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El pueblo que dio vida a los misterios de 'El cuco de cristal': calles empedradas y bosques encantados


Recorre sus rincones históricos y naturales, y descubre los escenarios del corazón del valle de Ambroz que inspiraron la miniserie de Netflix inspirada en la novela de Javier del Castillo.


Hervas, escenario de la serie de Netflix 'El cuco de cristal'© Shutterstock
25 de diciembre de 2025 - 7:30 CET

Clara Merlo, una joven médica residente, sufre un infarto fulminante y recibe un trasplante de corazón que le devuelve la vida. Pero la salvación tiene un precio: no puede dejar de pensar en la identidad de su donante. Obsesionada, emprende una investigación que la lleva al pequeño y enigmático pueblo de Yesques. Allí, cada calle parece esconder un secreto, y a medida que se adentra en la comunidad, su presencia despierta recuerdos enterrados, tensiones ocultas y la conecta con un pasado trágico que nadie esperaba que resurgiera.

Pueblo de Hervás en Cáceres© Shutterstock
Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© JULIO VERGNE/NETFLIX

Yesques es un pueblo ficticio, no existe en la realidad, recreado en el municipio de Hervás. Su casco histórico de calles empedradas resultó perfecto para la estética misteriosa de la miniserie de Netflix basada en el bestseller de Javier del Castillo. Además, los bosques, los caminos solitarios y los paisajes naturales del valle de Ambroz aportan una atmósfera de misterio a varias escenas del thriller.

Durante meses de rodaje, los protagonistas Itziar Ituño, Alex García, Catalina Sopelana e Iván Masagué, bajo la dirección de Laura Alvea y Juan Miguel del Castillo, junto al equipo de técnicos, convivieron con los vecinos de Hervás, revolucionando el pueblo en pleno Otoño Mágico. Esta “revolución”, ya sin focos ni cámaras, continúa hoy: son muchos los visitantes que llegan a este municipio cacereño buscando los escenarios de la serie, hasta el punto de que se ha creado una ruta temática (rutashervas.es).

Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© juliirrjru

Conocer la vivienda donde se aloja Clara, recorrer la zona del Vado, revivir la famosa tamborada, explorar el Castañar Gallego en busca del bebé perdido o acercarse al misterioso refugio de Gabriel se ha convertido en un importante aliciente turístico para el pueblo.

Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© JULIO VERGNE/NETFLIX
Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© JULIO VERGNE/NETFLIX

Hervás es una villa de calles estrechas y sinuosas, fácilmente reconocibles en la pantalla, donde la tradición judía dejó su huella hace siglos. Caminar por ellas es descubrir su historia a cada paso. Sus topónimos también lo reflejan: calle del Rabilero, callejón de los Cofrades, calle de la Sinagoga, calle de la Amistad Judeo Cristiana… La comunidad estaba formada por 45 familias de viñadores, tejedores y mercaderes; algunas fueron expulsadas, aunque regresarían años después.

Pueblo de Hervás en Cáceres© Shutterstock
Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© JULIO VERGNE/NETFLIX

La judería es la parte más antigua de la villa, con una estructura medieval de reminiscencias árabes, donde se levantan casas de arquitectura serrana construidas en piedra, adobe y madera de castaño. Junto a estas viviendas, que se suceden a orillas del Ambroz, se encuentra un puente medieval de piedra, conocido por los vecinos como el puente de la Fuente Chiquita, que permite cruzar al otro lado del río. Este lugar se reconoce claramente en El cuco de cristal.

En el mismo lugar donde, supuestamente, hubo una iglesia templaria, se encuentra el templo de Santa María de Aguas Vivas, que domina un paisaje impresionante, con la sierra de Béjar como telón de fondo.

El edificio más notable de Hervás es el palacio de los Dávila, que en el pasado perteneció al ducado de Alba y hoy alberga el museo Pérez Comendador-Leroux (mpcl.net). Otra de las joyas de la localidad es el Museo de la Moto Clásica.

Puente medieval de Hervás, Cáceres© Shutterstock
Fotograma de la serie El cuco de cristal, de Netflix© JULIO VERGNE/NETFLIX

La serie también muestra la plaza de la Corredera –con su singular fuente de piedra construida en el siglo XVI, antesala del corazón de la antigua judería hervasense–, así como el instituto Ramón Olleros y la carretera del Castañar Gallego, que salen en otras escenas. 

En los Estudios Auriga de Hervás se construyeron algunos escenarios para la filmación, pero fue el valle de Ambroz, el entorno de la localidad, el que más juego ofreció, con sus bosques, montañas y abundantes ríos. Este espacio natural único viste sus mejores galas a partir de octubre, cuando los castaños se tiñen de tonos ocres y amarillos, aparecen las primeras setas y se celebra el famoso Otoño Mágico (visitambroz.es), con numerosas actividades y rutas guiadas por la zona.

Desde Hervás, una de las excursiones más recomendables del valle es la que conduce a la cascada de La Chorrera, a aproximadamente una hora y media de camino. Se trata de un sorprendente salto de agua de 30 metros encajonado entre paredes de roca. Algo más de actividad exige la Vía Verde-Camino Natural de la Plata, aunque es un recorrido suave, ya que apenas tiene desnivel.

BÉJAR, EL OTRO ESCENARIO DE LA SERIE

Aunque la historia se sitúa principalmente en Hervás, la miniserie también rodó varias escenas en Béjar, la localidad de Salamanca que da nombre a la sierra y que se encuentra a unos 20 minutos de distancia. Con un rico patrimonio histórico, que aporta una estética única a la serie, varios rincones fueron utilizados para la grabación: la plaza de toros –una de las más antiguas de España–, la carretera de El Castañar hasta Llano Alto, la calle Colón, el entorno del Museo Mateo Hernández y el Palacio Ducal, situado en plena plaza Mayor.

Pueblo de Béjar en Salamanca© Shutterstock

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