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Llega la Semana Santa y con ella, esperados reencuentros familiares. Blanca Romero y su hija Lucía viven separadas por algo menos de 500 kilómetros, una en Gijón y otra en Madrid, por lo que aprovechan cualquier ocasión para verse. Y qué mejor que el comienzo de la Pascua para pasar unos días de lo más familiares en Madrid. Aunque Lucía había viajado dos días antes a Gijón, tanto ella como su madre tenían compromisos profesionales el pasado viernes en la capital, por lo que decidieron viajar con el pequeño Martín para pasar el resto del fin de semana.
A pesar de que la meteorología no les ha acompañado demasiado, han aprovechado el tiempo con planes originales y divertidos, como visitar el Santiago Bernabéu. El hijo pequeño de Blanca es un gran aficionado al Real Madrid y demostró gran entusiasmo por el estadio. Así, junto a un amigo, vimos a la modelo y actriz en los alrededores de la zona, feliz por hacer el sueño de su hijo realidad. Solo faltaba Lucía para completar la estampa familiar, que no se unió a su madre y hermano hasta el día siguiente.
El domingo salieron los tres juntos a comer en el restaurante Peyote San, en plena calle Génova, en donde pueden saborearse platos con una mezcla de comida mexicana y japonesa. Martín lucía encantado la camiseta del Real Madrid que su madre le había comprado el día anterior en el estadio de su equipo. En la comida se reunieron con el piragüista olímpico Javier Hernanz, pareja a su vez de Mireia Belmonte, con quien Blanca y su familia tienen muy buena relación. La actriz y el deportista residen en Gijón, donde él es policía nacional y entrena en un centro de alto rendimiento cercano. Además comparten profesión, puesto que Javier también se dedica al modelaje y ha sido rostro de marcas como Loewe. Quizás Lucía estaba apuntando sus consejos para posar, puesto que se dejó fotografiar por su madre en varias poses y con su bolso de la conocida marca española, quitándose incluso la chaqueta para que se viera su look total white.
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