El viaje de los Reyes será exprés, de apenas unas horas, con motivo de la inauguración del Festival Europalia España 2025, que celebra la cultura y el arte español en Bélgica. Tras ser recibidos por los reyes Felipe y Matilde en el Palacio Real y compartir un almuerzo privado, Felipe VI y Letizia inaugurarán en el Museo Bozar la exposición Luz y sombra. Goya y el realismo español. Un excelente punto de partida para seguir sus pasos y descubrir después los imprescindibles de esta ciudad desde un ángulo más cercano, auténtico y… deliciosamente belga.

PALACIO REAL
Ha pasado más de un siglo desde que los reyes belgas no residen en este palacio situado junto al parque de Bruselas, en la parte alta de la ciudad, a escasos minutos de la Grand Place, aunque sigue siendo la sede oficial de la monarquía, reservada para recepciones de jefes de estado –como ahora los monarcas españoles–, celebraciones y otros actos. Una construcción levantada a principios del siglo XIX sobre los restos del antiguo palacio de los duques de Brabante, y ampliada por el rey Leopoldo II, quien le dio su aspecto actual de estilo neoclásico monumental. Si al pasar por su puerta la bandera de Bélgica está alzada, es porque el rey está en palacio. Como no abre al público todo el año, tendrás que conformarte con admirar los más de 100 metros de su fachada y pasear por sus espectaculares jardines hacia el Mont des Arts, una zona con vistas magníficas de la ciudad.

PALACIO DE BELLAS ARTES (MUSEO BOZAR)
Con la visita de Felipe VI y la Reina Letizia quedará inaugurada la exposición Luz y sombra. Goya y el realismo español, que forma parte del festival Europalia España, cuya programación difundirá durante varios meses la riqueza cultural española en Bélgica. Abierta hasta el 11 de enero de 2026, la muestra reúne una selección de obras de Francisco de Goya, incluyendo pinturas, dibujos y grabados, provenientes de colecciones de todo el mundo. Además, se presenta en diálogo con obras de sus contemporáneos y de generaciones posteriores, como José Gutiérrez Solana, Pablo Picasso, Antonio Saura, entre otros. La exposición también incorpora nuevas creaciones multidisciplinares de artistas como Asunción Molinos Gordo, Francisco López, Albert Serra y escritores contemporáneos españoles y belgas, que demuestran la vigencia del legado de Goya.
No es lo único para descubrir en el museo, si quieres ir más allá, podrás pasarte largas horas visitando su colección permanente –con pintura, escultura y fotografía europea moderna–, asistiendo a conciertos de música clásica o jazz, participando en sus talleres o sentado en la terraza del Café Bozar, en pleno centro histórico.

GRAND PLACE: EL CORAZÓN DE BRUSELAS
“La plaza más bella del mundo”, así definía el escritor Víctor Hugo esta animada y monumental plaza rodeada de edificios barrocos y góticos que ocupa el corazón de Bruselas. Y podría serlo, pues la Unesco la ha premiado con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Su principal edificio, y el más antiguo, es el Hotel de Ville, que acoge el ayuntamiento y corona una torre de 96 metros de altura, obra maestra de la arquitectura gótico flamígera. Casi obligado en ella es sentarse en uno de sus cafés históricos y probar un waffle recién hecho o en el Roy d´Espagne (roydespagne.be), el bar más famoso donde, aparte de cerveza y los típicos mejillones, tendrás unas vistas privilegiadas desde su terraza. Los mercadillos temporales y los eventos musicales llenan, aún más si cabe, la plaza de vida y color.

GALERÍAS SAINT-HUBERT: SHOPPING CON GLAMUR
Si quieres combinar historia con estilo, acércate a las Galerías Reales Saint-Hubert. Entre vidrieras y suelos de mosaico, encontrarás boutiques de chocolate, librerías, joyerías y cafés que mantienen el encanto del siglo XIX. En este grandioso lugar fue inventado en 1912 el bombón por Jean Neuhaus. Estas galerías todavía albergan su chocolatería, que hoy continúa al frente de sus descendientes.


CULTURA CERVECERA
Bruselas es la capital de la cerveza y para descubrirlo, dos recomendaciones: el centro de experiencias Belgian Beer World y la icónica fábrica de Cantillon. El primero se ubica en el antiguo edificio de la Bolsa y es una oda a la bebida más famosa del país. Durante su visita podrás conocer su rica historia y al final del recorrido disfrutar de una de ellas en su azotea, con unas magníficas vistas de la ciudad. En la fábrica de Cantillon, que apenas ha cambiado desde el año 1900, descubrirás la lambiek, un tipo muy especial de cerveza belga, originaria de la región de Bruselas y el Pajottenland, al oeste de la ciudad, y una de las más tradicionales y antiguas de Bélgica.

MANNEKEN PIS
Para conocer al bruselense más internacional no hay que moverse del casco histórico, porque este pequeño niño de bronce lo encontrarás a solo unos pasos de la Grande Place, en la esquina de la rue l’Étuve/Stoofstraat y Chêe/Eikstraat. Para la celebración de importantes días (festivos), se le viste con diferentes trajes. Por muy famoso que sea este pequeño, sigue habiendo dudas sobre su verdadero origen. Por cierto, su contraparte femenina, Jeanneke Pis, es igual de especial y la encontrarás a solo unos minutos de ella.

LA PLAZA DE LOS MUSEOS
Si eres amante del arte, posiblemente podrías pasarte los dos días sin salir de este entorno, el corazón palpitante de las artes en la capital. Alrededor de la plaza encontrarás los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas (KMSKB), un impresionante conjunto de museos temáticos. Hay para todos los gustos. Si buscan genialidad centenaria acércate al Old Masters Museum, que se centra en el periodo del siglo XV al siglo XVIII, y podrás admirar obras destacadas de maestros flamencos (y otros) como Hans Memling, El Bosco, Bruegel, Rubens y muchos más. El Museo Fin-de-Siècle se centra en el vanguardismo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX mediante obras de artistas como Ensor y Léon Spilliaert. El Museo Magritte posee la mayor colección del mundo de obras de René Magritte, el gran surrealista. Y el Museo Wiertz y el Museo Meunier son otros dos templos artísticos dedicados a la obra de un solo artista: respectivamente el controvertido artista romántico Antoine Wiertz y el escultor y dibujante Constantin Meunier.

DELICIOSO CHOCOLATE
En Bruselas, el chocolate es casi una religión, y la ciudad ofrece infinitas oportunidades para descubrirlo y degustarlo. Puedes empezar por las chocolaterías más icónicas, como Mary (mary.be), proveedora de la familia real belga, donde sus bombones de lujo son una auténtica delicia; Elisabeth (elisabeth.be), famosa por sus creaciones artesanales cerca de Manneken Pis; o la emblemática Godiva (godiva.com) en la Grand Place, que combina tradición y elegancia en cada pieza. Además, los tours guiados de chocolate, como los de Bravo Discovery (bravodiscovery.com), permiten recorrer diferentes tiendas, probar bombones y aprender sobre la historia del chocolate belga de manera educativa y deliciosa. Incluso existe un outlet de Godiva en la Avenida Jette por si quieren llevarte auténtico chocolate belga a buen precio.

LOS OTROS BARRIOS
A pocos pasos del centro histórico está el barrio del Sablon, de calles empedradas y sinónimo de anticuarios, chocolate de autor y cafés bohemios. Otros barrios muestran la diversidad cultural y gastronómica de Bruselas. Ixelles y Saint-Gilles destacan por su arquitectura art Nouveau y mercados locales y ambiente bohemio, mientras que Le Marolles es famoso por su mercado de pulgas y tiendas alternativas, un reflejo del espíritu más popular y auténtico de la ciudad.

UNAS HORAS EN EL ATOMIUM
Otro gigante bruselense lo encontrarás bajándote en la estación de metro de Heizel. La icónica estructura del Atomium es una reliquia de la Exposición Universal de Bruselas de 1858, tiene una altura de 102 metros y representa el átomo de un cristal de hierro puro ampliado 165 mil millones de veces. Desde sus esferas, la panorámica de Bruselas es impresionante, un contraste fascinante entre historia y modernidad.