El clan Flores, quince años después del fallecimiento de Antonio González 'El Pescaílla'

Mucho han cambiado las cosas durante este tiempo, pero que sus nietas Elena, Alba y Lola sigan los pasos artísticos de la familia es lo que más ilusión le hubiera hecho al patriarca

Por hola.com

Antonio González, ‘El Pescaílla’, falleció el 12 de noviembre de 1999 en la casa familiar de ‘El Lerele’ en Madrid a los 73 años. El inventor de la rumba española murió en el mismo lugar donde cinco años antes había fallecido su mujer, la mítica Lola Flores, y su hijo Antonio; muertes que el guitarrista y cantaor nunca pudo superar, sobre todo el repentino fallecimiento de su hijo, viviendo sus últimos años sumido en una profunda tristeza que ni sus hijas ni sus nietos pudieron aplacar.

 


 

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El patriarca de la familia Flores, que estuvo 38 años casado con Lola, no pudo superar el cáncer hepático que padecía, y del que había sido operado en 1997, y falleció en casa acompañado de su hija Rosario, que perdía al último de los pilares fundamentales de su vida.

Hasta su fallecimiento no le llegaron los reconocimientos. La sombra de Lola Flores siempre fue muy alargada y el guitarrista y cantaor, consciente de que la personalidad arrolladora de su mujer era única, quiso voluntariamente permanecer en un segundo plano mientras su mujer cosechaba éxito tras éxito por los escenarios de medio mundo. Pero todo eso cambió a la hora de su muerte, ya que todos sus coetáneos del mundo flamenco reconocieron como el gran precursor de la rumba catalana amén de un artista con las versiones, ya que no se le resistía ni Frank Sinatra.

Quince años después de su desaparición muchas cosas han cambiado en el seno de la familia Flores. Tras comprarle su parte d la casa familiar a Lolita, que no soportaba la pena de haber visto morir en ella a su madre y su hermano, y a Alba, heredera de los bienes de Antonio, Rosario se quedó con El Lerele.

 


 

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Allí la pequeña de los Flores ha conseguido lo que parecía casi imposible, que la casa que tantas alegrías y penas había visto a los largo de los años volviera a ser un hogar feliz junto a su marido, Pedro Lazaga, y sus dos hijos, Lola, fruto de su relación con Carlos Orellana, y Pedro, el hijo que ha tenido con el cineasta. Su carrera como cantante continúa dando sus frutos y aunque ya no cuenta con el apoyo de su hermano, autor de numerosos de sus éxitos, ha seguido triunfando en los escenarios como en su faceta de coach en el programa La Voz.


Lolita, por su parte, no ha tenido la misma suerte. Aunque retomó su carrera como actriz ganando incluso un Goya por su participación en Rencor, su carrera como cantante no consiguió despegar. Su incursión en el mundo de los negocios con una línea textil que inmortalizaba míticas frases de su madre como "Si me queréis, irse" en camisetas o toallas le levó a contraer numerosas deudas que desembocaron en la venta de la casa que compró con su parte de El Lerele. Un nuevo matrimonio con el actor cubano Pablo Durán, con quien atraviesa ahora una grave crisis, y el gran éxito que ahora cosecha en el teatro gracias a su monólogo de La plaza del diamante le han vuelto a llevar a las primeras páginas del mundo del corazón.

 


 

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Pero de lo que sí estamos seguros que hubiera llenado de alegría el corazón rumbero de ‘El Pescaílla’ son las nuevas generaciones del clan. La mayor de sus nietas,Elena Furiase, ha heredado la faceta cinematográfica de la familia y ya se ha revelado como una de las jóvenes actrices más prometedoras de su generación. El éxito le llego de la mano de la serie ‘El Internado’ donde compartió rodaje con actores que ahora son imprescindibles en el panorama artístico de nuestro país como Blanca Suárez, Ana de Armas o Jon González.


Su prima Alba, hija de Antonio, no ha querido seguir los pasos de su padre en el mundo de la música aunque quien le ha oído cantar dice que ha heredado los genes de Antonio. Por el momento también ha decidido ser actriz cosechando estupendas críticas por su papel en la serie ‘El tiempo entre costuras’.

Como no podía ser menos, la tercera nieta de Antonio González también quiere seguir los pasos de la familia. Aunque está terminando sus estudios en Londres, Lola Orellana ya ha realizado varios cursos de modelo y de actriz y quiere comenzar, despacito y con buena letra, a hacer teatro en breve.

 


 

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El único que por el momento se ha decantado por la música es Guillermo, el hijo de Lolita y Guillermo Furiase, que casualmente guarda un enorme parecido con su tío Antonio. De rasgos raciales, melena ondulada de color negro azabache y la misma sonrisa, el joven ha elegido ser músico y ya ha acompañado a su madre en varios conciertos.


Tan sólo falta el pequeño Pedro, de 8 años, por seguir los pasos de esta gran saga que crearon juntos Lola Flores y Antonio González, ‘El Pescaílla’.