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La senda de los Poetas es un camino por la montaña del valle de la Fuenfría que une dos miradores dedicados a Vicente Aleixandre y Luis Rosales, a 1650 metros de altitud, 400 por encima de los tejados de Cercedilla. El camino es pequeño en extensión, pero grande en contenido, porque lo salpican versos importantes y porque ofrece las mejores vistas de la sierra de Guadarrama. Además, para llegar hasta la senda propiamente dicha, hay que subir un par de horas, y luego bajar, con lo que, al final, se echa el día entero caminando por paisajes gloriosos, como no se encuentran tan cerca de ninguna otra gran capital de Europa.

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UN LIBRO PARA ESCRIBIR EN LA MONTAÑA

El primer poema de la senda que se encuentra es de Vicente Aleixandre, que tenía casa en Miraflores, una localidad serrana. El siguiente es de Machado. Y después de los de Leopoldo Panero, García Nieto y el romántico Gabriel García Tassara, están los del poeta que echó aquí raíces, caminatas, lágrimas y amigos del alma, Luis Rosales. En el mirador dedicado a él hay un buzón con un libro donde los caminantes anotan lo que sienten y lo que ven, que es mucho, desde los cercanos Siete Picos hasta los rascacielos de la capital.

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CALZADA, CASCADAS Y FUENTES

Para llegar a la altura donde se encuentran la senda y los miradores existen varias opciones, de las cuales se informa en el centro de educación ambiental Valle de la Fuenfría, que está a 2 kilómetros de la localidad de Cercedilla, subiendo por la carretera de las Dehesas. Aquí se aparca el coche y comienzan las rutas a pie. Hay que madrugar, sobre todo los fines de semana que hace bueno, porque el acceso en coche se restringe cuando se llenan los estacionamientos, a eso de las 10.00.

 

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DUCHA DE LOS ALEMANES

La más interesante es seguir la calzada borbónica –itinerario marcado con círculos blancos– hasta dar con una ancha pista de tierra, la llamada carretera de la República, que asciende suavemente y sin pérdida hasta los poéticos miradores. Son 6 kilómetros de subida, unas 2 horas de andar sin prisa. Por este camino se admiran la ducha de los Alemanes y otros hermosos saltos del arroyo de la Navazuela, una de las primeras fuentes del río Guadarrama.

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RELOJ DE SOL DE CELA

Si después de leer los poemas y asomarse a los miradores, se sigue caminando diez minutos por la carretera de la República, se descubre el Reloj de Sol de Cela, dedicado al escritor que, a su vez, había dedicado a esta sierra su Cuaderno del Guadarrama (1952). Al lado está Navarrulaque, pradera bonita donde las haya, con una fuente-refugio que aúna las dos únicas caridades saludables que a un caminante pueden hacérsele: abrigo y agua. Un mojón de granito recuerda que esto es Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. A partir de aquí, lo más fácil es seguir subiendo por la carretera de la República hasta el puerto de la Fuenfría y después bajar por la calzada romana (círculos verdes), completando una ruta circular de unas 4 horas.

 

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OTRAS RUTAS POR EL VALLE

Con los planos e indicaciones que dan en el centro de educación ambiental, se pueden explorar nuevas sendas, como la Calle Alta –marcada con círculos rojos–, que discurre por la ladera contraria del valle, o la del Pico Majalasna –círculos amarillos–, que también pasa por los miradores. Con niños, hay también caminos cortos y con muy poco desnivel, como el del Agua o el de los Campamentos. Y si no se quiere andar, en las praderas de las Dehesas hay mesas y fuentes para comer: la de Majavilán, la de la Teja...

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MESA Y MANTEL

Para comer con más tiempo hay agradables restaurantes en Cercedilla, como Los Frutales (los-frutales.com), el mejor del valle de la Fuenfría, con un bonito jardín junto al río y vivero de truchas. En la misma calle Mayor de la localidad, Yeyu (restauranteyeyu.com) es un restaurante de montaje moderno sobresaliente en escabeches y carnes. También tiene una buena barra para picar.

 

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AVENTURAS EN LOS ÁRBOLES

En el mismo valle de la Fuenfría está Aventura Amazonia (aventura-amazonia.com), uno de los mayores parques de aventura en los árboles de Europa, con un centenar de juegos y tirolinas. En Cercedilla, hay que visitar el Museo del Esquí Paquito Fernández Ochoa y montar en el tren de vía estrecha que sube a los puertos de Navacerrada y Cotos, toda una institución de la sierra, que inició su andadura en 1923.

 

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PARA DORMIR

Cercedilla también es la referencia para los que alarguen la escapada al valle de la Fuenfría y quieran quedarse a dormir. Las Rozuelas (lasrozuelas.com) tiene 8 habitaciones diferentes y está decorada con obras de arte. También encanto tiene el moderno hotelito Luces del Poniente (lucesdelponiente.com), con piscina climatizada y atardeceres de ensueño. Y elegante es la Casona de Navalmedio (casonadenavalmedio.com), en un paraje apartado, con restaurante y vistas espectaculares.

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