La otra boda de Mónaco

Por hola.com

Guapos, felices y muy enamorados. Desde antes de que Beatrice Borromeo comenzara a lucir el impresionante diamante rosa que vaticinaba su matrimonio con Pierre Casiraghi, a ellos ya se les había apodado como “los novios de Mónaco”. Quizá las ganas que tenía el Principado de vivir este enlace, ha hecho que el reciente “sí, quiero” de otra pareja pasara más desapercibo. ¿Quiénes son los otros que se han casado en Montecarlo?

El jugador de tenis Tomas Berdych y la modelo Ester Satorova también se han convertido en marido y mujer, una pareja que comenzó a salir en el otoño de 2012 y que anunció su compromiso el pasado enero durante el Open de Australia. El tenista se refiere a Mónaco como su hogar y tiene fijada la residencia en Montecarlo, así que no es de extrañar que haya elegido este lugar para celebrar la boda, el pasado 17 de julio, en vez de regresar al país natal de ambos: la República Checa.

Lejos de los 600 invitados que se reunieron en el Palacio Grimaldi, esta pareja deseaba un enlace íntimo, solo con los amigos y familiares más cercanos, así que fueron una veintena de personas las que se unieron a la pareja en el lujoso hotel Le Méridien Beach Plaza –conocido por ser el único de Montecarlo con playa privada-, en donde disfrutaron de unos días de vacaciones en compañíaa de los invitados antes del enlace.

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Para el gran día la modelo había elegido en París un vestido de Zuhair Murad, repleto de encajes y transparencias que dejaban ver sus largas piernas. Con esto Ester Satorova cumplía su sueño, puesto que el diseñador libanés es uno de sus favoritos, también lo eligió para la fiesta de Grisogno en Cannes, en donde estuvo deslumbrante con un mono blanco.

Con un maquillaje natural, el pelo suelto y unos zapatos de tacón en color crema de Saint Laurent, la modelo –que puso una nota de color en su manicura, eligiendo el rojo- estuvo lista para casarse con el tenista que ocupa actualmente el puesto número 6 en el ranquin de la ATP, en el Ayuntamiento de Mónaco.

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Tras la sencilla ceremonia civil, la pareja fue recibida a la salida por una lluvia de pétalos de flores blancas, momento en el cual se pudo ver las miradas cómplices que se dedicaban y el tenista –que acudió impecable con un traje azul y unas flores blancas en la solapa- lo compartió en las redes sociales, anunciando que se encontraba “sin palabras” por su boda con la guapa Satorova, que trabaja con una de las agencias de modelos más prestigiosas de Estados Unidos.