Concluida su aparición estelar en la serie Glee y sus grabaciones musicales en el estudio, la cantante disfruta de unas románticas vacaciones en Hawai en compañía de su novio. Britney y Jason fueron fotografiados en ropa de baño mientras disfrutaban de un día de playa en la isla del Pacífico. La princesa del pop, de 28 años, lució un favorecedor bikini amarillo, mientras que su pareja, de 44, presumió de figura atlética y de unos marcados abdominales, una imagen que dista mucho de la de su ex marido y padre de sus dos hijos, Kevin Federline, que desde su ruptura con la cantante aumentó de peso considerablemente.
Jason Trawick, su antiguo manager, ha conseguido devolverle la sonrisa y la estabilidad tras su divorcio. De confirmarse los rumores acerca de una posible boda, Britney contraería matrimonio por tercera vez.