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Susanna Griso atraviesa momentos difíciles después de la muerte de su madre este martes. Pero no está sola, la presentadora de Espejo Público ha estado en todo momento acompañada por los suyos, tanto en la tarde del martes como en el funeral que ha tenido lugar este miércoles por la tarde en el Tanatorio de Collserola, en Barcelona. Susanna ha estado arropada en el último adiós a Montserrat por sus amigas María Zurita y Alejandra Prat.
En las imágenes se puede apreciar a una Susanna tranquila, con una valiente media sonrisa, vestida con falda y americana negras, camisa blanca y tacones claros, cubriendo sus ojos con unas grandes gafas de sol. Una vez dentro del edificio, se ha mostrado cercana con algunos de los presentes que han acudido a apoyar a la periodista y a decir su último adiós a Montserrat.
"Buen viaje, mamá" escribió la periodista en su cuenta de Instagram junto a una imagen familiar en la que se la puede ver junto a tres de sus cinco hermanos cuando eran apenas unos niños acompañados de su madre. Susanna era la más pequeña. La relación entre ambas era muy buena hasta los últimos momentos de su vida, estuvo presente en alguno de los premios que la periodista ha recibido a lo largo de su vida, y era muy exigente con su hija. En una entrevista con El Periódico hace dos años, Susanna aseguraba que recibía "demonios" por Whatsapp de parte de su madre si algo no era de su agrado durante la emisión de Espejo Público.
La presentadora llevaba ausente de su programa desde el pasado viernes, donde estaba siendo sustituida por Esther Vaquero, y se informó de que se debía a la gravedad en el estado de salud de Monserrat. Finalmente esta fallecía en su domicilio de Sant Cugat, Bacelona, a los 94 años tras una recaída del ictus que sufrió hace tres años.
Su compañera Ana Rosa Quintana le envió un cariñoso mensaje en directo tras conocerse la noticia. “Quiero dar una noticia triste. Ha fallecido la madre de mi compañera Susanna Griso, compañera mía durante muchos años. Estos días no ha hecho el programa porque debía estar con su madre, con una edad avanzada, pero que además había tenido un problema que había acelerado absolutamente todo. Desde aquí, mi pésame porque los hemos vivido hace muy poco sabemos que da igual que una madre tenga 90, 88 o ciento y pico años, al final es tu madre y te queda un vacío inmenso” dijo.
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