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PAISAJE LUNAR

No todo es el Teide: la otra aventura volcánica menos conocida, pero de visita obligada en Tenerife


La última erupción en la isla, la del volcán Chinyero en 1909, dejó un paisaje pelado, ceniciento, como de otro planeta. Una excursión permite rodearlo y aproximarse a él disfrutando de uno de los enclaves más bellos y sobrecogedores de Tenerife. No es la Luna, pero lo parece.


El Teide se hace presente de camino al volcán Chinyero, Tenerife
18 de octubre de 2025 - 9:00 CEST

Acercándose al Teide por el oeste, por la carretera TF-38, que trepa desde la localidad de Chío hasta el mirador de Boca Tauce, se rodea el volcán Chinyero. El 18 de noviembre de 1909, este despertó y, después de diez días de pánico, en los que las lenguas de lava tuvieron con el alma en vilo a varios pueblos, volvió a dormirse dejando este paisaje espectral, casi en blanco y negro. En 2009, para conmemorar el centenario de aquello, se puso en marcha una red de senderos de pequeño recorrido –el PR-TF 43, circular, y tres derivaciones lineales–que permiten aproximarse a él desde distintas localidades del entorno: Santiago del Teide, San José de los Llanos, Los Partidos de Franquis, La Montañeta y Garachico.

Volcán Chinyero, Tenerife© Chalabala - stock.adobe.com
Campo de lava en el camino al volcán Chinyero.

Los caminos atraviesan coladas abruptas y campos de cenizas fantasmagóricos, pero también pinares alfombrados por las flores amarillas de los corazoncillos (Lotus campylocladus), donde el simple roce de las nubes bajas deja a los excursionistas calados. A este tipo de lluvia, que no cae goteando del cielo, pero que empapa lo mismo, si no más, se la denomina horizontal.

En sus 24 kilómetros cuadrados de extensión, la Reserva Natural Especial del Chinyero atesora numerosos conos volcánicos, coladas de lava, malpaíses…, sin apenas vegetación, pero también zonas con una variada flora: pinos canarios, escobones poleo, codesos de cumbre, morgallanas, corazoncillos, menta, bejequillos, alhelíes del Teide, tomillo de monte, fistulera, vinagreras...  

LA RUTA

Para explorar a pie o en bicicleta de montaña –como proponen los guías de Kiraya Bikes (kirayabikes.com)– este paisaje alucinante se ha de aparcar entre los kilómetros 14 y 15 de la TF-38. Allí nace una pista forestal que se adentra en la Reserva Natural Especial del Chinyero –así dice un cartel–, atraviesa un bosque de pinos canarios y, a 400 metros del inicio, llega a un claro donde aparece indicado el sendero PR-TF 43: Circular Chinyero, 5,7 km.

Ciclista junto al cráter del volcán Chinyero.
Ciclista junto al cráter del volcán Chinyero.

Si vamos en bici, continuaremos por la pista forestal, que permite dar una vuelta más amplia al volcán, de unos 17 kilómetros. Si no, seguiremos a partir de aquí este breve y sencillo sendero, que está perfectamente señalizado. En ambos casos serán tres horas en las que veremos de todo: ríos de lava, roques, pinares, mares de nubes y, descollando a naciente, el Pico Viejo y el gigantesco Teide.

El momento cumbre de la excursión, el más impactante, será cuando avancemos hundiéndonos hasta los tobillos –o hasta los radios de las ruedas– por el lapilli menudo y movedizo de la falda del volcán, en la zona más próxima al cráter, que es un desierto estricto de ceniza negra.

Este último es un buen lugar para pararse a recordar cuando el Chinyero reventó, lanzando cenizas y piroclastos a 50 kilómetros de distancia. En los pueblos más cercanos –Las Manchas y Tamaimo– lo vieron tan negro que salieron con sus santos en procesión. Y la lava se detuvo. Un siglo después, los siguen sacando por las mismas fechas, por si acaso. También es buen lugar para observar detenidamente el paisaje y alucinar con lo poco que ha cambiado, comparado con las viejas fotos de la erupción.  

Puesta de sol en el Teide, Tenerife
Puesta de sol en el Teide.

LAS OTRAS EXCURSIONES

Aunque lo parezca, no estamos en la Luna, sino a medio camino entre parajes naturales archifamosos de Tenerife, que hay que visitar antes o después de recorrer el Chinyero: arriba, en lo más alto de la isla, el Teide; abajo, en la costa noroeste, los acantilados de Los Gigantes. 

Si continuamos subiendo por la carretera TF-38 y luego por la TF-21 llegaremos, tras hacer varios altos contemplativos en los miradores de Boca Tauce, Zapato de la Reina y de la Ruleta, a las Cañadas del Teide, la gigantesca caldera sobre la que se asienta el pico del Teide, máxima altura de España (3718 metros). En primavera, cuando florecen los penachos puntiagudos de los tajinastes rojos, parece otro paisaje extraterrestre. Buena idea es tomar el teleférico (volcanoteide.com) que lleva hasta los 3555 metros de La Rambleta y seguir el sendero Telesforo Bravo hasta los 3718 metros del Teide. Para esto último hay que tener el corazón sano, llevar un calzado adecuado y solicitar un permiso (reservasparquesnacionales.es) con bastante antelación, porque el acceso a la cima está limitado a 200 diarias.

Kayak bajo los acantilados de los Gigantes, Tenerife
Kayak bajo los acantilados de los Gigantes.

Si, en vez de subir hacia el Teide, nos alejamos del Chinyero en dirección contraria, hacia Puerto de Santiago, daremos con el borde más escarpado de la isla: los acantilados de Los Gigantes, donde la lava de remotas erupciones volcánicas y las olas del océano han esculpido paredones verticales de basalto de hasta 600 metros de altura. A sus pies es posible nadar, navegar en kayak y avistar fácilmente cetáceos, pues hay una colonia estable de calderones tropicales –alrededor de 600– y delfines mulares –unos 300–. Teno Activo (tenoactivo.com) y El Cardón (elcardon.com) ofrecen esta refrescante actividad.

Bajo los acantilados de Los Gigantes hay una colonia estable de delfines, Tenerife© Juana Mari Moya
Navegando se avista la colonia estable de delfines.

DÓNDE COMER

A solo siete kilómetros del punto donde arranca el sendero del Chinyero, en Guía de Isora, Las Estrellas (tel. 922 85 09 06) sobresale por el trato cordial, por el precio y el sabor de sus carnes a la brasa –pollo, conejo, cordero…–, por los postres caseros y las vistas. Desde la terraza se otea la vecina isla de La Gomera. El Patio (restaurante-elpatio.es) es un restaurante familiar especializado en tapas y cocina canaria en el corazón de la villa histórica de Santiago del Teide. Muy ricos, el rancho canario, las papas arrugadas con mojo casero y cualquiera de las carnes y pescados en salsa o a la parrilla. Cerca de Los Gigantes, en Puerto de Santiago (restaurantecasaedu.es), Casa Edu es un conocido restaurante de cocina tradicional, donde destacan los copiosos platos de carnes a la brasa. 

Parador de las Cañadas del Teide, Tenerife© Paradores
Parador de las Cañadas del Teide.
Gastronomía del Parador de las Cañadas del Teide, tenerife© Paradores
Gastronomía del Parador.

DÓNDE DORMIR                                  

En San José de los Llanos, pedanía del municipio de El Tanque, el Caserío Los Partidos (caseriolospartidos.com) es un hotel rural generoso en piedra, madera y silencio. Se halla en plena naturaleza, próximo al Chinyero, con vistas al Teide y resulta perfecto para excursionistas. Tiene una pequeña taberna y restaurante. Con vistas al pico del Teide, piscina climatizada y restaurante de cocina canaria, el Parador de las Cañadas del Teide (parador). Y en Los Gigantes se encuentran los modernos apartamentos escalonados con terraza y magníficas vistas de Royal Sun Resort (royalsunresort.com). 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.