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PARA PASEAR Y NAVEGAR

Francia tiene sus pequeñas Venecias: 8 pueblos con canales que parecen salidos de un cuento


Ahora que todas las miradas se dirigen a Venecia por la celebración de su prestigioso festival de cine, merece la pena cambiar el objetivo, porque no es la única ciudad que deslumbra con sus canales en Europa.


Miroir aux Oiseaux, Martigues, Francia© Sina Ettmer - stock.adobe.com
3 de septiembre de 2025 - 17:30 CEST

En Francia, varias localidades han sido bautizadas como “pequeñas Venecias”, porque el agua que las baña serpentea entre sus casas de colores y balcones floridos, bajo puentes pintorescos que parecen sacadas de un cuento. Son lugares menos mediáticos que la Serenísima, pero desprenden un encanto capaz de rivalizar con ella.

Annecy, pequeña Venecia, Francia© Keitma - stock.adobe.com

ANNECY 

Con acierto se conoce a Annecy como la “Venecia de los Alpes”. Basta caminar por su casco viejo para ver cómo los canales –cerca de 4 kilómetros que se entrelazan como venas de agua– reflejan las fachadas de colores y los balcones cargados de flores. En pleno corazón de este entramado, el Palacio de la Isla, esa fortaleza medieval erigida en mitad del canal, es símbolo de la ciudad. Todo desemboca en el majestuoso lago de Annecy, uno de los más limpios de Europa, que se abre como un espejo azul a los pies de las montañas. Ubicada en la Alta Saboya, dentro de la región de Auvernia-Ródano-Alpes, esta ciudad invita a perderse entre callejuelas medievales, mercados al aire libre y terrazas donde el murmullo del agua acompaña cada paso.

navegando por los canales de Colmar, Francia© JFL Photography - stock.adobe.co

COLMAR

En Navidad y en cualquier momento del año, esta ciudad de Alsacia es un auténtico escenario de cuento y su barrio de La Petite Venise enamora con casitas de entramado de madera pintadas en tonos pastel que parecen flotar sobre los canales del río Lauch. Aquí los paseos en barca descubren rincones que recuerdan a ilustraciones de fábulas, con puentes floridos y aromas de bistrós alsacianos.

 

Catedral y canales de Amiens, Francia© Aliaksandr - stock.adobe.com

AMIENS 

Con razón, Amiens, en la región de Hauts-de-France, se ha ganado el apodo de la “pequeña Venecia del norte de Francia”. Sus famosos hortillonnages, jardines flotantes únicos, se despliegan sobre canales que cruzan el distrito de Saint-Leu, y se pueden explorar en las tradicionales barcas llamadas barques à cornet. Este laberinto de agua y vegetación, de más de 300 hectáreas y 65 kilómetros de vías navegables, ofrece un paisaje bucólico que invita a perderse entre callejuelas medievales. La majestuosa catedral gótica de Notre-Dame, guardiana de la capital del departamento de la Somme y Patrimonio de la Humanidad, se refleja en los tranquilos canales, completando una estampa inolvidable.

Miroir aux Oiseaux, Martigues, Francia© Sina Ettmer - stock.adobe.com

MARTIGUES 

Tiene el encanto de un pueblo pesquero y a la vez el de sus canales y se encuentra en el sur de Francia, entre el mar Mediterráneo y el delta del río Ródano. La “pequeña Venecia de Provenza” se despliega alrededor de varias vías acuáticas que conectan lagunas y estanques, creando un entramado de agua donde se reflejan las coloridas casas y los puentes pintorescos del casco antiguo. Entre sus rincones más singulares destaca el Miroir aux Oiseaux, un pequeño canal rodeado de jardines y aves que parece un cuadro, ideal para pasear y observar la naturaleza. 

L’Isle-sur-la-sorgue, Francia© matho - stock.adobe.com

L’ISLE-SUR-LA-SORGUE

La Provenza tiene otra Venecia más, que se asienta sobre las aguas cristalinas del río Sorgue, cerca de Avignon. Sus canales atraviesan el casco antiguo y rodean molinos antiguos, norias, puentes de piedra y casas con fachadas de colores que se reflejan en el agua, así como restaurantes a sus orillas. El murmullo del río acompaña cada paseo por la ciudad, famosa por sus mercados de antigüedades y tiendas de artesanía.

En barca por los canales de Coulon, en el Marais Poitevin, francia© unai - stock.adobe.com

COULON

En pleno corazón de la extensa zona de humedales conocida como el Marais Poitevin, Coulon se revela como la “Venecia Verde” de Francia. Sus canales, serpenteando entre juncos, sauces y prados inundados, crean un paisaje sereno y lleno de vida, donde el agua se funde con el verde de la vegetación. La mejor manera de descubrirlo es a bordo de las barcas tradicionales, llamadas barques à fond plat, que permiten deslizarse suavemente por las aguas mientras se escucha el canto de los pájaros y el murmullo del viento entre los árboles. En este viaje tranquilo, casi poético, cada curva del canal descubre pequeños puentes de madera y bonitas aldeas, así como rincones donde reina la naturaleza.

Montargis, ciudad de canales en Francia© Wirestock - stock.adobe.com

MONTARGIS

Se autodenomina la “Venecia del Gâtinais”, en referencia a la comarca histórica, y en ella patrimonio medieval y serenidad fluvial se funden y se reflejan en el agua a cada paso. Sus canales, salpicados de puentes de piedra y bordeados de casas con fachadas tradicionales, parecen diseñados para pasear por sus orillas o recorrerlos en barca mientras se descubren rincones escondidos, plazas tranquilas y jardines. Además del encanto acuático, esta localidad del departamento de Loiret, en la región de Centro-Valle de Loira, destaca por su historia, con iglesias antiguas, calles empedradas y mercados locales que animan su vida diaria.

Port Grimaud, ciudad con canales en Francia© Aleh Varanishcha - stock.adobe.com

PORT GRIMAUD

En los años 60, el arquitecto François Spoerry diseñó esta ciudad-puerto situada en el departamento del Var, en la Costa Azul, siguiendo la inspiración de los canales venecianos, pero adaptada a un estilo contemporáneo y funcional. Sus canales serpentean entre casas color pastel de estilo Saint-Tropez, con terrazas soleadas y embarcaderos privados que permiten que cada vivienda tenga acceso directo al agua. Navegar por ello o pasear por sus calles ofrece una sensación única de calma y exclusividad, donde cada reflejo de los barcos y las fachadas se convierte en un pequeño cuadro en movimiento.

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