Aunque quizá nadie piense en el país británico si de un día de playa se trata, el asombro de descubrir su litoral hace cambiar de parecer al instante. Inglaterra guarda algunas de las playas más bellas del centro de Europa, arenales que hacen las delicias de los amantes del surf, el kitesurf y el mar, que cuentan historias de guerras e inventos, que se extienden bajo la mirada de imponentes fortalezas. Playas entre pueblos pesqueros, literarios y artísticos; reservas naturales, monumentos de piedra, especies protegidas y parques de atracciones. En definitiva, un catálogo increíble y variado que merece la pena descubrir para vivir un verano diferente, con estilo british y mucho encanto.

St. Ives (Cornualles)
El pequeño pueblo de St. Ives, rodeado de arte y mar, podría ser la escena de fondo de un romance de verano inglés. Las playas de arena blanca y las aguas cristalinas acompañan con su brillo al ambiente bohemio que se respira entre sus coquetas galerías y talleres. En esta localidad hay diferentes playas de arena blanca que hacen las delicias de los visitantes. Harbour Beach es una de las más famosas, ubicada a un paso de pubs, cafeterías y el muelle de Smeaton, del siglo XVIII.
También cercanas al núcleo están Porthmeor y Porthgwidden, a lado y lado de la punta conocida como La Isla, coronada con una bonita capilla dedicada a San Nicolás. La primera de ellas se ubica cerca de lugares emblemáticos, como la Tate Gallery, mientras que la segunda es el pequeño secreto de los locales, un recogido paraíso soleado. Quienes prefieran playas más amplias, Porthminster, bien resguardada bajo el faro de Godrevy - del que escribió Virgina Woolf - o Porth Kidney, cerca de la desembocadura del Hayle y amparada por un sistema de dunas, serán perfectas opciones.

Wareham (Dorset)
Probablemente con uno de los arcos de piedra más famosos del mundo, la localidad de Wareham esconde muchos secretos que merece la pena conocer. Desde ser una de las pocas ciudades sajonas de Inglaterra que conservan su muralla hasta el legado del escritor T.E.Lawrence, este es sin duda uno de los lugares más interesantes del país. Repleto de fósiles y declarado Patrimonio de la Humanidad, el litoral de Dorset también esconde numerosos monumentos, como es la Durdle Door.
Creado hace 10.000 años cuando el mar atravesó la piedra caliza de Portland, las aguas de la playa a la que mira son peligrosas por la resaca y el oleaje. Al otro lado de esta formación, cuyo camino revelará cuevas en la roca, se encuentra el arenal Man O’War, famoso por su bahía casi perfecta bordeada por salientes rocosos. Con una forma similar, pero de mayores dimensiones, destaca la cala de Lulworth, un paraíso turquesa repleto de accidentes geográficos únicos estudiados por investigadores de todo el mundo y con miradores y senderos perfectos para observarlos de cerca.

Woolacombe (Devon)
Destino popular turístico para familias y amantes del surf, Woolacombe figura siempre en el top de lugares costeros de Inglaterra. Junto al North Devon National Landscape, la playa a la que da nombre el pueblo no solo es un lugar de excepcional belleza e importancia natural, sino también un enclave cargado de historia. No es difícil entender por qué este arenal ostenta tantos reconocimientos. Las olas y vientos del Atlántico atraen a los surfistas y deportistas experimentados, y los amplios arenales a las familias que quieren gozar de espacio y diversión.
Cinco kilómetros de arena dorada dejan claro cada verano por qué se le otorgó la Bandera Azul y el Premio Premier Seaside Beach. La isla de Lundy, a lo lejos, es ahora espectadora de numerosas personas haciendo paddle surf, kayak o remo, pero antaño fue testigo de los entrenamientos para el desembarco del famoso Día D. En esa época, el antiguo campo de golf tras la playa se convirtió en campo militar, algo que, sumado a las dunas, provocó su desaparición. Ahora, es base de senderos que permiten conocer pájaros protegidos y huesos de sepias y percebes, además de flores únicas.

Camber (East Sussex)
En el pequeño pueblo de Camber, muy cerca de Rye - localidad famosa por su trazado medieval, excelentemente conservado - se extiende por kilómetros una de las playas más hermosas de East Sussex. De hecho, es de las pocas de esta región que no está poblada por los guijarros - por eso se la conoce como ‘la playa de arena más cercana a Londres’ - y que, además, cuenta con un sistema de dunas único, hábitat natural de diversas especies de fauna y flora de gran interés biológico.
Cuando baja la marea, la arena de Camber Sands ocupa todo lo que alcanza a la vista. Más de 11 km de playa hacen que esta tenga que dividirse incluso en sectores, siendo el más popular el oeste, junto a la desembocadura del río Rother. En esta ubicación se llegaron a rodar películas como Dunkerque o series como Doctor Who, algo que desconocen muchos turistas, que se acercan en muchas ocasiones por miles a este ventoso enclave para practicar kitesurf o recorrer la senda costera en bicicleta.

Norfolk
En los 144 km de litoral del condado de Norfolk, entre bosques, brezales y pantanos, se encuentran arenales como el de la costa norte: Wells-next-the-Sea. Atravesando pasarelas sobre las dunas y a la sombra de los pinos se llega hasta la larga playa con una grata sorpresa: unas 200 casetas de toda clase de colores, pulcramente alineadas, que quedan a pocos metros de la orilla cuando la marea sube, pero lejos cuando se retira.
También dentro de la Holkham National Nature Reserve se encuentra la playa aledaña de Holkham, una de las mayores extensiones de playa virgen del país. Dunas, pinares y matojos hacen de marco de los 6,5 km de playa que suele ser poco concurrida, pero en la que a veces se da una escena particular, la del Regimiento de la Caballería Montada de la Casa Real cabalgando en la orilla los días de verano, aunque también es probable ver a la Familia Real en alguna ocasión.

Robin Hood’s Bay (Yorkshire)
Probablemente, el pueblecito pesquero más de postal del norte de Inglaterra, en la costa patrimonial de North York Moors, sus bonitas calles suben y bajan hacia el mar repletas de casas de ladrillo que se acercan a los acantilados. Cuando baja la marea, la gente desciende hasta su pequeña playa, no tanto para tomar el sol, sino más bien para pasear y recopilar los fósiles que hacen de este lugar un enclave famoso por su gran presencia.
Antes eran más bien pescadores y contrabandistas los que se movían a merced de las mareas para traer, de una forma u otra, el sustento a casa. Muy cerca de este arenal se encuentra la cala de Boggle Hole, donde dicen que viven boggles, duendes con poderes curativos. Alrededor del pueblo y siguiendo su costa, se puede disfrutar de caminos como el Cleveland Way National Trail o el paseo Coast to Coast de Wainwright, que finaliza en Robin Hood’s Bay.

Newquay (Cornualles)
Si hay un lugar que puede considerarse la meca del surf británico es esta. La localidad de Newquay no tiene muchas playas, pero las que tiene son suficiente para atraer a personas que vienen de muy lejos solo para surfear sus aguas. Fistral Beach es la joya de la corona en cuanto a deportes acuáticos se refiere. A las afueras del pueblo, el oleaje constante y sus extensas arenas doradas acogen a personas que, durante la marea baja, se acercan a tomar el sol y que, al subir las aguas, se lanzan entre la espuma y sus tablas de surf.
Quienes quieran iniciarse o profesionalizarse en este deporte tienen en la misma playa diferentes escuelas y entrenadores de nivel mundial, pero esta playa esconde aún más sorpresas, y es que aquí es posible ver focas descansando entre las rocas o grupos de delfines y ballenas en las cercanías. Aunque también alegra las vistas desde el promontorio Towan el emblemático hotel y spa The Headland, del siglo XIX. Sin embargo, es imposible irse de este encantador pueblo sin asomarse también a arenales resguardados, como Great Western, otros como Watergate y sus increíbles acantilados o la increíble belleza de Crantock Beach, por donde desciende el río Gannel.

Bamburgh (Northumberland)
No, no es una escena de película, pero bien lo podría ser. Bamburgh, en el noreste de Inglaterra, llama la atención por el castillo que se alza en una de sus suaves colinas. Esta fortaleza normanda del siglo XII, pero con orígenes que se remontan al siglo VI, se levanta sobre la playa, haciéndose omnipresente en cualquiera de sus puntos, tanto que en la vecina playa de Seahouses, coronada por dunas, se muestra como un faro.
Frente a ambos arenales asoma un conjunto de islotes: la Holy Island y las Farne Islands, la primera de ellas visitable desde Seahouses y también con un castillo, el de Lindisfarne, y la segunda repleta de frailecillos y circundada por delfines, visible en excursiones en barco. Además de pasear por el arenal, este es uno de los mejor considerados de la zona para practicar surf. Como curiosidad, añadir que esta fue la playa donde se desarrolló el primer bote salvavidas del mundo.

Formby (Merseyside)
Al norte de Liverpool, este pequeño pueblo costero se encuentra amparado por uno de los entornos naturales más espectaculares de todo Reino Unido, por eso no es de extrañar que atraiga a tantos actores, deportistas, atletas e influencers. Su vibrante puerto y sus atracciones históricas se suman a su bello arenal, del cual se tienen unas vistas magníficas desde el Formby Point, rodeado de bosques y de la reserva natural, con numerosas especies en peligro de extinción, como la ardilla roja.
La playa de Formby ofrece una panorámica increíble del mar de Irlanda, e incluso en los días más claros permite ver hasta las montañas de Cumbria. En su amplio recorrido es posible ver desde suaves dunas hasta huellas prehistóricas que aún preservan las capas de barro y sedimentos. Llegar a la orilla, con marea baja, es todo un reto, pero que su aspecto llano no engañe: sube muy rápido y cubre cientos de metros.

Blackpool (Lancashire)
Pocos lugares pueden rivalizar con esta ciudad del norte de Inglaterra como destino playero familiar por excelencia. El paseo marítimo de Blackpool es uno de los lugares más frecuentados por los visitantes, y no es de extrañar: disfrutar de un helado antes de bajar a la arena y tomar el sol entre sus tres fabulosos muelles es una maravilla. En la Golden Mile de la ciudad también se encuentran atracciones como el Great Promenade Show, dos kilómetros de esculturas y juegos de iluminación que aseguran la diversión.
El muelle norte, monumento histórico, es un punto de partida ideal para explorar las playas urbanas, con su teatro y salones de té. Tras un paseo por su arenal, se alcanza el muelle central, con un parque de atracciones y una noria de 33 metros. Desde aquí hasta el muelle sur se extiende la playa más grande y tranquila, con bandera azul y cerca del parque acuático Sandcastle. Sin duda, un destino urbano y diferente lleno de atracciones que los niños y los no tan pequeños disfrutarán al máximo.