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Ya nos había avisado. "No me vais a ver en Madrid porque me voy de gira", dijo. Y así ha sido. Tras su último concierto en Barcelona, Isabel Pantoja ha puesto rumbo a Latinoamérica para cumplir con sus compromisos profesionales. El próximo miércoles, 22 de febrero, cantará en el Festival de Viña del Mar; el 1 de marzo, actuará en Lima; y el día 5, en Santiago de Chile.
La cantante afronta con mucha ilusión esta gira, como reflejan las imágenes que Anabel Pantoja ha compartido en sus redes sociales. Tía y sobrina, tan unidas como siempre, esperan nerviosas en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid–Barajas. "¡Que nos vamos!✈️✈️💋💋", ha publicado en su cuenta de Instagram.
Una espera que se ha visto "amenizada" por el encuentro de Isabel Pantoja y Kiko Rivera, que también ha puesto rumbo a Chile para promocionar su música. "Y me encuentro contigo en el aeropuerto... ¡Cómo te quiero, mamá!", ha escrito.
Desde que la cantante comenzara con este esperado regreso, ha optado por una actitud muy diferente a la que nos tenía acostumbrados durante los últimos años, estando mucho más cercana con la prensa y, sobre todo, con su público. Además, se ha unido a las redes sociales de la mano de los suyos, dejándonos ver su lado más familiar y divertido.
Antes de poner rumbo al Festival de Viña del Mar, Isabel ultimó los detalles de su vestuario en el taller del diseñador Eduardo Ladrón de Guevara. El prestigioso modisto, que lleva más de treinta años instalado en Madrid dedicado a la alta costura, ha creado más de cuarenta vestidos. Los diseños van desde la combinación del blanco y negro, turquesa y marrón a los colores fuertes, como el rojo o el ciclamen que tan bien le sientan a la artista.
También hay varias batas de cola que nada tienen ver con lo que ha lucido hasta ahora la tonadillera y muy alejado del diseño clásico del traje flamenco. Uno de ellos, el rojo, está confeccionado en tela plisada formando abanicos. Otro, el negro, pedrería en la parte posterior del vestido y un capote de lunares en homenaje a Paquirri.
Isabel Pantoja afronta esta gira tras su paso por Madrid y Barcelona. El pasado sábado, reunió en el Palau Sant Jordi a más de 8.000 personas. En esta ocasión, entre el público no se encontraban sus hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja, pero sí sus fans más incondicionales y dos grandes amigos, Raquel Bollo y Luis Rollán. Uno de los momentos más emocionantes para sus invitados VIPs llegó cuando Isabel cantó Abrázame, tema dedicado a sus tres nietos (Francisco, Alberto y la pequeña Ana) y que también dedicó a Manuel y Samuel Cortés, los hijos de Raquel Bollo.
Después de tres horas sobre el escenario, Isabel atendió a sus seguidores a la salida del reciento. Paró el vehículo en el que iba, bajó la ventanilla y firmó numerosos autógrafos. La cantante se mostró más cercana y cariñosa que de costumbre, preguntando a sus fans si les había gustado el concierto y transmitiéndoles todo su amor, llegando incluso a incorporarse para acariciar a una de las señoras de mayor edad y firmando todas las entradas y discos.
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