Salma Hayek ha querido felicitar a su hija de un modo muy especial. Valentina Paloma Pinault ha cumplido diez años y para celebrarlo ha colgado en su cuenta de Instagram un vídeo del pasado en el que madre e hija comparten un divertido momento musical. Desde muy pequeña Valentina demostró haber heredado la pasión por la actuación de su madre, y en este vídeo lo pone en práctica. Con apenas sus primeros años de vida aparece sentada al piano mientras le pide a su madre que cante mientras ella toca: "Mama, canta ooaahh". Un momento hilarante que ha publicado la actriz y productora mexicana en sus redes y que ha despertado numerosas comentarios y felicitaciones de sus seguidores.
El vídeo estaba acompañado de un bonito mensaje de su madre. "Feliz cumpleaños Valentina! Estoy muy agradecida por la década de felicidad que has traído a nuestras vidas". La hija de Salma Hayek y el magnate Francois-Henri Pinault vino al mundo el 21 de septiembre de 2007 para hacer felices a sus padres. La niña, que ya habla tres idiomas (inglés, español y francés), es muy divertida, muy madura y con una clara visión para los negocios. Salma contó en el programa de Ellen Degeneres que con apenas nueve años ya emprendió su propio negocio. Valentina comenzó a vender a sus compañeros de clase slime casero, una especie de masa o plastilina viscosa con colores llamativos: "Está como loca con la moda del slime, que es una especie de pelota grande y viscosa que fabrican y con la que juegan. Se puede hacer de distintos colores y brillantina. Ella está obsesionada, sabe cómo hacerlos y se está saliendo fuera de control. Ahora ha empezado a venderlo en el colegio", explicaba algo preocupada la intérprete mexicana. "Un día estábamos cenando con mi marido y le dije: Valentina, no quiero que lo vendas en el colegio, no está bien. Puedes regalárselo a tus amigos, pero no vayas a la escuela a vender, ¿verdad, François? Y él respondió: 'Claro pero... ¿por cuánto los vendes?'", aseguró un tanto indignada ante la visión empresarial de su marido.
Salma Hayek no se estrenó en la maternidad hasta ya pasados los 40 años porque, hasta entonces, no dejaron de asaltarle un sinfín de dudas y temores acerca de si podría o no compaginar el cuidado de un bebé con su carrera profesional. "Me aterraba la idea de poder o no poder tener un niño, y no tuve a mi hija hasta que cumplí los 41". Años después ella misma ha confesado que educar y criar a su pequeña Valentina es la experiencia más emocionante y enriquecedora de su vida.
