mucha gente no se da cuenta de que Jason es una bestia como artista. El arte es lo que le mueve", comparte, explicando que han hecho algunas locuras como dormir junto a una carretera para poder grabarla a primera hora de la mañana con la primera luz del día.