Rendirse nunca entró en sus planes. Jamás se le pasó por la cabeza tirar la toalla, es más, cuando su marido flaqueaba ella siempre estuvo a su lado para darle fuerza. Sin embargo, Irene Rosales reconoce que no hizo nada excepcional cuando Kiko Rivera se encontraba en la etapa más oscura de su vida. "Yo no he sido un ángel. Solo he sido una persona que quería que otra fuese feliz", ha dicho en una entrevista que ha concedido a la revista Semana. La finalista de GH Dúo se ha mostrado muy sincera al hablar de lo que supuso para ella que el DJ hiciera pública su adicción a ciertas sustancias cuando estaba en el programa, asegurando que se alegra mucho de que "se haya quitado esa mochila que le pesaba tanto".
"Claro que he llorado. Han sido momentos muy difíciles, pero se han quedado para mí (...) no merece la pena ni recordarlos", explica Irene, que estaba convencida de que las cosas iban a mejorar: "Yo siempre confié en que Kiko se curaría y, sabiendo cómo iba a terminar, volvería a pasar exactamente por lo mismo otra vez". "Tenía un demonio dentro de él y cada paso que daba lo hacía sin pensar. Ahora analiza más las cosas", asegura la concursante del reality de Telecinco sobre lo mucho que ha cambiado su marido durante este tiempo. Ella tampoco ha vuelto a ser la misma y está muy orgullosa de su paso por Gran Hermano ya que los telespectadores han podido conocer a la verdadera Irene.
- La confesión más dura de Kiko Rivera en 'GH Dúo'
- Irene Rosales, el empeño y el tesón de la mujer que cambió a Kiko Rivera
Otro de los temas candentes que trata durante su entrevista es su relación con la hermana de Kiko Rivera, Isa Pantoja. Sus últimas declaraciones causaron un gran revuelo y, al preguntarle que cómo le han sentado sus palabras, Irene se ha limitado a decir que: "Mi relación con Isa es de cuñadas. Quiero dejar claro que no hay mal rollo y no voy a entrar en conflicto. Quien tiene que hablar con ella es Kiko".
Kiko Rivera, por fin en casa y con su familia
