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Nacen, crecen lo que pueden, se multiplican con algunos trucos y mueren al llegar su fase telógena. Así es la vida de una pestaña: corta pero muy intensa. "Se renuevan de manera progresiva", cuenta Marta Gamarra, directora de formación de Eyeko. Es decir, por suerte no las perdemos todas a la vez, sino que se van sustituyendo unas por otras. Desde que nace una pestaña, hasta que alcanza su máxima longitud, afirma Marta, "pasan unos tres meses". Tiempo en el que viven multitud de experiencias con tal de cumplir con su misión que es la de proteger los ojos de agentes extraños y del sol. Su concepto de belleza, ya desde los egipcios, se centraba en tenerlas muy oscuras y tupidas, por lo que ya existían tintes y maquillajes en aquellos tiempos.
La máscara
A diario perdemos entre una y cinco pestañas, aunque no solemos notarlo porque ya hay otras en crecimiento. No solo hay que acicalarlas, también debemos cuidarlas para alargar su vida al máximo. Para ello, explica Marta, "debemos elegir cuidadosamente los productos que vamos a aplicar sobre ellas y tener en cuenta que, por ejemplo, las máscaras de pestañas deben de ser flexibles con el fin de evitar que se partan y no contener alcoholes". Además, Clémence Fournier, de L'Atelier du Sourcil, advierte de que "las máscaras pueden contener productos químicos que fragilizan las pestañas y ser un producto muy difícil de eliminar con la limpieza". Por otro lado, prosigue, "estos productos suelen asfixiar las pestañas, por lo que llegada la noche necesitan descansar". Nada mejor que un desmaquillante suave, que no irrite los ojos y utilizarlo "poco a poco, desde la raíz hasta las puntas", aclara. Un detalle importante acerca de los desmaquillantes es que "su PH ha de ser similar al de la propia lágrima y no frotarlas ya que se pueden romper y dañar el folículo", destaca Marta Gamarra.
Una buena manera para reforzar la cutícula de las pestañas es, tal y como señala Marta, "recurrir a sérums que las mantengan humectadas y bien hidratadas".
Rizadores y extensiones
Cuidado con los rizadores. "Este aparato suele estropear y quebrar las pestañas si lo usamos demasiado", alecciona la experta de L'Atelier. Llevar extensiones, asimismo, puede ser contraproducentes si se abusa de ellas. Clémence aconseja a sus clientas no llevarlas durante más de cuatro meses seguidos, "el pegamento y el peso de las extensiones, a largo plazo, fragilizan las pestañas naturales". De hecho, ya existen tratamientos alternativos que curvan y colocan las propias pestañas hacia arriba, sin necesidad de máscara ni extensiones. El resultado, explica Clémence, "son unas pestañas con efecto máscara, pero sin producto ni pegotes, con mayor longitud y densidad". Si además quieres conseguir una mirada más intensa, se puede aplicar un tinte.
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