Para conocer los orígenes del hombre europeo, mejor que los libros de Ciencias Naturales, hay que viajar a la sierra burgalesa de Atapuerca, donde los importantes restos arqueopalentológicos que se han hallado explican la evolución humana sobre el terreno. Un lugar Patrimonio de la Humanidad de la Unesco elegido para que los concursantes de Masterchef Celebrity se enfrenten a un reto nada sencillo: cocinar un menú contemporáneo elaborado exclusivamente con ingredientes que formaban parte de la dieta de nuestros ancestros prehistóricos. Recetas que después van a probar los 80 trabajadores del yacimiento.
Durante su visita han tenido un guía de excepción, el prestigioso paleontólogo Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones, que les ha ayudado a viajar en el tiempo en estas dolinas y simas donde cada año no dejan de surgir noticias sobre los orígenes del hombre. Una visita ineludible que podrás empezar a descubrir con estas pistas:
El punto de partida para descubrir el yacimiento es el centro de interpretación, situado en Ibeas de Juarros, a unos 15 kilómetros de Burgos, que ofrece una visión general sobre el sitio a través de maquetas, audiovisuales y exposiciones de fósiles, herramientas y otros objetos utilizados por los primeros humanos.
Las visitas a los yacimientos se realizan exclusivamente con guía, previa reserva (atapuerca.org). Provistos de casco, se recorren los lugares más significativos: la Galería, la Sima del Elefante, la Gran Dolina. En época de excavaciones (entre junio y julio), el itinerario transcurre por los miradores; fuera de ella, cada espacio se aborda a pie de obra. Son los arqueólogos que trabajan en Atapuerca los que guían a los visitantes por la trinchera del Ferrocarril, la que está abierta al público, aunque alrededor de ella hay unos cuantos enclaves más que ya forman parte del lenguaje de arqueólogos de todo el mundo: La Cueva del Mirador, la Cueva Mayor, la Galería de las Estatuas, la Sala de los Cíclopes o Fuente Mudarra, un asentamiento a orillas del río Pico.
En el Parque Arqueológico se aprender cómo fabricaban sus herramientas, cómo cazaban o encendían fuego nuestro ancestros
Después de la visita sobre el terreno, hay que acercarse al Centro de Arqueología Experimental (Carex), que forma parte del Parque Arqueológico Paleolítico Vivo. En este centro de interpretación interactivo, con recreaciones de viviendas, animales y escenas de la vida cotidiana de nuestros antepasados, se ofrece una experiencia que acerca a la vida de los cavernícolas a través de una serie de talleres participativos para todas las edades. Una didáctica manera de aprender cómo fabricaban sus herramientas de piedra, cómo cazaban o aprender a encender fuego de modo ancestral. Actividades que los homínidos necesitaban para sobrevivir.
No hay visita a Atapuerca sin pasar por el Museo de la Evolución Humana de Burgos (museoevolucionhumana.com), un moderno y enorme edificio concebido por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg del que Juan Luis Arsuaga es director científico y donde se encuentra la colección completa de los fósiles humanos encontrados en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. En especial, los restos del Homo antecessor, con 850.000 años de antigüedad, considerado como nuestro primer ancestro europeo. Pero también la pelvis de Elvis, el hacha de mano Excalibur o el cráneo de Miguelón, el más completo del mundo en su género, correspondiente a un Homo heidelbergensis que vivió hace 400.000 años, y son algunas de las piezas imprescindibles.
Buen complemento a la visita al yacimiento es reservar en el restaurante Cobo Evolución (coboestratos.com), con una estrella Michelin, para descubrir de una forma interactiva, gastronómica y sensorial la evolución humana. Su menú Humanidad (165 €) está basado en seis etapas —África, Atapuerca, Altamira, Neolítico, Roma y el Mestizaje— en las que degustar cada una de las técnicas utilizadas en cada momento. Más experiencias no caben en un impresionante viaje a los orígenes de la humanidad.