Su padre, el amor, sus hijos... Las últimas reflexiones de Carmen Franco

El libro Carmen, escrito por Nieves Herrero, recoge las memorias de la única hija de Francisco Franco

Por hola.com

Carmen Franco Polo, fallecida a los 91 años, repasó todas sus viviencias en más de 40 horas de conversaciones con Nieves Herrero en el salón de su casa de Hermanos Bécquer, en Madrid. Fruto de estas largas charlas, nació la última novela de la periodista, Carmen. El testimonio novelado de la hija de Franco. Una mujer testigo de la historia, sin miedo a la vida y tampoco a la muerte. Nieves Herrero presentó el 29 de noviembre de 2017 este libro basado en las memorias de Carmen Franco, acto al que no faltó la hija de la protagonista, Carmen Martínez-Bordíu. 

El broche final al libro de Nieves Herrero, lo pone la propia Carmen Franco. 'Con voz propia' son las últimas reflexiones sobre todos los temas que más marcaron su vida. Unas palabras, que ya reflejaban su despedida: 'he llegado hasta aquí. El final de una larga vida. Ahora que ya no tengo ninguna obligación ni ninguna responsabilidad, me siento más libre. No tengo por qué dar explicaciones de mis actos. No tengo que rendir cuentas a nadie. Procuro llevar una vida normal pero soy libre. Más libre de lo que he sido nunca. Durante gran parte de mi vida he tenido que hacer aquello que era lo correcto, lo que marcaba el protocolo de mi posición. Primero hija de Franco, después mujer de Cristóbal Martínez-Bordiú y, por fin, Carmen a secas. Reivindico mi nombre porque no quiero ser juzgada por la vida de los demás. Ni la de mis padres, ni la de mi marido, ni la de mis hijos. Soy Carmen. Nada más'.

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Su infancia

María del Carmen Franco Polo nació en Oviedo el 14 de septiembre de 1926 pero su infancia estuvo marcada por la actualidad política del país y, en consecuencia, vivió en numerosas ciudades tanto en España como en el exterior. Vivió en Zaragoza, Tenerife o Madrid, así como en Francia, antes de la guerra civil. 'Viví entre algodones sin saber qué se hacía y qué no se hacía. En la guerra era una niña y no me enteraba de nada. Solo sé que tuve que que cambiar de nombre. Elegí llamarme Teresa, y me escapé con mi madre a vivir a Francia', comienza la hija de Francisco Franco relantado sus experiencias durante su infancia. 

Aunque en todo momento destaca que fue una niña feliz, también narra los momentos que le hicieron más fuerte. 'Cuando tenía afecto a alguien, desaparecía de mi vida. Primero la instritutriz francesa a la que tanto quería, mademoiselle Labord, la dejamos en Tenerife cuando mi padre salió para Marruecos en el Dragon Rapide. Decían que podía ser una espía. Depsués, Blanca Barreno, la teresiana, se fue de mi vida también de golpe porque se enamoró del mecánico de mi madre después de muchos años a mi lado. Fue duro no volver a saber de ella. Me volvieron a cortar los hilos de mis afectos. Eso me ha hecho dura. Nadie me va a ver llorar nunca. Desconozco si eso es bueno o malo'

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La figura de su padre, Francisco Franco

'Siempre he defendido mi apellido. Me da igual lo que pienses unos u otros', comienza Carmen a hablar del período político de su padre como Dictador en España, desde 19639 hasta 1975. 'A mi padre que lo juzgue la historia, no yo. Cuando me dicen que fue un dictador, no lo niego pero tampoco me gusta porque lo suelen decir como un insulto. Sin embargo,  a mí no me suena tan mal, para mí tiene una connnotación diferente. Yo no voy a juzgar a mi padre, insisto. Sí voy a decir que él, a su manera, hizo lo que creía que era mejor para España y los españoles', añade.

Además, Carmen también destaca el cambio que dio su padre cuando ella volvió de Francia, donde se había marchado de la mano de su madre, Carmen Polo, años antes de la Guerra Civil. 'Me encontré con un desconocido. Nada tenía que ver con el padre que dejé en Canarias. Un padre que me cantaba Zarzuela y conducía su coche. Parecía otro hombre. Irreconocible. Le tuve que mirar durante un largo rato porque había cambiado por completo. Se había convertido en una persona diferente. Mandaba mucho y apenas podía hablar con él. Ya siempre le ví rodeado de gente'.

'Yo me enteraba de lo que sucedía por mi madre o por mi entorno, nunca por su boca. Mis momentos junto a él fueron aquellos que la caza nos permitió compartir pero, repito, siempre con alguien a nuestro alrededor', contaba Carmen al intentar explicar el cambio radical de su padre al llegar al poder y cómo, hasta el momento de su muerte, no pudo estar más ya a solas con él. 

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La muerte de Franco

El 20 de noviembre de 1975 moría su padre, Francisco Franco. Su única hija se enfrentaba a este momento al lado de su familia pero, también, se convirtió en el gran apoyo de su madre, desolada por el fallecimiento. 'De los pocos momentos que viví junto a mi padre a solas fue precisamente en su final. Sabía que se moría y me hizo partícipe de su despedida a los españoles. Fui la guardiana de su secreto. Durante esos días me acompañó su última voluntad, dentro de un sobre blanco, allá adonde iba. No hubo lágrimas, tampoco besos. Sobraban las palabras. Su final fue duro'

Su primer amor

Saturnino Suanzes de la Hidalga, al que llamaban Ninín, fue su primer gran amor prohíbido. Con 91 años, Carmen aún recordaba el joven del que se enamoró siendo una niña. Un romance al que tuvo que poner fin por el impedimiento de su madre. Eso si, una experiencia que la volvería a hacer, con el tiempo, mucho más fuerte y luchadora. 'Me enamoré de un joven guardiamarina. Me encantaban los guardiamarinas. Los uniformes lógicamente me han atraído mucho siempre.Cuando se supo que nos veíamos en la casa de mi tía Pila, no me dejaron seguir junto a él. Mi madre tenía otros planes. Quizá no quería para mí su vida, junto a un militar. Yo siempre he obedecido. He hecho lo que me dijeron que hiciera; aunque en alguna ocasión intentara rebelarme. Ha sido hasta hoy, que hago lo que siento y lo que me dicta el corazoón. No me importa lo que digan o dejen de decir. Ya no me afecta'.

 Cristóbal Martínez-Bordiú

El 10 de abril de 1950, se casó en la capilla del Palacio de El Pardo, con el cirujano Cristóbal Martínez-Bordiú, X Marqués de Villaverde, con quien tuvo siete hijos: Carmen, María de la O, Francis, María del Mar, Cristobal, María Aránzazu y Jaime. 

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Carmen repasa en 'Con voz propia' sus años de matrimonio. 'Cuando me casé con Cristóbal y gané algo de livertad de movimiento eran otros tiempos y había que hacer lo que te decía el marido. Muchas veces no lo compartía pero prefería ceder a que tuviéramos una discusión. Era ordeno y mando. MI madre me decía que 'había tenido muy mala suerte'. No pienso juzgarle. Es el padre de mis hijos. Por cierto, tengo la sensación de haber estado embarazada durante toda mi juventud. Eran otros tiempos, y si no querías ir al infierno, tenías que tener lso hijos que Dios te mandara. Y eso hice.¿Qué hubiera ocurrido si hoy fuera joven? ¿Me habría separado de él? Mi respuesta es no. Hubiera seguido a su lado. Que nadie se olvide que por algo me casé con él'.

Su faceta como madre

Carmen, María de la O, Francis, María del Mar, Cristobal, María Aránzazu y Jaime son los siete hijos que la hija de Franco tuvo al lado de Cristóbal Martínez-Bordiú, aunque ella misma se considera en su relato una madre poco cariñosa. 'Ahora mis hijos me dicen que no estuve a su lado lo suficiente. Seguramente no fui la madre que ellos esperaban. Reconozco que no he sido cariñosa, no tengo ni idea de cómo serlo.No me enseñaron. Descargué toda la responsabilidad en Nani, que ha sido la madre y padre de mis hijos. Las mujeres de esa época acudíamos a todos los actos sociales a los que nos invitaban y realizábamos muchos viajes. Las cosas han cambiado mucho en poco tiempo. Todos mis hijos nacieron en El Pardo. Los fines de semana hasta que fueron mayores los pasaban con mis padres. Cristóbal y yo nos íbamos al pantano de Entrepeñas. Lo hemos pasado muy bien'

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Sus nietos, su mejor compañía

Muy cercana a sus amigas, Carmen no ha dejado de salir a sus tertulias con ellas hasta casi el último momento. Eso sí, siempre que volvía a casa tenía quien la esperara. Sus nietos, su mayor tesoro, siempre han estado con ella, al igual que sus amigos más cercanos. 'Siempre tengo a algún nieto viviendo conmigo. Primero estuvo Luis Alfonso, el hijo de Carmen y Alfonso. Ahora está Daniel, el hijo de Cristóbal y José Toledo. Siempre recibo visitas y amistades'

El pazo de Meirás

La madre de Carmen Martínez-Bordií no evitó en sus últimas reflexiones ningún tema y mucho menos el que atañe a su casa familiar de veraneo, el pazo de Meirás, en La Coruña. 'Han buscado mucho nuestro dinero, pro aquí y por allá, pero nunca lo han encontrado porque no teníamos una gran fortuna. Dinero, sí, pero no una cosa tan espectacular como la gente creía. Al ser hija única, lógicamente, he sido la única heredera. Me he gastado mucho en conservar el pazo de Meirás. Ahora se abre al público y le diré que me da miedo porque no tengo una seguridad especial que controle a la gente que quiera entrar. Hasta hace poco he seguido yendo allí con mi familia los veranos. Me siento vulnerable. Cualquier día me encuentro con alguien en mi habitación, como le pasó a la reina Isabell II'

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Las aficiones de Carmen Franco

La hija de Francisco Franco y Carmen Polo no duda en destacar su pasión por la caza pero también sus ganas de conocer nuevos sitios, nuevos destinos como sus actividades favoritas en su tiempo libre. 'La caza, montar a caballo y viajar han sido mis grandes hobbies. Chocaba que una mujer disparara como yo lo hacía. Probablemente porque he estado rodeada de militates. Tenía buen puntería y he cazado mucho con mi padre. Fraga me dio una perdigonada en el final de la espalda que, afortunadamente, no tuvo consecuencias. Hay que tener mucho cuidado con un arma en la mano. He visto muchos accidentes en mi vida'

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La despedida

Consciente de su enfermedad, Carmen Franco terminar este emocionante epílogo con una despedida valiente, reflejo de su gran fuerza como mujer. 'Aquí estoy. Dispuesta a aquello que venga. Sin lágrimas. No tengo miedo a nada. Ni tan si quiera a la muerte. La he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente. No le tengo miedo. No me pillará quieta. Reivindico mi nombre porque no quiero ser juzgada por la vida de los demás. Ni la de mis padres, ni la de mi marido, ni la de mis hijos. Soy Carmen. Nada más. Carmen. Una mujer que ha sido testigo de casi un siglo de historia'.