Hay muchas cosas que no conocemos de la vida de una celebritie, detalles de su día a día que no se pueden ver sobre el escenario ni en la alfombra roja de un estreno. Jennifer López es más que una actriz y cantante de éxito, es también madre, una de las facetas más importantes de su vida que desvela en un espectacular reportaje que se puede ver en las páginas de la revista ¡HOLA! de esta semana.
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Se confiesa como una madre entregada que valora cada minuto que está con sus niños y que quiere tener con ellos una relación estrecha y de confianza. “Max y Emme son super especiales. Deseo ver lo que hacen. Mi trabajo consiste en no ponerles trabas en su camino. Eso es el amor incondicional” asegura Jennifer. Sus niños son sus “ojitos derechos” y siempre que llegan a casa no ven el momento de contarle cómo les ha ido el día, tal y como ella misma explica.
Qué tal ha sido su clase de piano, cómo se llama el nuevo peluche de Emme, qué hay para cenar, se van a jugar a su cuarto son su nanny… ¡energía por los cuatro costados! Jennifer quiere estar siempre muy pendiente de su hija Emme: “Intento estar muy cerca de Emme para que sepa que puede contarme cualquier cosa. Recuerdo haber tenido esa falta de comunicación con mi madre cuando me convertí en adolescente. Sé que le pasa a todo el mundo, pero no quiero ni pensar que me ocurra con mi hija”.
Y ¿qué pasa con Max? Con simpatía, la diva del Bronx asegura: “El hecho de tener un hijo varón también me ayuda a entender mejor a los hombres. Los chicos… ¡simplemente piensan distinto!”. Tal vez sea por eso y porque, tras su separación del también cantante Marc Anthony y su ruptura con el bailarín Casper Smart no hay ningún hombre en su entorno, Jennifer haya tomado la decisión de que Max tenga un “manny”, y ahora pensarán ¿y eso qué es? Pues ni más ni menos que un “niñero”. Sí, sí. “Max tiene un nanny masculino porque pensé que estaba demasiado rodeado de mujeres” asegura la intérprete. Original pensamiento, sin duda.
