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EMPEZAR CON UN FREE TOUR  

¿Sabías qué…? Seguro que no. Durante un free tour por Segovia se desvelan muchos secretos y curiosidades de la capital, porque sus monumentos, calles y rincones esconden más historias de las que imaginas. Durante la hora y media de recorrido por el casco histórico que comienza en la céntrica plaza del Azoguejo, a los pies del acueducto, el paseo descubre el palacio de Cascales, la plaza de San Martín y su iglesia románica, el torreón de Lozoya, el palacio de Enrique IV..., pero, además, la judería y la catedral, antes de rematar el tour en el Alcázar. Sale todos los días de la semana varias veces al día. Apúntate aquí.

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SEGOVIA DESDE LAS ALTURAS 

El acueducto, el alcázar, la catedral, el discurrir de los ríos Eresma y Clamores..., todo adquiere otra dimensión visto desde el cielo en un globo aerostático. La experiencia comienza al poco de amanecer, el momento de mayor estabilidad atmosférica, con el montaje de los coloridos globos en la misma zona de despegue, en el que, incluso, podemos participar. Una vez en la cesta, el piloto da unas pequeñas pautas y ¡todo está listo para volar! 

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Suavemente, de forma casi mágica, se inicia el despegue del suelo y durante una hora se disfruta de la sensación de estar en las nubes. Después de este tiempo a merced del viento, en el que el piloto busca las corrientes de aire más favorables, es el momento del aterrizaje en las tierras de los alrededores de Segovia. La experiencia (180 €, adultos: 120 €, menos de 12 años) finaliza brindando con una copa de cava y un desayuno campestre. En la imagen, el Alcázar visto desde el globo.

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TOMAR LA SENDA DE LOS MOLINOS 

Un agradable paseo discurre por las riberas del río Eresma desde el barrio de San Lorenzo hasta San Marcos, pasando por la Casa de Moneda. El recorrido permite descubrir, no solamente el valor paisajístico de este paraje sino también el patrimonio hidráulico e industrial de la ciudad. A lo largo del recorrido se ven antiguas fábricas como la de Borra, Loza y Harinas, y los molinos de la Hoya, Cabila y del Portalejo. Desde la pradera de San Marcos se disfruta de una de las mejores imágenes del Alcázar. 

 

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LA HUELLA JUDÍA 

Por el paseo del Salón de Isabel II, que bordea la ciudad amurallada por el sur y tiene excelentes vistas a la sierra de Guadarrama, se accede a la antigua judería. La primera parada es el Centro Didáctico de la Judería, instalado en la antigua casa del ilustre rabino Abraham Seneor, que permite descubrir cómo vivía en la ciudad esta comunidad en el siglo XV. No lejos queda la que fue sinagoga mayor, que hoy alberga la iglesia del Corpus Christi y más allá la puerta de San Andrés (en la imagen), convertido en un excelente mirador, y el cementerio.

 

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Para rematar la inmersión en la historia judía, nada mejor que sentarse a la mesa de El Fogón Sefardí, y probar platos de aquella época, desde un soufflé de almodrote de berenjena a un tajine de cordero a la pastela de pollo de corral (en la imagen). El restaurante forma parte del complejo La Casa Mudéjar (lacasamudejar.com), un edificio con historia, pues se levanta sobre los restos romanos más importantes encontrados en Segovia después del acueducto, el aljibe más grande de la ciudad que da acceso al spa del hotel o artesonados mudéjares del siglo XV que cubren buena parte de los salones del restaurante.

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EL COCHINILLO, EN UN MONASTERIO 

En Segovia hay una experiencia que nadie pasa por alto y es sentarse a la mesa para degustar su afamado cochinillo asado en horno de leña. William Levy lo probó en su última visita a la ciudad en el Mesón de Cándido (mesondecandido.es), el templo gastronómico capitalino, a la sombra del acueducto, pero este manjar resulta aún más exquisito si se disfruta en restaurantes con tanto encanto como el Convento de Mínimos (conventodeminimos.com) o el Claustro de San Antonio el Real (sanantonioelreal.es). 

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EN LA REAL CASA DE LA MONEDA

Segovia también tiene una joya del patrimonio industrial que no muchos conoces. Es la Real Casa de Moneda y se encuentra en la margen izquierda del Eresma, construida por el arquitecto Juan de Herrera para Felipe II. Tras la puerta de este edificio del siglo XVI, un museo donde recorrer la historia de la moneda y también el Centro de Interpretación del Acueducto, ambos con el agua como hilo conductor. Y en el exterior, un jardín íntimo donde el rey disfrutaba junto al río. 

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SUBIR A LA TORRE DE LA CATEDRAL

Después de la experiencia del globo, pero ya con los pies en el suelo, la torre de la catedral, la joya del templo y el punto más alto de la ciudad, ofrece otra panorámica extraordinaria. Para llegar a verla hay que trepar primero por una escalera de caracol de 308 peldaños. Desde sus 88 metros se ven el casco histórico, la meseta y la sierra. La visita comienza en la Sala del Audiovisual, con un envolvente vídeo mapping, y va descubriendo la casa del campanero, la Sala del Reloj, una colección de tapices flamencos antes de alcanzar el campanario. Más especial aún si la visita es nocturna (fines de semana a las 21:30). 

 

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HACER UNA ETAPA DEL CAMINO DE SANTIAGO 

El Camino de Madrid que lleva a la tumba del apóstol Santiago se une al tradicional Camino Francés en la localidad leonesa de Sahagún. Una parte de esos 320 kilómetros que median entre esta y la capital, discurren por tierras segovianas y un tramo, por la misma ciudad castellana. Una buena despedida a este Año Xacobeo es seguir su trazado, que arranca, tras cruzar el arco de Madrid y tomar la calle José Zorrilla, en el Acueducto. La calle Real conduce a la catedral, donde los peregrinos se detienen en la capilla dedicada a Santiago, situada al lado del acceso al claustro. El camino continúa con paradas en la iglesia de San Justo, para contemplar sus frescos románicos, y en el monasterio de El Parral, antes de tomar la calle Desamparados y descender hacia el paseo de San Juan de la Catedral para decir adiós al casco antiguo, como no podía ser de otra manera, en la Puerta de Santiago.  

El Camino continúa pasando el puente que salva el río Eresma para adentrarse en el barrio de San Marcos y tomar la empinada cuesta que conduce al barrio de Zamarramala. Se acerca el final, solo hay que situarse en la iglesia de la Magdalena y seguir hacia las eras del cementerio para ir en busca del próximo destino: Valseca. 

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