La marquesa de Cubas ha pasado unos fabulosos días de vacaciones en familia, junto a su marido Álvaro Falcó y su hija Philippa, descansando junto a la bahía de Santander, considerada una de las más bellas del mundo, las playas de Somo y haciendo planes tan divertidos como navegar por la costa y visitar el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Estos son algunos de los sitios que ha visitado, para que los tengas en radar en tu próxima escapada al norte.
DE SOMO A SANTANDER
Este verano, Isabelle Junot ha elegido el norte para desconectar y vivir unos días inolvidables en familia. En la agenda viajera de la marquesa de Cubas (que ha compartido en su perfil de Instagram) podemos ver que la gran protagonista es la pequeña Philippa, que cumplió dos años el pasado mes de junio. Todas las imágenes son para ella. En la casa en medio del campo en la que se han alojado –en la zona de Agüero, a 20 kilómetros de Santander y 8 de la playa de Somo– con decoración rústica y rodeada de un gran jardín, jugando con la arena de la playa o navegando en brazos de su madre.
La playa de Somo ha sido el lugar de baños y juegos en familia. Este enorme arenal, de unos 7 kilómetros de longitud si contamos con las contiguas playas de El Puntal y Loredo, es conocida por los surfistas, pero también se convierte en una playa familiar a la que acuden muchos santanderinos cuando El Sardinero se llena de bañistas.
En Somo se encuentra también un embarcadero desde el que parten los famosos Reginas, los barcos que conectan con la bahía de Santander en menos de media hora. Un viaje encantador y la forma más rápida de llegar a la capital que siempre invita a un paseo. El barco llega hasta el Centro Botín, en el Paseo de Pereda. El moderno edificio del arquitecto Renzo Piano le da un toque futurista a la fachada marítima de la ciudad y es una parada imprescindible para disfrutar de las exposiciones de arte moderno y tomar algo en su cafetería con vistas a la bahía.
Desde allí podemos dirigirnos a la península de la Magdalena, un lugar único presidido por el elegante palacio que la ciudad regaló a Alfonso XIII, rodeado de bosques y jardines, áreas deportivas y zonas de pícnic y un parque al aire libre con pingüinos, focas y leones marinos que hacen las delicias de los más pequeños.
PLANES EN FAMILIA
Isabelle y su familia han salido a navegar por la costa y a darse un baño en alta mar aprovechando, como contaba Isabel, que no había “ni una nube, ni un chirimiri”. Siguiendo la costa, se llega a otra de las playas más hermosas de Cantabria, la de Langre, protegida por un acantilado de unos 25 metros de altura tapizado de vegetación. Un espacio casi virgen, con un arenal de 800 metros al que se accede por unas escaleras de piedra.
Otro de los planes más divertidos que han organizado en Cantabria ha sido la visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Un planazo de verano con animales, telecabina, naturaleza y muchas emociones. El parque acoge más de 120 especies animales de los cinco continentes en un increíble paisaje kárstico de una antigua explotación minera a cielo abierto. Philippa, en brazos de sus padres, recorrió el parque sin perder de vista a las cebras, las elegantes jirafas, los osos pardos o los elefantes. Juntos vivieron un día lleno recuerdos inolvidables.
LA COCINA DEL NORTE
La gastronomia cántabra es excelente. El mar es protagonista de muchos de sus platos, con magníficos pescados y mariscos. Son famosas las rabas, una receta imprescindible en la ‘tierruca’. Se trata de tiras de calamar, enharinadas y fritas que no faltan en ningún bar.
Isabelle Junot eligió uno de los restaurantes más conocidos de Somo para darse un buen homenaje de cocina marinera: el Chiringuito El Puntal Tricio. Un clásico en la zona, con más de 60 años, donde se come de maravilla. Lo encuentras en el embarcadero del Puntal, a pie de playa, y además de comer de lujo tiene unas vistas fabulosas de Santander.
Pidieron anchoas al estilo cántabro, rebozadas de dos en dos, almejas a la marinera y arroz con bogavante, además de unas deliciosas gambas a la plancha. Todo un desfile de mariscos y platos llenos de sabor que aparecen en la carta de este chiringuito en el que siempre se sirve producto fresquísimo.
Toda la zona cuenta con buenos restaurantes y asadores donde disfrutar de lo mejor del Cantábrico. El Asador El Tronky es otro valor seguro. Este sencillo local se encuentra en el Muelle de Pedreña, al que también se puede llegar en barco desde Santander, y allí se asan a la brasa sardinas, ruedas de bonito y magníficos pescados del día como el besugo. Pero, sin duda, el destino más gastronómico es el Cenador de Amósel restaurante con tres estrellas Michelin de Jesús Sánchez que se encuentra en Villaverde de Pontones, muy cerca de la casa que ha elegido Isabelle para sus días de relax, y que no puede faltar en una escapada a Cantabria para los amantes de la buena mesa.